(Tercero de una serie) Concebir un nuevo proyecto de revitalización del casco urbano de Ponce conllevaría, además de voluntad política, dinero para financiarlo. Y para conseguir esos fondos que no se tienen hoy, sería necesario articular un proyecto de ciudad, planteó el economista Luis Rey Quiñones Soto.
El problema, en su opinión, es que a corto plazo no se observa unidad de propósito ni una alternativa viable para que el municipio genere la riqueza que le permita instaurar un programa de incentivos que cause impacto real y prolongado.
“Para tener un proyecto hace falta voluntad política, hace falta unidad política y hace falta financiarlo, pero no puede haber unidad ponceña cuando hay dos partidos (políticos) diametralmente opuestos”, señaló Quiñones Soto del saque.
“Yo no le veo posibilidad, a menos que haya un proyecto donde estén los opositores, (porque) no hay una conciencia de continuidad”, agregó.
Y, a su juicio, “ese proyecto no está, no aparece, nadie lo plantea”.
Por tanto, construir algo parecido a la Ley 2012 de 2022, que en Ponce sirvió para desarrollar proyectos de vivienda, oficinas y estacionamientos que repoblaron al centro urbano en la primera década de este siglo, luce cuesta arriba.
“No existen los fundamentos económicos que den base a fundamentos de recaudos que permitan convocar a la empresa privada para que restaure edificios”, sostuvo. “Y no se trata de administradores. Los administradores van a ser tan buenos o malos como tan bueno o malo empuje la economía”.
Al examinar qué opciones tiene Ponce para producir capital propio, el Puerto de Las Américas Rafael Cordero Santiago salta como la opción obvia para algunos, mas no para este economista con sobre tres décadas de experiencia.
“El puerto de trasbordo se fue, que era una posible esperanza. Ponce no tiene un proyecto que sea capaz de generar los ingresos en el puerto, lo suficientemente fuerte, para ser apoyado por el gobierno central para empujar un proyecto de rehabilitación del centro histórico”, explicó. “No existe la posibilidad objetiva de hacer eso”.
“El puerto de trasbordo ya no va”, reiteró, “y además el mundo cambió. ¿Queda qué? Pues un puerto de turismo. ¿Y qué le trae a San Juan el turismo, si tiene exenciones contributivas?, cuestionó.
Sobre la posibilidad de ir tras un astillero, que es una instalación donde se construyen y reparan buques, planteó la misma interrogante.
“Pero un astillero, ¿cuánto produce? ¿Qué va a ser, un astillero militar o civil?”, preguntó.
La otra instalación que pudiera generarle ganancias a la ciudad sería el Complejo Recreativo y Cultural La Guancha. No obstante, su reconstrucción no ha iniciado a seis años del huracán María y casi cuatro de los terremotos.
“Ahí está La Guancha para que la arreglen, para que vengan barcos. ¿Qué ha pasado con eso?”, cuestionó.
Por otro lado, el economista rechazó que los fondos federales, tan celebrados por el gobierno municipal y central, permitan financiar un proyecto de esa magnitud.
“De cada parte que Estados Unidos invierte o da en fondos federales, se lleva 16. Eso se llama coloniaje. Los fondos federales que llegan son insuficientes para levantar el país. Son remediativos, punto. Y tienen más carácter de reunión política en torno a los estadounidenses que capacidad de regenerar”, expuso.
Quiñones Soto agregó que la petición se le podría hacer al gobierno de Estados Unidos, pero advirtió que “Ponce necesita mucho dinero”.
“Puede venir dinero para cinco o 10 edificios, pero el problema de Ponce no es cinco ni 10 edificios. El problema de Ponce es grave, es que no tiene una estructura. ¿Para qué quieres meterte aquí (al casco urbano) si no tienes empleo?”, estableció.
Ante estas preguntas sin respuestas claras ni optimistas, Quiñones Soto se reiteró en su apreciación de un panorama sombrío para la ciudad. También emplazó a actuar.
“Yo no veo la voluntad política, no veo la racionalidad económica para articular un proyecto en ese contexto de división política y no son los fondos federales los que pueden ser fondos de desarrollo. Ponce tiene que repensarse y darse cuenta de la encrucijada en que está”, sentenció.
(Próximo de la serie: Ponce apuesta a los incentivos y al Banco Municipal)
También puede leer:
Ley 212: un estímulo necesario que se quedó corto en Ponce
¿Qué mató a la Ley 212? Crónica de la última estocada a los centros urbanos
¿Que proyecto de envergadura ha realizado, si alguno, el alcalde de Ponce, Luis Irizarry Pabón, si alguno?: ¿ qué proyectos tiene en mente (él y su “equipo” de trabajo) que sean realistas?
The island’s problem is not a lack of major projects but too many major projects that waste precious capital, have little return, and don’t address the fundamental issue that island taxes remain too high, municipal bureaucracy too cumbersome. the government needs to stop preventing its people from attaining success and certainly stop blaming Americans for the issues locally controlled. Ponce has serious issues in its commercial center due to the earthquake but ultimately it needs to be a place people want to invest money but also a good place to make money (not just for big investors but for small businesses whether you are selling appliances or pineapples). Ponce obviously peaked sometime in the early 20th century BEFORE the government was consolidated into san juan. the less san juan is responsible for, the more control Ponce has. when I look around the island there are bright spots, tourism is up, the airport in san juan is better run than ever, the ferries to vieques and culebra actually work, and there are even daytime flights to ponce. there are not enough hotels in ponce; however, and clearly not enough investment.
I’d add that PR52 is in the best shape in recent memory.