“Hoy traje lechuga del país, zanahorias, chinas valencia, plátanos y yuca”, contesta el primer puestero.
Unos pasos más allá, una segunda responde: “hoy tengo guineos niño, parchas, viandas, cilantrillo, rábanos y bolsitas con un mix de hojas verdes”. Compras, abres tu bolso y echas par de cosas.
En el siguiente puesto te asalta el hambre y te seducen unos brownies veganos de chocolate y un colorido jugo de carambola y cúrcuma. Más adelante te tienta una ensalada de granos con amarillitos, un humus casero con remolacha y unas pastas veganas con salsa Alfredo.
Te sientas a comer a la sombra del mangó gigante o de la higüera. Sientes la brisa fresca de la mañana, mientras escuchas música que ameniza.
Personas pasean y compran, igual que tú. Otras conversan, ríen, envueltos en una calma que sólo parece reinar ahí.
Algunos se detienen a mirar artesanías, dispuestas también en el lugar. Se ve más gente que de costumbre caminando por el pueblo. Es sábado por la mañana, sábado del Mercado Agrícola y Natural de Ponce.
Esta experiencia de mercado, interrumpida de manera forzada tras el embate de huracanes, terremotos y pandemia, es la que podrán disfrutar nuevamente los ponceños y visitantes desde el próximo sábado, 24 de junio, cuando reabra al público este reconocido espacio de fomento para la agricultura local y de alimentación saludable y sostenible.
La noticia la confirmó a La Perla del Sur el gerente del MANP, Roberto Fernández Coffey, quien explicó que la decisión de reabrir el espacio surgió luego que se contactara con él “una pareja de agricultores que están recién empezando su proyecto, que quería ampliar sus ventas y que estaban viendo que hacía falta un mercado en el sur”.
“Esto lo comencé en 2014 por mi necesidad como agricultor”, cuenta Roberto. Trabajaba su finca, estaba en plena producción y necesitaba conectar directamente con el público para ofrecerle sus cosechas.
A esa necesidad de agricultor por un mercado, se le suma “la necesidad del público, del consumidor, de tener un acceso confiable a una producción sana y de tener una conexión directa con el productor”.
También, destaca, hay una necesidad como país, “la necesidad de un pueblo, de una economía, de autoabastecerse. Eso no es un lema ‘cachendoso’, eso es poder, poder para un pueblo”.
Meso Produce, la App
El funcionamiento del nuevo MANP será similar al de años atrás. En principio, habrá unos 10 a 15 puestos, entre agricultores locales y preparadores de alimentos. Podrás comprar tus verduras y frutas orgánicas y del país, de la finca a la mesa, y a la vez desayunar o brunchear saludable con jugos y comidas naturales y creativas.
Pero con una diferencia, y sustancial.
Esta vez se implementará el uso de una aplicación para el celular que fue desarrollada por el mismo Fernández y que busca conectar de manera más fluida a los agricultores, ya no solo con las personas o con el pequeño consumidor, sino también con compradores mayores como comercios, restaurantes, hoteles, escuelas y universidades, entre otros. Consumidores que pueden garantizar al agricultor un consumo constante e importante y, por ende, un aumento en el volumen de sus ventas que, en definitiva, propicien el poder vivir de su trabajo.
La app se llama Meso Produce y “reúne a todos los agricultores que participan del mercado que tienen producción y que puedan ofrecerla a nivel comercial”, explica Roberto.
Su funcionamiento parece sencillo. “Ponle que yo soy un cliente y voy a la aplicación, que la tengo en mi celular, y necesito una caja de cebollas, una caja de tomates y una libra de cilantrillo. Pongo la orden y ahí mismo en la plataforma me va a decir quién es el productor… La plataforma se ocupa de enviar las respectivas órdenes a sus productores, quienes entonces van a traer esa cantidad y esos productos al mercado”.
Y es ahí donde entra en acción el MANP, quien recopila todas esas órdenes y las distribuye a los compradores en su propio vehículo y en una sola ruta.
Con este método, los agricultores solo tienen que preocuparse de llevar las órdenes hasta el recinto: el icónico solar colindante con el Museo de la Masacre de Ponce.
El uso de la herramienta no tiene costo alguno para ellos ni para el mercado que se adscriba. Los gastos operacionales son cubiertos con un margen que se añade al precio final de cada producto.
Meso es un prefijo de origen griego que significa “en medio”. Conforma también las primeras sílabas de Mesopotamia, histórica región de oriente próximo que se reconoce como la cuna de la agricultura y cuyo nombre significa “tierra en medio de ríos”.
