La organización Save-a-Gato considera que no es realista la pretensión del Servicio Federal de Parques Nacionales (NPS, en inglés) de remover los gatos realengos del Viejo San Juan en un periodo de seis meses.
Esta entidad lleva años esterilizando y vacunando a los felinos callejeros de la ciudad amurallada, y se opone al plan divulgado recientemente por el NPS.
“Sin duda alguna esa propuesta evidencia que quienes la están diseñando desconocen totalmente el trabajo que conlleva atrapar y sacar de su entorno a unos gatos que en su mayoría no son sociables”, señaló la abogada Ana María Salicrup, portavoz de Save-a-Gato, en declaraciones escritas.
A su juicio, la propuesta de la agencia federal “simplemente no es realista”.
Esto, porque “la mayoría de estos gatos no se han socializado con los humanos, lo que hace su relocalización sumamente difícil, al igual que esta remoción podría traer un nuevo problema a la zona colonial”.
El argumento del NPS es que remover los gatos del Viejo San Juan protegería la salud de los residentes y visitantes. Sin embargo, Salicrup apuntó que hacerlo desencadenaría en una invasión de ratas, lo que sí sería un peligro para la salud pública.
“Eso es inevitable, una ciudad antigua, llena de restaurantes, donde se genera todo tipo de basura, sumado a la densidad poblacional, naturalmente hay ese tipo de plagas que sí son un riesgo para la salud”.
Además, Salicrup resaltó que el NPS no ha explicado quién, cómo y con qué recursos se hará la remoción ni a dónde irán a parar los felinos. Por ello, reclamó transparencia en el proceso y exigió la divulgación pública de los detalles.