Los deslizamientos de tierra registrados en una zona de la urbanización Jardines del Caribe en Ponce colindante con el río Pastillo no representan, al presente, un riesgo inminente de colapso para residencias, concluye un informe redactado por la geóloga Ruth H. Vélez Rosado, del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA).
Sin embargo, la especialista recomendó que se tomen acciones correctivas cuanto antes, pues la frecuencia e intensidad de los fenómenos atmosféricos producto del cambio climático podrían propiciar daños a la infraestructura residencial en el futuro.
Sus opiniones se recogen en una evaluación geológica que suscribió luego de participar el pasado 3 de marzo, en una vista ocular de la Comisión cameral para el Desarrollo y la Fiscalización de Fondos Públicos de la Región Suroeste, presidida por el representante Ángel Fourquet Cordero.
Vélez Rosado precisó que los derrumbes afectan a 26 viviendas de la calle 58 de Jardines del Caribe, cuya parte posterior colinda con el río Pastillo.
La perita hizo un recuento histórico del desarrollo de la comunidad y estableció que estos deslizamientos no son un asunto nuevo, aunque se agravaron desde el paso del huracán Fiona en septiembre del año pasado.
Según la información recopilada por la funcionaria, Jardines del Caribe se empezó a construir en la década de 1960. Luego, en los años 70 se amplió la urbanización con casas que incluso se construyeron sobre el cauce original del río. Las viviendas de la calle 58, señaló la geóloga, se levantaron a finales de la década del 1990.
“Durante dicho proceso, se evidencia el cambio en el curso del río, incluyendo un tramo aguas arriba (de las casas examinadas) en el que aparenta que se modificó para que discurriera de modo recto”, indicó.
“La implicación directa de esta evolución, de origen mayormente antropogénico, es que aumentan los riesgos asociados con la erosión provocada por el río en los bancos y taludes, particularmente los creados mediante el depósito de material de relleno. El proceso de erosión es acentuado en los bordes externos de los meandros (curvas del río) y la deposición de sedimento ocurre en la parte interna de los meandros”, agrega la funcionaria.
“Estos procesos se amplifican durante eventos de alta precipitación, tales como huracanes, tormentas tropicales y vaguadas”, advirtió.
El problema se ha agravado, puntualizó, debido a que el cambio climático ocasiona eventos de lluvia más intensos y frecuentes. Puerto Rico tuvo dos en un periodo de cinco años: los huracanes María y Fiona.
“Al considerar ambos factores, el escenario es de un valle aluvial con ancho reducido y eventos con alta precipitación en los que el río adquiere mayor fuerza y capacidad de erosionar los bancos y taludes. Las comunidades y demás desarrollos creados en terrenos cercanos al río, incluyendo los que fueran desarrollados mediante el depósito de relleno para subir los niveles, quedan en condiciones altamente vulnerables ante la pérdida paulatina de terrenos que probablemente ocupan parte de lo que fuera el dominio público antes de los desarrollos”, expuso.
Deterioro desde María
Vélez Rosado indicó que el huracán María provocó derrumbes en varios puntos de la parte posterior de las casas.
“Evidentemente, el río Pastillo alcanzó un caudal significativo que provocó gran erosión y alta deposición en tramos secuenciales, a medida que el cuerpo de agua discurre de modo sinuoso por el cauce disponible”, sostuvo.
Además, el DRNA tuvo que evaluar el lugar a solicitud de una residente, luego de los temblores ocurridos entre el 2019 y 2020. Dos años después, los derrumbes se agravaron por causa de Fiona.
Casas “no están en riesgo”
La geóloga llamó la atención sobre la construcción de estructuras en la parte posterior de las casas, las cuales -por tener drenajes que descargan al suelo- resultan un factor importante en la estabilidad del terreno.
“Es meritorio que se evalúe el impacto de la ocupación de terrenos en la parte posterior de las viviendas, particularmente cuando son techos y pisos externos que dirigen las escorrentías hacia el río, lo cual acelera los procesos de erosión en los taludes constituidos por materiales depositados no consolidados”, planteó.
Entretanto, aseguró que, actualmente, las viviendas originales no están en riesgo de colapso.
“De la información mostrada en esta sección se desprende que ninguna de las viviendas está en riesgo inminente de ser afectadas estructuralmente por algún derrumbe en los taludes del río”, expresó. “Las estructuras en riesgo son algunas de las que fueran construidas en la parte posterior de las viviendas, para lo que es propio confirmar en cada caso si fueron desarrolladas dentro de las respectivas propiedades acorde a la reglamentación aplicable”.
No obstante, aunque el riesgo no está presente hoy, sí pudiera surgir en el futuro, anticipó la experta.
“Por otro lado, se desprende que esta comunidad, al igual que múltiples comunidades cercanas a cuerpos de agua en Puerto Rico, está sujeta a seguir teniendo pérdida de terreno en la sección posterior de las viviendas, por lo que, a medida que sigan ocurriendo eventos de lluvias fuertes, eventualmente pueden ser afectadas directamente por derrumbes que provoquen inestabilidad estructural que requieran el desalojo de las viviendas”, estableció.
Vélez Rosado reiteró que la calle 58 no amerita un desalojo inmediato, más recomendó que se refiera el caso a la Oficina de Recuperación y Mitigación del DRNA, y que se hagan estudios geológicos, de subsuelo e hidrológicos-hidráulicos en la zona.
El contenido de este informe se discutió el viernes pasado, cuando la geóloga depuso en una vista ejecutiva interagencial organizada por el representante Fourquet Cordero en Ponce. El objetivo de la audiencia fue conocer qué gestiones han hecho las agencias gubernamentales para atender el problema de los deslizamientos en esta y otras comunidades de la ciudad, y brindarles ayuda a las personas afectadas.
Conclusión similar sobre Las Delicias
Por otra parte, Vélez Rosado determinó que tampoco hay un riesgo inminente de colapso de viviendas en la urbanización Las Delicias en Ponce.
Su visita a esa comunidad ocurrió el 10 de noviembre de 2021 durante una vista ocular de la comisión de Fourquet Cordero. El informe que suscribió sobre el particular, empero, se dio a conocer públicamente en la vista del pasado viernes.
En su escrito, la experta precisó que la parte afectada por deslizamientos en Las Delicias es una hilera de viviendas que colinda por el este con el río Canas.
Por años, los residentes de esta zona han evidenciado la pérdida de terreno de los taludes debido a las crecidas del río y la erosión que esto ha provocado en el terreno. En uno de los taludes, incluso, han colapsado varias verjas.
Aunque no es un problema nuevo, el vecindario ha llamado la atención de las autoridades desde septiembre del año pasado, debido a los deslizamientos reportados luego del huracán Fiona.
La geóloga puntualizó que, actualmente, no hay viviendas en riesgo de colapso.
“Las condiciones existentes y evaluadas de modo preliminar durante la inspección ocular apuntan a que no hay un peligro inminente para ninguno de los residentes de las viviendas de la urbanización Las Delicias, colindantes con el río Canas”, expuso la perita en su informe.
No obstante, igual que en el caso de Jardines del Caribe, Vélez Rosado aclaró que se deben tomar acciones preventivas.
“Pero se reconocen los riesgos existentes, sobre todo en la eventualidad de eventos meteorológicos que provoquen alta precipitación. Por lo tanto, se considera que la posible intervención en esta etapa es una de carácter preventivo”, señaló.
La geóloga sugirió que, ante estos hechos, el Gobierno Municipal de Ponce le pida a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés) fondos de mitigación para atender la situación.