Su infancia transcurrió entre la barriada Baldorioty y la calle Mercurio de Ponce.
Por eso, sus mejores recuerdos evocan a los aromas de la cocina en la casita de madera de su abuela, a sus amigos de infancia en la Escuela Jaime L. Drew, a sus travesuras y victorias deportivas en la Superior Dr. Pila, y a la búsqueda de su identidad en el Colegio Regional de Ponce, ahora Recinto de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
Hoy, adentrándose en las entrañas del galopante tiempo, Edward Zayas Torres reconoce que no hubo tiempo más feliz.
Asimismo, admite que el salto hecho para luchar por una vida independiente desde el campus de la UPR en Río Piedras no pudo ser más atinado ni trascendental para un adolescente como él, víctima del bullying y sobreviviente del acoso físico, “porque allí fue donde me descubrí, en aquel entorno tan distinto para un joven de Ponce, tomando cursos de Música, Arte y Filosofía”, confesó.
Aunque atado a sacrificios económicos como hijo de una familia humilde, repite e insiste que fue lo mejor que hizo. “Era lo que quería”.
Por eso, no reparó en dedicar las horas que fuera a trabajar como Banquet Set Up en el Hotel San Juan, un oficio que desempeñó durante cinco años y que le permitió “empatar la pelea” para pagar sus estudios, ni tampoco se amilanaba a la hora de “pedir pon” a su casa en el sur de la isla para reencontrarse con sus padres.
Así persistió y combatió otro acoso, el de provenir de una familia pobre, y así el hijo de los adjunteños Fernando Zayas Rodríguez y Gudelia Torres Pérez se diplomó en Comunicaciones y Periodismo, un rol con el que en la década del 1990 forjó prestigio nacional como autoridad en temas de negocios, economía y finanzas públicas.
Hoy, a más de tres décadas de aquel reencuentro consigo mismo en la “IUPI”, Edward reitera que no deja de hacer lo que le apasiona. Por eso aceptó casi un año atrás asumir un papel determinante en Discover Puerto Rico, la organización responsable del mercadeo turístico del país en el exterior.
Allí, convertido en el Principal Oficial de Estrategia y portavoz nacional de la entidad, sirve de enlace entre el Destination Marketing Organization o DMO y la comunidad, atendiendo las necesidades de un universo que cubre “desde ‘la gente de a pie’ hasta hoteleros y funcionarios con influencia en la implementación de política pública en turismo”, según explicó.
Por eso, ahora también descubre y redescubre cada rincón de la isla, a la caza de todos los potenciales imanes para la atracción de visitantes, y aprovecha cada oportunidad posible para recalcar las potencialidades de Ponce y su región como vector de actividad económica en este renglón.
Según subraya, “me toca descentralizar el turismo del área metropolitana, maximizar esa gestión… y en Ponce están pasando muchas cosas, están ocurriendo cambios e inversiones que nos toca mercadear, que hay que dar a conocer”.
Entre otras, destaca su palpitante actividad cultural: un motor que en la zona sur del país surge de forma orgánica y que entre los viajeros de casi todos los Estados Unidos y el planeta se está convirtiendo en el tercer factor de atracción a Puerto Rico, de acuerdo a la firma de consultoría Destination Analysts.
Este motivador cultural, según un informe publicado el pasado mes por el DMO, ya supera significativamente al poder de atracción que tienen las rebajas en vuelos a la isla y el factor como destino que no requiere pasaporte a residentes de los Estados Unidos.
“Por todo eso es que, precisamente, esta región aún tiene mucho, mucho por ofrecer”, insistió quien traza el mapa de estrategias para fortalecer a la isla como destino turístico. Una industria que además ya es responsable por la creación y permanencia de casi 88 mil empleos en el país, cinco mil más que en el período pre pandemia, según consultores del DMO.
Solo en Ponce, explicó con estadísticas recién publicadas, este sector fue motor de 4,700 empleos al cierre del pasado año, con un valor en nómina estimado en $17.4 millones al año.
“Por eso, recalco, esta es la tormenta perfecta, en el buen sentido de la palabra”.
“El turismo está creciendo, se está invirtiendo en Ponce en nuevas hospederías y ahora mismo hay gente apostando a esto. Y para gente joven, óyeme, hay montón de oportunidades, desde posiciones como empleado de una hospedería con oportunidades de crecimiento, hasta como empresario en el ámbito culinario, de pequeñas hospederías y como tour operador”.
“Con lo que ya constatamos, no vemos razón para que miles de nuestros jóvenes sigan migrando al exterior, en busca de oportunidades. Aquí ya las hay”, sentenció.