Washington D.C., el laboratorio
Esta herramienta digital fue implementada primeramente en Washington DC, ciudad de residencia de Fernández, luego que dejara Puerto Rico por un tiempo tras el paso del huracán María.
Comenzó a trabajar en su programación en el año 2018 junto a un socio, y para enero de 2022 ya entraba en operaciones con algunos mercados del lugar. Con la diferencia que allá la distribución corre por cuenta de Meso, no de los mercados, por lo que la plataforma posee su propio vehículo para llevar los productos hasta los compradores.
Aquí en Ponce, la distribución será tarea del MANP.
Roberto explica que en dicha ciudad la aplicación ha sido una solución eficaz para que los agricultores puedan aumentar sus ventas. Pero reconoce que la relación con los comercios y clientes grandes ha sido cuesta arriba.
Ellos “tienen sus formas de trabajar, sus vendedores”, por lo que resultó más difícil convencerlos de que entraran al ruedo. Seducirlos de que “estamos trabajando con productos de aquí, locales, más frescos, con mayor calidad, que te van a llegar más rápido y que vas a tener una relación más estrecha con el productor, ahí es que se presentó más el reto”.
Pese a que la app se está utilizando únicamente en Washington D.C. y ahora en Ponce, Fernández enfatiza que es una herramienta que le puede solucionar la distribución a cualquier mercado agrícola.
“Estamos creando una herramienta para que el agricultor pequeño pueda competir, porque ahora mismo, como lo entiendo yo y creo que otros también dirían lo mismo, parte de lo que ha hecho mella a la industria agrícola y sobre todo a la producción pequeña y de mediana escala es no tener un mercado, no tener una salida para esos productos”.
El miedo a perderlo todo
El proyecto Rizosfera tiene su sede en Orocovis. Es un pequeño proyecto agrícola que se dedica principalmente a la producción y venta de hortalizas, aunque con ansias de crecer.
Sus impulsores, Gerardo Torres, de 27 años, y Priscila Cintrón, de 29, sueñan con vivir de él.
Ellos fueron el germen que despertó en Roberto las ganas de volver a abrir el MANP. Un día se pusieron en contacto con él para preguntarle si había intenciones de reabrirlo. Para ellos, había una urgencia de un espacio así en el área sur donde poner su producción en venta.
A pesar de que otros agricultores del área ofrecen sus cosechas en cooperativas como Madre Tierra o el mercado de la Roosevelt, “nuestro proyecto ha estado vendiendo individual, a personas individuales y, como es tan pequeño, no nos ha dado la oportunidad de sembrar con una constancia, porque tenemos miedo de sembrar y que se nos pierda el producto”, expone Gerardo.
Y ese temor a perderlo todo no es abstracto. “Quizás en otros proyectos esto se ve bien poco, pero perdimos un banco de 50 pies de lechugas. Cuando vienes a ver todo el trabajo, las semillas, el trasplante del semillero al suelo… Y esto realmente no es por falta de comercializar”. La comida se pierde por falta de compradores. Mucha gente compra poco y sin continuidad.
Ahí es cuando se siente el peso de la ausencia de mercados. Por eso, justamente, es que le hicieron el acercamiento a Roberto.
Además, dice Gerardo, “yo soy del área sur, yo soy de Juana Díaz, y realmente nosotros estamos en la parte más sur de Orocovis. Me queda mucho más cerca Villalba, Juana Díaz o Ponce que otros lugares. Por eso es que pensamos que es mucho más obvio moverse hacia el sur”.
¿Lo orgánico cuesta caro?
Una razón que aflora a veces al hablar de mercados orgánicos es su precio más alto respecto a los mercados convencionales. Ya sea por su producción a menor escala o por su costos mayores, el precio puede elevarse bastante. Pero para Gerardo, este problema se enfrenta de dos formas.
Por un lado, el alimentarse mejor «requiere de educación por parte del consumidor» y ahí es donde él cree que el mercado puede tener un rol importante, para concientizar sobre el consumo local.
Y por otro, que es totalmente posible tener precios más competitivos en la medida que se aumente la producción, y eso ocurre cuando se vende más y veloz. “Mientras más pueda producir, más puedo bajar los precios”.
Algo con lo que Roberto Fernández concuerda. “La gente piensa que los mercados son elitistas, porque son más caros o porque se creen superiores en la producción, y la verdad que no tiene que ser más caro, la producción local no tiene que ser más cara, la verdad que todo lo contrario”. Es impensable que “un productor local no pueda competir con un producto que tiene que pasar a veces miles de millas para entrar y pasar semanas en el muelle”.
