El calentamiento global puede alargar un mínimo de 30 días la temporada de grandes incendios en los bosques de todos los continentes en las próximas décadas, según un estudio en el que participaron el profesor de la Universidad española de Lérida (UdL) y el investigador de la unidad mixta de investigación CTGC-Agrotecnio, Víctor Resco de Dios.
Publicado en la revista Nature Communications, la UdL informó de que los investigadores modelizaron los cambios en el riesgo de incendios a nivel global, a partir de los umbrales de la demanda de agua atmosférica medida por el déficit máximo de presión de vapor diario (VPD, en inglés).
El VPD describe la diferencia entre cuánta humedad hay en el aire y cuánta puede contener cuando está saturado, por lo que “cuando la brecha entre el aire húmedo y el seco se hace más grande, aumenta la sed de la atmosfera porque se evapora más agua del combustible, secándolo”.
Esta situación, aseguró Resco, “se convierte en un problema crítico con el aumento de las temperaturas a causa del cambio climático”.
Concretamente, el equipo analizó los registros de los últimos 20 años y los datos por satélite tanto de la actividad de los focos como de las condiciones climáticas globales para encontrar la VPD diaria máxima para cada detección de incendios.
En este sentido, y por primera vez, señaló que se demostró que «en muchos bosques de todo el mundo hay un fuerte vínculo entre la actividad del fuego y la sed que tiene el aire a escala diaria”.
Por lo que los resultados muestran que los incendios forestales son mucho más probables por encima de un cierto umbral de déficit de presión de vapor, el cual es más alto en los bosques tropicales y subtropicales, seguidos de los mediterráneos.
Paralelamente, los científicos también predijeron un aumento de los impactos sobre la salud humana, ya que “actualmente se estima que más de 330,000 muertes anuales en todo el mundo son atribuibles a la inhalación de humo, una cifra que podría aumentar notablemente a principios del próximo siglo, especialmente en las zonas más pobladas de Asia oriental”.
“Nuestros hallazgos ponen de manifiesto los riesgos que comportan las condiciones de aumento de la demanda de humedad atmosférica. Proporcionamos evidencias tangibles de los impactos locales, regionales y globales de los incendios forestales en los climas futuros que se pueden evitar mitigando el cambio climático antropogénico”, concluyeron.
El estudio ha estado liderado por las universidades de Wollongong, Western Sydney y Melburne (Australia).