La participación de toda la familia es un factor crucial para un tratamiento exitoso de la obesidad entre niños y adolescentes, indica la guía que la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) publicó el lunes para la evaluación de una condición que afecta desproporcionadamente a menores latinos.
Según la AAP hay en Estados Unidos «más de 14.4 millones de niños y adolescentes que viven con una enfermedad crónica común que ha sido estigmatizada por años y que está asociada con serias preocupaciones de salud de corto y largo plazo».
«La enfermedad es la obesidad y puede tratarse exitosamente con el reconocimiento de los complejos factores genéticos, fisiológicos, socioeconómicos y ambientales que están involucrados», añadió la institución.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la tasa de prevalencia de obesidad entre niños y adolescentes hispanos es de 22.4 por ciento, en comparación con el 20.2 por ciento para los afroamericanos y el 14.1 por ciento para los blancos no latinos.
La primera guía amplia que la AAP publica en 15 años destaca más evidencias de que el tratamiento de la obesidad es seguro y efectivo, según la organización.
«El peso es un asunto delicado para la mayoría de nosotros, y los niños y adolescentes son especialmente conscientes del estigma penoso e injusto que resulta de ser afectado por el peso», dijo Sarah Hampl, autora principal de la guía.
«La investigación nos indica que necesitamos prestar mucha atención a las familias: dónde viven, su acceso a alimentos nutritivos, la asistencia médica y las oportunidades de actividad física», expuso.
«Nuestros niños necesitan el apoyo médico, la comprensión y los recursos que podamos darles dentro de un plan de tratamiento que involucre a toda la familia», dijo Hampl.
Las recomendaciones señalan que un tratamiento integral de la obesidad puede incluir apoyo nutritivo, ejercicio físico, terapia de la conducta, fármacos y la cirugía metabólica y bariátrica.
Según la AAP, el tratamiento intensivo de la conducta y el estilo de vida, aun cuando no están disponibles en todas partes, son los medios más eficaces para lidiar con la obesidad infantil.
«Los tratamientos más eficaces incluyen 26 o más horas de consultas cara a cara, con la familia y múltiples componentes de terapia en un periodo de tres a 12 meses», señaló el comunicado de la academia pediátrica.
Los médicos deberían ofrecer fármacos para la pérdida de peso a los adolescentes mayores de 12 años obesos, como una adición al tratamiento para la conducta y el estilo de vida.
«Los adolescentes mayores de 13 años y con obesidad grave (un índice de más del 120 por ciento del percentil 95 para su edad y sexo) deberían ser evaluados para cirugía metabólica y bariátrica», según la AAP.
Hampl señaló que «los costos médicos de la obesidad para los niños, las familias y nuestra sociedad como un todo están bien documentados y requieren una acción inmediata».