Los precios de las acciones caían pronunciadamente el lunes en la mañana al inicio de las operaciones en la Bolsa de Valores de Nueva York, a medida que cundía el pánico en Wall Street por el segundo y tercer mayor colapso bancario en la historia de Estados Unidos.
Los reguladores bancarios federales optaron por cerrar de manera urgente el Silicon Valley Bank el viernes cuando los depositantes retiraban miles de millones de dólares de la institución en cuestión de horas. Se trató del segundo peor colapso bancario en la historia de Estados Unidos, solo detrás de la quiebra de Washington Mutual en 2008. Pero el derramamiento de sangre financiero fue rápido: Signature Bank, con sede en Nueva York, también quebró.
Con más de $110,000 millones de dólares en activos, Signature Bank es la tercera quiebra bancaria más grande en la historia de Estados Unidos. Otro banco en problemas, First Republic Bank, anunció el domingo que había reforzado su salud financiera al obtener acceso a financiamiento de la Reserva Federal y JPMorgan Chase.
Al mismo tiempo, los rendimientos de los bonos cedían marcadamente también, mientras los inversionistas buscaban dónde colocar su dinero.
El índice S&P 500 perdía 1 por ciento, y el sector bancario era el que cargaba con las pérdidas más pronunciadas.
Los inversionistas temen que los aumentos persistentes de las tasas de interés por la Reserva Federal se han excedido y están ahora afectando al sistema bancario y a la economía en general.
Los reguladores estadounidenses anunciaron el domingo en la noche un plan para fortalecer el sector bancario.
Por su parte, el presidente Joe Biden aseguró el lunes a los estadounidenses que los sistemas financieros de la nación estaban a salvo, un intento por proyectar calma luego del rápido y sorprendente colapso de dos bancos que generó temores de un trastorno más extenso.
“Sus depósitos estarán allí cuando los necesiten”, afirmó.
El presidente, hablando desde la Casa Blanca poco antes de un viaje a la costa oeste de Estados Unidos, dijo que buscará que los responsables rindan cuentas y presionó por una mejor supervisión y regulación de los bancos más grandes. Y prometió que los contribuyentes no cargarán con las pérdidas.
“Debemos saber todo lo que sucedió”, dijo. “Los estadounidenses puede confiar en que el sistema bancario es seguro”.
Biden agregó que los directivos de los bancos deberán ser despedidos.
“Si la FDIC se hace cargo del banco, las personas que lo dirigen ya no deberían trabajar allí”, dijo, refiriéndose a la Corporación Federal de Seguro de Depósitos, la agencia responsable de garantizar la estabilidad del sistema bancario.
Los sucesos causaron preocupación en los mercados al inicio de sus operaciones el lunes. Los mercados asiáticos y europeos cayeron, pero no de forma espectacular, y los futuros de Estados Unidos bajaron.