A pesar de estar dispuesto por ley desde hace tres años, el Gobierno de Puerto Rico sigue arrastrando los pies para transferir a la Fundación Gogo el terreno donde ubica el Gogo Pediatric Institute and Research Center.
El predio de 13.2 cuerdas de terreno, localizado en la avenida Hostos de Ponce, pertenece a la Compañía de Fomento Industrial. Por años, fue sede de la fábrica Hanes y luego de la elaboradora Cervezas del Sur, cuyo producto Buyé circuló de manera efímera en el mercado.
La cervecera cerró en el 2013 y el local estuvo inutilizado hasta la llegada de Gogo en el 2020. En ese año, la entidad creada para ayudar a niños con cáncer tuvo que abandonar su sede en la urbanización Industrial Reparada, porque la Fundación Damas compró el edificio y ordenó el desalojo.
Ese año, el entonces senador Nelson Cruz Santiago presentó la Resolución Conjunta del Senado 479, que ordenó a la Compañía de Fomento Industrial evaluar la transferencia o cesión en usufructo, tanto del terreno como de las edificaciones, a la Fundación Gogo. Para ello, le otorgaba a la agencia 90 días a partir de la aprobación de la ley.
“Si al transcurso de dicho término la Compañía de Fomento Industrial no ha emitido una determinación final se entenderá aprobada la transferencia propuesta, por lo que deberán iniciarse inmediatamente los procedimientos requeridos para la cesión”, estipuló la resolución, que fue aprobada en la legislatura el 30 de junio de 2020 y firmada por la exgobernadora Wanda Vázquez Garced en agosto del mismo año.
“Fomento nos dijo que ellos reconocen que hay una ley que nos otorga (el terreno), que les daba un periodo de tiempo a ellos para oponerse y que ellos no tomaron acción, así que no hay otra cosa que simplemente hacer el traspaso”, indicó en entrevista con La Perla del Sur el director ejecutivo de la Fundación Gogo, Ulises Clavell Fontánez.
Sin embargo, aunque Fomento debió proceder a la transferencia o cesión en noviembre de 2020, el trámite no se ha materializado.
“La ley establece que son 13.2 cuerdas de terreno, que es todo el terreno, pero ellos (Fomento) entienden que hay un edificio de este terreno que estaba pignorado (cedido como garantía) a la deuda del país y que se supone que la gobernadora lo supiera cuando nos lo dio”, explicó Clavell Fontánez.
“Les dije que llevan 20 años con una facilidad que nunca ha tenido uso para nada, incluso vino Cervezas del Sur y ese edificio no lo usaron, no hicieron nada. ¿Qué valor puede tener eso en el mercado? ¿Qué puedes repagar con esa propiedad?”, cuestionó.
Además, según el directivo, el edificio en disputa “está destruido”.
Más piedras en el camino
A más de tres años de firmada la ley, el estancamiento se enraíza, porque Fomento pasó la bola a la cancha de la Junta de Control Fiscal, entidad que todavía no se ha expresado.
“Ellos enviaron eso a la Junta de Control Fiscal para que emitiera una opinión de qué iban a hacer con ese edificio”, señaló Clavell Fontánez, quien incluso propuso a Fomento que separe ese edificio y le entregue el resto del terreno, pero los directivos de esa agencia tampoco han accedido.
“Le dije si querían segregar, pero me contestaron que no se puede segregar, porque la ley dice que es todo el terreno. Pues les digo que me den todo el terreno”, indicó. “Ese es el tranque”.
Durante los pasados tres años, la Fundación Gogo se ha dedicado a habilitar en dicho solar su centro médico multidisciplinario, ampliarlo con servicios educativos y de impacto comunitario, y ya anunció que se propone construir este año un hogar para adultos mayores.
No obstante, el carecer de la titularidad del terreno cierra puertas para obtener financiamiento bancario.
“Mientras tanto, nos cierran las posibilidades a nosotros de poder buscar financiamiento para poder desarrollar los proyectos, porque ya tendríamos un terreno a nombre de la fundación que nos serviría de colateral”, expuso. “Tenemos que seguir con lo que podamos recaudar”.
Entretanto, al no contar con los planos del terreno, se ha visto en la obligación de adivinar poco a poco cuál es la configuración de la construcción.
“Tuve que caminar todo el terreno para ver cómo funcionaban las cosas aquí”, agregó Clavell Fontánez.