El Centro de Predicción Climática de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés) pronostica una actividad de huracanes por encima de lo normal en la cuenca del Atlántico este año.
Prevé un 85 por ciento de probabilidad de una temporada por encima de lo normal, un 10 por ciento de una temporada cercana a lo normal y un 5 por ciento de una temporada por debajo de lo normal.
NOAA pronostica un rango de 17 a 25 tormentas con nombre (vientos de 39 mph o más). De esas, se espera que de 8 a 13 se conviertan en huracanes (vientos de 74 mph o más), incluyendo de 4 a 7 huracanes mayores (categoría 3, 4 o 5; con vientos de 111 mph o más). Los meteorólogos tienen un 70 por ciento de confianza en estos rangos.
La próxima temporada de huracanes en el Atlántico se espera que tenga una actividad por encima de lo normal debido a una confluencia de factores, incluyendo temperaturas oceánicas cercanas a niveles récord en el Atlántico, el desarrollo de condiciones de La Niña en el Pacífico, la reducción de los vientos alisios en el Atlántico y menor cizalladura del viento, todos los cuales tienden a favorecer la formación de tormentas tropicales.
A medida que uno de los fenómenos de El Niño más fuertes observados llega a su fin, los científicos de NOAA predicen una rápida transición a condiciones de La Niña, que son propicias para la actividad de huracanes en el Atlántico, porque La Niña tiende a reducir la cizalladura del viento en los trópicos.
Al mismo tiempo, el abundante contenido de calor oceánico en el Atlántico tropical y el mar Caribe crea más energía para alimentar el desarrollo de tormentas.
Esta temporada de huracanes también presenta el potencial de un monzón del oeste de África por encima de lo normal, que puede producir ondas del este africanas que generan algunas de las tormentas atlánticas más fuertes y duraderas.
Finalmente, los vientos alisios ligeros permiten que los huracanes crezcan en intensidad sin la interrupción de una fuerte cizalladura del viento y también minimizan el enfriamiento oceánico.
El cambio climático causado por el ser humano está calentando los océanos a nivel global y en la cuenca del Atlántico, y el derretimiento del hielo en tierra está provocando el aumento del nivel del mar, lo que aumenta el riesgo de marejadas ciclónicas.