Cuando el cofundador de la industria multinacional Medtronic, Earl Bakken, recibió la carta que le cursó una enfermera activa en la fábrica de esta empresa en Villalba, muy probablemente levantó el ceño y posiblemente rascó su cabeza.
Igualmente, debe haber sonreído y compartido con sus ejecutivos la misiva, porque al final consintió a su pedido.
Era una atípica, una inesperada solicitud de la enfermera Nydia Ramos Santiago, quien desde Puerto Rico le felicitaba por sus gestas y le pedía un favor inusual: un ejemplar de los primeros marcapasos implantables que elaboró esta compañía con sede original en Minnesota y que desde la década de 1950 han salvado la vida de millones de personas alrededor del mundo.
Aquel revolucionario dispositivo llegó a sus manos, con una carta firmada por el propio Bakken. Desde entonces, el marcapasos manufacturado en 1958 ha protagonizado una colección histórica y científica excepcional, que ya cuenta con 55 modelos, así como relatos fascinantes que Nydia comparte con curiosos y describe casi hechizada.
“Tengo esta colección, porque creo mucho en la conservación de la vida, y me siento tan orgullosa de haber trabajado para esta compañía, donde todos los dispositivos son para prolongar la vida”, disparó de entrada la enfermera retirada que laboró por 28 años para la empresa y quien ahora dedica su tiempo, tanto a la familia, como a la Feria Anual de Toleteros y Juntacosas, de la que también es cofundadora.
Como explicó a La Perla del Sur, su fascinación por el ingenio encapsulado en cada uno de estos objetos solo se ha acrecentado desde la llegada del obsequio del ingeniero Bakken, por lo que no escatima en agrandar su exhibición y ya logró acceso al penúltimo modelo de los marcapasos creados por la firma.
“Que, por cierto, es pequeñito. Es poco más grande que una peseta”, continuó. “Pero el último marcapasos que tiene Medtronic es de solo una pulgada de diámetro, con desfibrilador integrado y más rápida acción”.
Aun cuando una colección de este tipo podría parecer descabellada para algunos, no son pocos quienes a lo largo de las 38 ediciones de la Feria de Toleteros se han aproximado a la mesa de Nydia para observar su vitrina y comentar “Ese es el mío”, en clara referencia a marcapasos que, en efecto, han permitido prolongar vidas y devuelto calidad a ellas.
“Aunque, por el aspecto de los más modernos, también muchas personas los confunden con lighters o encendedores”, agregó sonriente.
“Y ¿alguien te ha propuesto comprar la colección?”, cuestionó este medio. “¡Sí! En una ocasión me ofrecieron una cantidad, pero yo no la vendo. Para mí tiene un valor incalculable”, respondió.
De recuerdos imborrables
Otro que reconoció que a veces resulta imposible poner precio a ciertos objetos y desprenderse de ellos fue Diego Ayala Quesada, un vendedor de bienes raíces que heredó de su fenecido padre, don Miguel Ayala Heredia, un anticuario establecido décadas atrás entre las calles Torres y Reina de Ponce.
Diego, junto a su hijo Alonso, mostraban este sábado magníficos ejemplos de algunos de esos tesoros al interior del Centro de Recepciones del Complejo Deportivo de Villalba, donde se escenifica hasta hoy domingo la 34ta. Feria Nacional de Toleteros y Juntacosas.
Entre ellos resaltaba la foto antigua de una consola que perteneció a la familia de Santiago Polanco Abreu: una genuina obra de artesanía creada con refinada destreza para quien sucedió a Ernesto Ramos Antonini como presidente de la Cámara de Representantes y, posteriormente, se convirtió en el décimo comisionado residente de Puerto Rico.
“Mi papá compró la consola hace como 20 años”, comentó Diego, “y está en poder de mi familia”.
Diego y Alonso también mostraban particular orgullo por una placa en piedra que exhiben al centro de su espacio de promoción en la feria. De hecho, la pieza más antigua de su muestra.
“Estamos hablando de una placa que estaba en el edificio de la calle Reina, una placa que se utilizaba para certificar que la propiedad estaba asegurada por fuegos. En nuestro caso, por una compañía de Hamburgo”, narró.
“Esa placa tiene más de 90 años, al igual que esta cama de hierro, que está completa con sus largeros”, agregó.
Mas a un costado del binomio familiar era inevitable observar un conjunto de sillas de estilo María Teresa, confeccionadas con caoba por artesanos puertorriqueños.
“Mi papá coleccionaba diferentes estilos, desde los Isabelinos, los Vidal, y todavía conservamos uno de estilo Fernandino. Pero hoy estamos exhibiendo estas sillas que tienen más de 70 años”, comentó.
Tocacintas 8-Track con la Fania
Otro que con alegría imborrable exhibía una colección perfumada con más de un siglo de existencia era Minel Torres Román, el adjunteño que se inició como coleccionista de sellos postales en la primera edición de este evento, celebrada en el año 1989.
A más de tres décadas de distancia de aquel suceso, su contundente colección de radiolas y radios antiguos supera los 400 ejemplares, de los cuales exhibe solo los mejores en Villalba. Entre ellos, un radio receptor fabricado en el año 1908, perfectamente funcional.
En prístinas condiciones también exhibe tres radios y reproductores de cintas de ocho pistas, mejor conocidos como casetes 8 Tracks, que datan del 1970. Uno de ellos, con un ejemplar del Tributo a Tito Rodríguez grabado por la legendaria Fania All Stars.
A su lado, incluso exponía con orgullo un televisor de pantalla blanco y negro de cinco pulgadas, con el diseño sicodélico que caracterizó a estos equipos del año 1978 y que Minel adaptó para que opere, tanto con antena como con cable.
Como empedernido coleccionista de paquines y cámaras fotográficas, Minel reconoce que la Feria de Toleteros y Juntacosas ha sido medular para el aprendizaje y crecimiento cultural de aficionados como él, al igual que para el intercambio entre coleccionistas de la isla y el disfrute de generaciones de seguidores.
Precisamente, este sábado volvió a ser evidente el magnetismo de citas como esta para familias enteras y cazadores de tesoros, quienes circularon cómodamente entre una multitud de expositores de tarjetas de peloteros, carros a escala, monedas antiguas y libros de autores puertorriqueños.
También se observó una muestra exquisita de abanicos de mano, de plantas suculentas y memorabilia vinculada a superproducciones cinematográficas como Star Wars.
La cumbre de coleccionistas concluye este domingo, 4 de febrero, a las 4:00 de la tarde.