Si las cosechas del país resultan más caras, sentencia, “es por falta de producción, por falta de organización, y para eso estamos aquí, para aumentar la organización”.
Algo más que un mercado
La reapertura del MANP busca impactar positivamente en la economía local, pero es algo más que eso. El mercado es también un centro social donde convergen personas diferentes y expresiones culturales diversas. “Es un centro de reunión, es un centro social, educativo, económico, de alimentación, y todo eso aporta calidad de vida”, puntualiza su gerente.
Su reapertura, por ende, mueve sensibilidades en los que alguna vez hicieron vida ahí. Meilani Calhoun, más conocida como “Lona”, es una de ellas. “Es donde yo me siento que empecé, donde yo encontré mi identidad”, reconoce la actual chef ejecutiva del restaurante Baleares en el Hotel Meliá. Ella ponía su mesa en el solar y ofrecía su especialidad, los fermentos.
Le emociona, dice, volver a ver a personas que conoció ahí. Gente que se esfuerza día a día por producir. “Es nuestra cultura, es nuestra identidad, es nuestro futuro, nuestro pasado, tiene todo que ver. Es bien poético lo que significa el Mercado Agrícola Natural de Ponce. Es algo que une, tú vas a ver a todo el mundo ahí, tú vas a ver los doctores, a los lawyers, a los hippies, a los cacos, a los rastas, tú vas a ver a todo el mundo unido”.
Para ella también es un imprescindible, pensando que en Baleares todos los alimentos son locales. “Yo no tengo nada que no sea de Puerto Rico”, añade. “Es diferente comprar local, tú notas el sabor, vas a notar la frescura, es cien por ciento único, Puerto Rico es único… La gente olvida que nuestra comida es parte de nuestra cultura”.
Respecto a la plataforma Meso Produce, la chef señala que es sencillamente genial. “Para mí, como chef y como persona que corre una cocina, que necesita saber que productos van a estar disponibles para poder hacer mi menú”.
Calle peatonal
Al igual que antaño, el MANP se realizará todos los sábados en el solar de la calle Aurora 34, entre las calles Mayor y Marina de Ponce, pero ahora en un nuevo horario. Antes era de 10:00 de la mañana a 3:00 de la tarde y ahora será entre las 9:00 de la mañana y 2:00 de la tarde.
Hay un núcleo de agricultores muy comprometidos con participar y con llevar la iniciativa adelante, pero la invitación a que otros productores se unan se mantiene siempre abierta.
Roberto piensa que en la medida que el mercado se consolide, sería bueno solicitarle al municipio cerrar esa cuadra y limitar el tráfico a lo peatonal, para así crear un espacio acogedor para el pueblo.
Y también se proyecta. “Me gustaría que no fuera de un solo día en semana. Que siempre hubiera una pequeña sede ahí para que alguien pueda tan solo almorzar sanamente todos los días”.
Reconstrucción de la casa
Ahí es donde cobra fuerza el proyecto para reconstruir la casa que se encuentra al interior del solar y que actualmente está en ruinas. La propiedad ha pertenecido a la familia de Roberto por más de siete generaciones, y tras conversarlo entre ellos tomaron la decisión de invertir y comenzar labores.
Claro que no de cualquier manera. “Vamos a darle un enfoque histórico a los materiales, a los métodos y a las técnicas de construcción”, revela.
Ante eso, será él mismo quien gerencie las labores de contratación, ya que “no podemos trabajar con cualquier albañil. Hemos identificando albañilería, carpintería y ebanistería que pueda trabajar dentro de ese renglón de una propiedad histórica”.
“Es algo que le va a dar un valor impredecible y muy positivo. A la vez que uno entre en el espacio va a poder sentir esa historia, simplemente por los métodos, por las herramientas y las técnicas de tradición que se usaron para reconstruirlo”, reflexiona además.
De acuerdo a sus proyecciones, desde que se comiencen las obras, la casa debiera estar habitable en aproximadamente un año.
Tremenda la idea
Tremenda la idea todo por nuestros agricultores y para el público q desea comer mas saludable. Es lo q necesitamos
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Excelente artículo!!! 👏🏼👏🏼👏🏼Se le agradece al autor su cobertura extensa de datos de interés para lxs amantes de los mercados en general y los orgánicos más!! Sólo espero que al ir encuentre buen estacionamiento!! 😂😂