En solo un año, las facturas eléctricas del comerciante Juan Carlos Irizarry se duplicaron.
De $1,600 que pagaba en mayo de 2021 -por el servicio a sus restaurantes Isla Cueva y Reserva 304 en Lajas- la factura se disparó a $3,300 en junio del año pasado.
El incremento ha ocurrido paulatinamente desde que el consorcio canadiense LUMA Energy tomó control del sistema de transmisión y distribución de la energía eléctrica en Puerto Rico, el 1 de junio de 2021.
“El alza ha sido bastante grande. Después de junio del 2021 subió a $2 mil y en junio de 2022 llegó a ser de $3,300”, precisó Irizarry en entrevista con La Perla del Sur.
“Fue entonces cuando empezamos a reclamarle a LUMA qué pasaba, porque no habíamos instalado ningún equipo nuevo y no tenemos aire acondicionado. Se hicieron las reclamaciones, pero no se encontró nada. Ellos dijeron que era por el costo de combustible”, relató el comerciante que administra los restaurantes junto a su esposa, Sylmarie González Orengo.
Ante la postura de LUMA, no tuvo otra opción que pagar las facturas según emitidas.
“Es algo que todavía no entiendo, porque si no se pusieron neveras nuevas, no hay aire y todo sigue igual, ¿cómo sube a $3,300 una factura y luego le siguieron varias de $3 mil?”, cuestionó.
Aunque reconoció que el repunte en costos ocurrió durante los meses de verano, cuando atraviesa su temporada alta y recibe más visitantes, recalcó que el consumo de electricidad en el restaurante no varía demasiado, pues sus equipos y enseres están encendidos, haya o no comensales.
“Es la misma nevera que opera cuando está vacío y cuando está lleno. No es como que se apaga cuando no hay gente. O sea, que el consumo no debería cambiar casi nada”, observó.
En los meses subsiguientes, la factura bajó, pero se ha quedado entre $2,600 a $2,800 este año, cifra que excede por $1,000 lo que pagaba antes de la llegada de LUMA.
La tormenta perfecta
Este súbito aumento coincidió con el alza del precio del gas y de los alimentos, materia prima para este tipo de negocios.
“Los costos de los suplidores de alimentos aumentaron un montón. La excusa siempre fue que los puertos estaban cerrados, que la pandemia no dejaba que llegaran las cosas y todo aumentó”, señaló. “Pero todo se estabilizó, los productos están llegando y los suplidores nunca volvieron a bajar los precios como antes”.
Además, el aumento en el salario mínimo entró en vigor el 1 de enero de 2022 y, para torear la situación, la decisión gerencial fue reducir la nómina.
“Ahora hay que trabajar con menos empleados y estos tienen que trabajar un poquito más. La nómina que teníamos se tuvo que disminuir, porque no había manera de tener toda esa empleomanía”, sostuvo.
Aumentan precios con precaución
Otra medida tomada por Irizarry para tratar de mantenerse a flote fue subir los precios de su oferta en el menú.
“Se hizo un ajuste en el precio del menú, pero nunca va a ser sustancial a los aumentos, porque si uno trata de parear el cliente nunca va a venir a comer, porque no va a poder pagarlo”, manifestó.
Por ello, puntualizó que sería perjudicial para sus negocios el que se apruebe el aumento en la factura eléctrica propuesto por la Junta de Control Fiscal en el Plan de Ajuste de la Deuda de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE).
“Esa es nuestra preocupación número uno ahora mismo”, aseveró. “Un nuevo aumento, si es como dicen de $800 para el área comercial, treparía la cuenta a casi $4 mil estándar. Sería un reto más”.
En ese escenario, reconoció, no tendría más alternativa que volver a aumentar los precios de sus platos, aunque está consciente de que el bolsillo de los consumidores quizás no lo pueda aguantar.
“Es una incertidumbre cómo el mercado va a reaccionar cuando se tengan que volver a aumentar los precios del menú para poder cubrir y tener alguna ganancia”, planteó.
Cada vez menos
Sobre el tema de ingresos, Irizarry agregó que han registrado una importante baja.
“El ingreso (neto) de nosotros antes se balanceaba en un 20 por ciento. Ahora si llega al 10 por ciento es mucho. O sea, que estamos trabajando para ganarnos de un cinco a un 10 por ciento a final de año”, detalló.
“Ahora es mucho más caro manejar un negocio de comida y es menos rentable”, sentenció.
Querian privatizacion porque estaban pagando mucho con la AEE. Y ahora?????? Que aguanten y paguen, porque por lo que veo LUMA no va para ningun lado. Espero no esten arrepentidos a llorar para maternidad.