La economía global continuará frenándose en 2023 y solo crecerá el 2.8 por ciento este año y el 3 por ciento el que viene, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), que advierte de que estas cifras son históricamente muy bajas aunque recalca que en ningún caso suponen una recesión.
El FMI publicó este martes su informe de perspectivas económicas mundiales, en el que recalca la incertidumbre que sigue reinando en el panorama global, con muchos países aún absorbiendo los efectos de la pandemia o de la invasión rusa de Ucrania, una inflación aún muy elevada y unas condiciones financieras más restrictivas que dificultan la recuperación.
Pero además subraya que los recientes episodios de volatilidad en el sector bancario han hecho que la “niebla” que se cierne sobre la economía global sea ahora más “espesa”.
En cualquier caso, el Fondo descarta la recesión.
“Nuestra proyección base para 2023 es un crecimiento relativamente bajo del 2.8 por ciento, que no es una recesión global ni mucho menos”, dijo en una rueda de prensa el director de investigación del FMI, Pierre Olivier Gourinchas, responsable del informe de perspectivas globales.
Gran parte de la ralentización de 2023 se deberá al bajo crecimiento de las economías más desarrolladas, que verán su Producto Interior Bruto (PIB) aumentar apenas un 1.3 por ciento respecto a 2022.
Significativo es el caso de Alemania, para la que el FMI rebaja en dos décimas sus previsiones de 2023 y ahora calcula una leve caída, del 0.1 por ciento, o el Reino Unido, donde a pesar de mejorar algo la previsión el Fondo calcula un retroceso en 2023 del 0.3 por ciento.
La zona euro solo crecerá el 0.8 por ciento este año y el 1.4 por ciento el que viene. De las grandes economías europeas, España sigue siendo la que más crece, el 1.5 por ciento este año y el 2 por ciento el que viene.
La primera economía del mundo, Estados Unidos, ve mejoradas algo sus perspectivas, pero no remonta mucho: Crecerá el 1.6 por ciento este año y el 1.1 por ciento el que viene, según el informe.
Y frente al enfriamiento de las grandes, son las emergentes las que más empujan: crecerán un 3.9 por ciento este año y un 4.2 por ciento en 2024, impulsadas principalmente por el avance de China y la India.
Por su parte, Latinoamérica y el Caribe crecerán ligeramente en 2023 pero seguirán enfrentándose a una alta inflación. El informe estima que la región crecerá un 1.6 por ciento este año, dos décimas por debajo de lo esperado anteriormente, y muy lejos del crecimiento del 4 por ciento que registró en 2022.
De regreso la elevada inflación
Otro de los riesgos identificados por el FMI es que la inflación se mantenga elevada más tiempo del previsto, lo que obligaría a los bancos centrales a continuar con su política de tipos altos durante más tiempo del esperado, lo que a su vez enfriaría todavía más la economía.
La persistente inflación, que según Gourinchas se mantendrá este año en torno al 7 por ciento a nivel global, contribuirá a generar un ambiente de incertidumbre en el que cualquier problema inesperado puede generar una crisis más duradera.
El organismo espera que para 2024 las presiones inflacionarias se hayan suavizado hasta el 4.9 por ciento, añadió el economista.
El Fondo identifica además otros posibles escenarios adversos, como un crecimiento más bajo del esperado de la economía China, que podría tener un efecto adverso sobre los países exportadores de materias primas, o una escalada de la guerra en Ucrania que contribuya a las presiones inflacionarias.
“Hay mucha incertidumbre ensombreciendo las perspectivas a corto y medio plazo mientras la economía global se recupera de los sobresaltos de 2020-2022”, explica el informe.