“Nunca se han vuelto a comunicar conmigo. No tengo idea de qué ha sucedido”.
Así respondió la psicóloga Yaira Oquendo a la interrogante sobre qué ha pasado con la investigación que conducen autoridades estatales y federales sobre el incendio, presuntamente intencional, que consumió el techo de su casa histórica ubicada en la calle Salud del centro urbano de Ponce, hace exactamente un año atrás.
Oquendo compró la vivienda diseñada por el arquitecto Alfredo B. Wiechers Pieretti el 15 de febrero del año pasado, con la intención de convertirla en una hospedería. A esa fecha, estaba deshabitada por los daños que le provocaron los terremotos de 2020.
Sin embargo, el 20 de febrero de 2023, a eso de las 3:00 de la tarde, un fuego se originó en la casa de madera contigua, que también estaba abandonada. Como consecuencia, su residencia -construida en 1912- perdió el techo y tuvo daños a consecuencia del proceso de extinción de las llamas, como la rotura de sus puertas de madera originales.
La División de Explosivos de la Policía de Puerto Rico confirmó, posteriormente, que investigaba el fuego como criminal, pues las cámaras de seguridad habían captado a un hombre entrando y saliendo de la casa de madera justo antes del incendio.
El mismo 20 de febrero, otro fuego consumió tres residencias en la intersección de las calles Aurora y Mayor. Y, en la pesquisa de una vivienda quemada en el barrio Bélgica el 1 de marzo, el hombre del vídeo también figuraba como sospechoso.
Estos seis fuegos no fueron los únicos suscitados en el centro histórico ponceño en el primer semestre del año pasado. Otros ocurridos antes y después de esas fechas levantaron rumores en un sector de la población de que se trataba de una acción concertada.
En julio del pasado año, la Policía indicó que la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, en inglés) se había sumado a la pesquisa.
“Hasta ahora, yo no sé absolutamente nada de lo que ha pasado con la investigación federal. No se ha mencionado el tema”, señaló Oquendo en entrevista con La Perla del Sur. “Nos quedamos en el tintero de lo que pasó, de (conocer los) posibles responsables”.
La psicóloga contó que el flujo de información se detuvo luego de que las autoridades estadounidenses se unieron a la investigación.
“Lo único que me dijeron después es que estaban en el proceso de acusar a una persona, pero eso fue el agente de la División de Explosivos que me lo indicó, porque se lo indicaron a él”, sostuvo.
Sin embargo, la acusación no se ha materializado.
La Policía no ofreció una entrevista sobre el tema, como solicitó este medio. Solo se limitó a enviar una declaración escrita del teniente Miguel Rivera Sepúlveda, coordinador de la División de Explosivos en la región sur, en la que indica que “la investigación se encuentra en una etapa avanzada”.
“La División de Explosivos de la Policía completó ya una fase de la investigación. En este momento, se encuentran laborando en una segunda etapa junto a la fiscal asignada por parte de la Fiscalía de Ponce”, lee el escueto comunicado.
De ordinario, la Policía consulta un caso con la fiscalía para que determine si existe la cantidad de evidencia necesaria para presentar cargos contra una persona.
Al momento, esa prueba no está presente en el caso, según confirmó la fiscal de distrito de Ponce, Marjorie Gierbolini Gierbolini.
“Se le consultó ese asunto a la fiscal Marimer Álvarez, pero sigue bajo investigación, porque no han podido identificar a nadie. Ellos (la Policía) continúan haciendo otras diligencias, pero hasta ahora no han traído nada que podamos identificar como prueba para someter cargos contra alguna persona”, explicó.
Sin cerrar el ciclo
Oquendo se ha dedicado este año a realizar actividades históricas y culturales que permitan levantar fondos para la restauración de la casa, ya que no existen opciones de financiamiento para la rehabilitación de este tipo de estructuras. El lugar se llama ahora Casa Rosa Luisa.
No obstante, el hecho de que aún no se sepa qué ocurrió, quién fue el responsable y si se va a poder procesar, abona a su incertidumbre.
“Obviamente, en la casa están pasando otras cosas maravillosas, que tienen mucha relevancia para la comunidad, pero está ese temor de qué fue lo que pasó y si se va a volver a repetir”, indicó. “Se quedan esas interrogantes ahí y uno se queda un poco preocupado”.
¿Esta falta de información no le permite cerrar el ciclo?, se le preguntó.
“Sí, (saber) que se esclareció la investigación y podamos enfocarnos en prevenir que esto vuelva a suceder y en movernos hacia adelante”, respondió.
“Con todo lo que he podido lograr con Casa Rosa Luisa siento que nos hemos movido entre las cenizas y las ruinas, para utilizar el espacio de una forma bien beneficiosa para la comunidad. Pero se queda esa sensación de que sería bueno y saludable para todo el mundo poder cerrar ese capítulo”, declaró Oquendo.
Si la señora está contando con la Policía de Puerto Rico, pierde el tiempo. La misión de la policía es “investigar” , (dicen ellos) y no prevenir ni mucho menos dar patrullajes preventivos; su misión es pasar horas laborales sentadotes en las panaderías y reposterías al igual que pavonearse, también durante horas, en los centros comerciales. A nadie debe de extrañarle tal mediocridad. Esta semana se celebra “la semana de la policía”. La semana de los que “arriesgan sus vidas diariamente”🤭🤭🤭