LA HABANA – El huracán Ian tocó tierra el martes en el oeste de Cuba, donde las autoridades han evacuado a 50 mil personas, tras convertirse en tormenta de categoría tres en una trayectoria que podría llevarla a la costa oeste de Florida el miércoles.
La tormenta tocó tierra en la provincia de Pinar del Río, donde las autoridades habilitaron 55 refugios, enviaron personal médico y de emergencia y tomaron medidas para proteger alimentos y otros cultivos en los almacenes de la región tabacalera, según medios estatales. Se esperaba que la tormenta golpeara también los territorios de Artemisa y Mayabeque.
«Para Cuba se esperan vientos huracanados extremos, también peligrosas marejadas ciclónicas y fuertes lluvias», dijo Daniel Brown, meteorólogo del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC por sus siglas en inglés), a The Associated Press el lunes.
El NHC pronosticó que áreas de la costa oeste de Cuba podrían registrar marejadas ciclónicas de hasta 14 pies el lunes por la noche o la madrugada del martes.
En La Habana, los pescadores sacaron el lunes sus botes del agua a lo largo de su emblemático malecón, mientras que los empleados municipales estaban ocupados limpiando los drenajes en anticipación a las fuertes lluvias.
Adyz Ladrón, una residente de La Habana de 35 años, expresó su preocupación ante la posibilidad de un aumento en los niveles del agua.
«Asustada porque la casa se inunda completa, el agua llega alto», dijo, mientras se colocaba la mano al nivel del pecho.
Ian llegó a Cuba como tormenta de categoría tres y seguía ganando fuerza, con vientos sostenidos de 125 millas por hora, según el reporte de las 4:30 EDT (8:30 GMT) del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, en inglés). El sistema se desplazaba a 12 millas por hora.
El Centro Nacional de Huracanes dijo que se esperaban «impactos significativos de viento y marejada ciclónica» en el oeste de Cuba el martes por la mañana.
Ian no pasará mucho tiempo sobre Cuba, pero se desacelerará sobre el Golfo de México, donde aumentará de tamaño y fuerza, «lo que tendrá el potencial de producir impactos considerables por el viento y las marejadas ciclónicas a lo largo de la costa oeste de Florida», señaló el NHC.
Tampa y St. Petersburg parecían tener grandes probabilidades de tener su primer impacto directo de un huracán de categoría tres o mayor desde 1921.
«Por favor, tomen en serio esta tormenta. Es algo serio. No es un ensayo», señaló el lunes Timothy Dudley, director de manejo de emergencias del condado Hillsborough, durante una conferencia de prensa sobre los preparativos para la tormenta en Tampa.
Se pronostica una marejada de hasta 10 pies y hasta 10 pulgadas de lluvia en toda la zona de Tampa Bay, con hasta 15 pulgadas en zonas aisladas. Es suficiente agua para inundar las comunidades costeras bajas.
Hasta 300 mil personas podrían ser evacuadas tan sólo de las zonas bajas del condado Hillsborough, dijo la administradora condal Bonnie Wise. El lunes por la tarde ya iniciaban algunas evacuaciones en las partes más vulnerables, y algunas escuelas y otros lugares instalaron albergues.
«Debemos hacer todo lo que podamos para proteger a nuestros residentes. El tiempo es fundamental», declaró Wise.
En Tampa, los habitantes se formaron durante horas para recoger costales de arena y compraron toda el agua embotellada de los anaqueles. El gobernador de Florida Ron DeSantis declaró una emergencia en todo el estado y advirtió que la tormenta podría impactar una gran franja de la entidad, interrumpiendo el servicio de electricidad y el suministro de gasolina.
«Se tiene una tormenta significativa que podría terminar siendo un huracán de categoría cuatro», dijo DeSantis en conferencia de prensa. «Eso causará una importante marejada ciclónica. Habrá inundaciones. Vamos a sentir una gran variedad de impactos».
DeSantis dijo que el estado suspendió el cobro de peaje en los alrededores de Tampa y movilizó a cinco mil elementos de la Guardia Nacional de Florida, mientras que habrá otros dos mil en estado de alerta en las entidades vecinas.
El presidente Joe Biden también declaró una emergencia, autorizando al Departamento de Seguridad Nacional y la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias para coordinar la ayuda contra catástrofes y brindar asistencia para la protección de vidas y propiedades.
Sin tomar riesgos, la NASA planeaba retirar su cohete para una misión lunar de la plataforma de lanzamiento y trasladarlo a un hangar del Centro Espacial Kennedy, lo que demorará por varias semanas un vuelo de prueba programado.
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Anderson reportó desde St. Petersburg, Florida. Los periodistas de The Associated Press Andrea Rodríguez en La Habana; Anthony Izaguirre, en Tallahassee, Florida; y Julie Walker, en Nueva York, contribuyeron a este despacho.