Sabana Grande se enfrenta a otra temporada de huracanes con una infraestructura eléctrica incapaz de suplir la demanda a toda su población y sin obras de mantenimiento que eviten o minimicen las averías.
Ese fue el resumen que brindó el alcalde Marcos Valentín Flores al evaluar cómo se encuentra el servicio eléctrico en su pueblo y lo que está haciendo LUMA Energy al respecto.
“La infraestructura de mi pueblo es una de las más frágiles del país”, afirmó del saque Valentín Flores.
“En el evento del huracán Fiona, fuimos el penúltimo pueblo en lograr la recuperación total del sistema eléctrico y eso se debe a que tenemos solo una subestación”, continuó.
Al presente, los sabaneños reciben parte del servicio a través de subestaciones ubicadas en pueblos circundantes.
“Nosotros dependemos de Yauco para la comunidad Susúa y parte de la comunidad La Torre; dependemos de San Germán para el oeste de nuestro pueblo, y dependemos de Mayagüez y Maricao para el norte”, explicó.
Por tal razón, el alcalde que juramentó al cargo en enero del 2021 le pidió inicialmente a la Autoridad de Energía Eléctrica y luego a LUMA que coloquen a Sabana Grande entre sus prioridades.
“La subestación de nuestro pueblo resulta pequeña, ya no tiene potencial para más desarrollo”, opinó.
“Ellos (LUMA) están haciendo unos análisis y sé que van a hacer unas inversiones en Puerto Rico. Yo espero que dentro de esas inversiones pueda estar destinada la subestación”, agregó.
Cero desganche
Por otra parte, Valentín Flores comentó que LUMA Energy no ha cumplido con las tareas de desganche indispensables para despejar las líneas eléctricas de ramas que puedan causar averías durante un fenómeno atmosférico.
“Un problema muy presente… sigue siendo el vegetativo. Las líneas están ocupadas por el material vegetativo que no se ha podido podar y eso se convierte en un problema al perder el servicio eléctrico una comunidad”, señaló.
Tampoco, puntualizó el alcalde, se han reemplazado las luminarias que hace años mantienen a oscuras las carreteras y comunidades del municipio.
“Hemos identificado más de 400 casos de iluminación que… son focos que se fundieron, (son postes) que en (el huracán) María perdieron los brazos, y no se han recuperado”, precisó.
Aparte del efecto que esto tiene en la seguridad ciudadana, perjudica la actividad económica, acotó Valentín Flores.
“Eso me preocupa, porque la zona comercial depende mucho de tener actividad nocturna. Y, obviamente, tenemos limitación de esa actividad por la falta de iluminación”, sostuvo. “Ese es un asunto que no puede trabajar el municipio y le corresponde a LUMA”.
El agua: daño colateral
Esta fragilidad del sistema eléctrico afecta, por consiguiente, el suministro de agua potable en Sabana Grande, una localidad que “depende en un 75 por ciento del bombeo eléctrico”.
Por ello, cuando ocurre un apagón es necesario operar el sistema con generadores eléctricos, algo que la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) no termina de resolver.
El alcalde estipuló que “son muy pocas las áreas que tienen generadores”.
“El año pasado, bajo Fiona, el alcalde de Bayamón nos asistió con cuatro generadores y el municipio pudo proveer seis alquilados. Pero, aun así, se nos quedaron comunidades sin servicio de agua y tuvimos que llevar los camiones cisterna, porque no había generadores suficientes para todas las necesidades”, recordó.
“Cuando se fue normalizando la zona oeste, lo que se hacía era mover generadores a Sabana Grande para poder ampliar el marco de electricidad que puede permitir que el agua potable llegue a las comunidades”, continuó.
“Aunque en abastos de agua no tenemos problemas, porque tenemos a través de canales de riego unos embalses, si el agua no sale por el bombeo eléctrico va a estar limitada a nuestro pueblo”, estipuló.