Para mitigar los impactos del calor extremo, el Departamento de Educación (DE) y el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) se unieron para sembrar árboles en varias escuelas de la isla.
El objetivo es crear pulmones naturales que contribuyan a espacios más frescos y ventilados.
La colaboración entre ambas agencias se materializó en la selección de una escuela por Región Educativa, donde se sembraron 25 árboles específicamente elegidos por biólogos del DRNA.
Estos expertos visitaron cada escuela para evaluar la topografía y seleccionar las especies más adecuadas para cada entorno. Entre las especies sembradas se encuentran la Retama San José, Eugenia Biflor y el Sauco Amarillo.
Se seleccionaron la escuela Aníbal Reyes Belén de Hatillo, la escuela Josefa del Río en Morovis, la escuela Luis Muñiz Marín de Barranquitas, la escuela Ana Roque Duprey de Humacao, la escuela Pedro Perea Fajardo de Mayagüez, la escuela Josefina León Zayas de Jayuya y la escuela República de Colombia en San Juan.
Además de la siembra de árboles, el DRNA ha ofrecido charlas educativas a los estudiantes sobre temas ambientales y el cuidado de los árboles plantados para que continúen trabajando en sus respectivas escuelas y apoyen a estudiantes de grados menores.
«Los árboles en las comunidades escolares no solo son elementos estéticos, también tienen una importancia fundamental en la creación de un ambiente adecuado para el aprendizaje y el bienestar de los estudiantes. Su presencia, además de mejorar la calidad del aire y proporcionar sombra en los días calurosos, también fomenta la conexión con la naturaleza, promueve la concentración y reduce el estrés», destacó Anaís Rodríguez Vega, secretaria del DRNA.
Otras medidas contra el calor
Además de la siembra de árboles, el DE ha tomado medidas adicionales para hacer frente al calor extremo en las escuelas. Se ha creado un plan operacional de emergencia titulado Cambio Climático: Calor Extremo, que será implementado en cada plantel.
Entre las medidas implementadas se encuentran la instalación de acondicionadores de aire, la distribución de filtros de agua y botellas para hidratación, campañas de concienciación y monitoreo constante de la temperatura en los comedores escolares, y el uso de uniformes escolares que se atemperen a los cambios climáticos.