Durante los pasados 40 años, el director del Negociado para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (NMEAD) en la región de Mayagüez no había visto algo similar.
Como explicó José Cordero Morales a La Perla del Sur, ni para el huracán María la corriente de la quebrada aledaña a la barriada Reparto Esperanza en Yauco pudo invadir la calle y las viviendas de la comunidad, como ocurrió este martes, 7 de mayo.
Sin embargo, lo que nunca imaginó ocurrió. Todas sus pertenencias, al igual que la de sus vecinos, quedaron sumergidas bajo cuatro pies de agua. Porque Cordero Morales reside desde hace cuatro décadas en la J-15 de la barriada, junto a otro centenar de habitantes.
“Medimos cuatro pies y tres pulgadas de agua dentro de la casa”, precisó, “y todavía lo puedes ver. Ahí en la marquesina lo puedes observar. Esto era un mar”.
“Y la pérdida es absoluta. Lo perdimos todo”, agregó.
Según abundó el director de la Oficina para el Manejo de Emergencias de Yauco, Luis Velázquez Almodóvar, al operativo de desalojo y rescate de residentes se unió un batallón de voluntarios, bomberos, policías y empleados municipales que, entre otras tareas, tuvieron que romper las ventanas de una vivienda para extraer a una persona encamada de 94 años de edad.
Simultáneamente, otros atendían el desalojo de estudiantes y maestros en la Escuela de Bellas Artes, al igual que en un vagón de tutoría anclado al interior del Parque Urbano de Yauco, donde recibían servicios cuatro menores de edad al momento de la invasión del río Barranchín.
“Pero no hubo pérdida de vidas y por eso no dejamos de dar gracias a Dios”, confesó Velázquez Almodóvar. “Cayeron siete pulgadas de lluvia en solo dos horas”.
Sobre la particularidad de que se desbordaran los ríos Susúa y Barranchín, pero no el río Yauco o Coayuco, el funcionario yaucano no pudo dar con una explicación razonable. No obstante, su colega en Mayagüez y residente del Reparto Esperanza tiene una tesis.
“Ya llevábamos días de lluvia, el terreno está saturado y a eso podemos añadir las escorrentías que provienen de las construcciones que están haciendo en Almácigo Alto y Almácigo Bajo. Todas desaguan en esa quebrada y el canal es muy pequeño para la cantidad que baja”.
“Las escorrentías bajan por allí, ya es mucha el agua para la capacidad del canal y ahí está el resultado”, lamentó Cordero Morales.