El nivel de libertad en internet en Latinoamérica mejoró el año pasado, según un informe del grupo Freedom House publicado este martes, si bien las restricciones en Cuba, Venezuela y, más recientemente, Nicaragua agitan el fantasma del autoritarismo digital.
El Informe sobre Libertad en la Red, que la organización publica cada año desde hace doce, vio que el acceso libre a internet volvió a empeorar este año en el mundo, principalmente lastrado por las medidas autoritarias del Kremlin tras la invasión de Ucrania ordenada por el presidente ruso, Vladímir Putin.
Sin embargo, países de América Latina como Costa Rica o Argentina presentan «un modelo para la región», dijo a EFE la investigadora responsable del estudio de Latinoamérica en el informe, Tessa Weal.
Para Weal, los tribunales y el sistema legal costarricense apoyan firmemente el acceso de los ciudadanos a la información internacional, que es el principal problema en la mayoría de los países latinoamericanos.
El país sufrió en 2022 un ataque de «ransomware» que afectó a varias instituciones gubernamentales y servicios públicos, por lo que este tipo de desafíos continúan presentes, pero en general la investigadora equipara los niveles de libertad en la red de Costa Rica con los de Argentina, que los investigadores consideran «libre» en términos de acceso a internet.
En el extremo opuesto, la campaña contra la oposición y el encarcelamiento de periodistas en Nicaragua a raíz de las elecciones presidenciales de noviembre de 2021 han contribuido a una gran caída de la libertad en redes en el país, que es el que más cae en el «ranking» de los países latinoamericanos que hace la organización.
La investigadora explicó que, además, los niveles de autocensura aumentaron a raíz de la aprobación de leyes que contemplan hasta 12 años de prisión por «propagar información falsa», parte de una serie de normas sobre «ciberdelincuencia» que las autoridades utilizan de manera regular contra disidentes.
En Venezuela, donde generalmente la libertad en internet está por lo general muy restringida, los investigadores observaron una disminución de los arrestos ligados al cuestionamiento en redes de funcionarios y políticas, por lo que el país mejoró ligeramente en el «ranking».
Brasil, otro país donde las campañas de desinformación electoral, muchas veces ligadas a la órbita del presidente Jair Bolsonaro, suelen enturbiar el ambiente en la red, subió un punto en la clasificación gracias a que se registró una disminución de ataques a medios de comunicación y organizaciones sociales.