Con el precio de sus acciones cayendo a la mitad del valor de hace dos años, resultados financieros que ponen en duda su capacidad para gestionar los $30,570 millones que adeuda y rebajas de calificación crediticia que no pasan desapercibidas para Wall Street, AES Corp, la empresa matriz de AES Puerto Rico, ha entrado a la segunda mitad del año, al límite de sus posibilidades.
Simultáneamente, se acerca al borde de una situación caótica.
Tras eliminar varias carboneras de su cartera global, asumir más deuda para construir centrales eléctricas de energía renovable -y apostar a multimillonarios créditos federales de energía limpia para financiarlas- el recién aprobado proyecto de ley Big Beautiful Bill de Donald Trump quitó la alfombra bajo sus pies, derogando antes de tiempo las asignaciones fiscales que la corporación esperaba recibir y que presupuestó para megaproyectos solares con almacenamiento de baterías.
Según establecía la Ley de Reducción de la Inflación firmada en el 2022, los desarrolladores de este tipo de iniciativas podían reclamar hasta el año 2032 un crédito fiscal equivalente al 30 por ciento del costo global de las obras, entre otros incentivos.
La nueva ley, empero, elimina ese beneficio en 12 meses y lo extiende solo a los proyectos que estén en operación al concluir el 2027.
En Puerto Rico, la carbonera AES podrá reclamarlo para Maraju Project, el mega parque solar que construye sobre 870 cuerdas de terreno agrícola localizadas entre los pueblos de Salinas y Guayama, siempre que cumpla con los requisitos de la Oficina de Programas de Préstamos del Departamento de Energía federal (DOE, por siglas en inglés).
Para esta finca solar, AES también obtuvo del DOE una garantía de préstamo de $860 millones el año pasado. Este respaldo le dio acceso a capital a tasas más favorables, reduciendo así el riesgo financiero de la empresa y sus inversionistas.
A partir del momento en que entre en operación, Maraju inyectará a AES Puerto Rico sobre $7,500 millones que serán pagados por los clientes de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), en un lapso de 25 años. El contrato es una de las piezas del rescate financiero que el gobierno de Pedro Pierluisi y el Negociado de Energía de Puerto Rico concedieron a la empresa privada en el 2024, tras meses de negociaciones sin transparencia pública.
El rescate fue refrendado y ampliado por la nueva gobernadora Jenniffer González, quien como primera medida de su administración presentó legislación para extender la vida de la carbonera AES más allá del 2027, cuando caduca su contrato de 25 años con la AEE.
No obstante, aún con estas condiciones a su favor, la volátil política arancelaria de Trump amenaza con implosionar el presupuesto establecido para la adquisición de piezas y sistemas manufacturados en China, lo que dará a AES Puerto Rico y a su matriz menos margen de maniobra para finalizar proyectos en curso o planificados, y lograr que sean rentables.
El futuro financiero de la multinacional energética con presencia en 12 países se complicó aún más el pasado 7 de julio, luego que el presidente Trump emitiera otra orden ejecutiva instruyendo al Departamento del Tesoro a “terminar” la inversión de créditos fiscales en instalaciones solares y eólicas “poco fiables”.
Como consecuencia, las acciones de AES Corp se devaluaron aún más, lo que empujó a la entidad al rincón de los perdedores en la bolsa de valores. Según la propia empresa, la mitad de sus ingresos provienen de operaciones renovables y su transición a ese sector sigue a paso acelerado.
La noticia ocurrió luego de que el pasado mes de mayo la compañía reportó que el valor de su acción no alcanzó las proyecciones de sus analistas, por lo que fue ajustada a la baja.
¿Venta a la vista?
Esta secuencia de sucesos no solo ha hecho que las acciones de AES Corp coticen con descuento. También ha propiciado que se abra una puerta para que conglomerados de inversionistas hagan ofertas a la multinacional.
Como ha revelado la firma de investigación financiera especializada en mercados crediticios CreditSights y divulgó Bloomberg News, poderosos inversores en infraestructura, como Brookfield Asset Management y Global Infrastructure Partners de BlackRock han mostrado interés en la adquisición.
Aunque representantes de AES Corp, Brookfield y BlackRock declinaron hacer comentarios a Bloomberg, fuentes del medio afirmaron que la primera explora opciones, incluida una posible venta.
De concretarse, añade el medio, se trataría de una de las transacciones más cuantiosas de la historia, dado que el valor de la empresa junto a su deuda se aproxima a los $40 mil millones.
De otra parte, el analista del mercado Joseph Jones adelantó a Seeking Alpha que tres escenarios son posibles: una compra total, ventas parciales de activos para reducir la deuda o que AES continúe como una empresa independiente, centrada en energías renovables.
La Perla del Sur ya constató que la segunda opción -la venta parcial de activos- se consumó en el proyecto Maraju que AES Puerto Rico programa inaugurar en noviembre próximo.
Como reseñan medios especializados en temas energéticos, durante el segundo trimestre de este año TotalEnergies adquirió el 30 por ciento de los activos de Maraju.
TotalEnergies es la empresa que logró un acuerdo de 15 años para suministrar 400 mil toneladas anuales de gas natural licuado (GNL) a la filial dominicana de AES, a partir del 2027.

















































