El plan para relocalizar a un centenar de familias que durante décadas ha recibido órdenes de desalojo debido a la amenaza de otra violenta crecida del río Yauco, parece desmoronarse.
A casi siete años de la catastrófica inundación que acorraló a la urbanización Lucchetti, arrasó el Parque Ovidio “Millino” Rodríguez, inundó la principal entrada a la ciudad y durante días dejó intransitable la carretera PR-2, solo 18 titulares de esta comunidad yaucana han logrado mudarse a un hogar seguro, con la ayuda de vales federales que han pagado el valor de sus propiedades.
Otras 47 familias, sin embargo, también cualificaron para estos vouchers, pero permanecen en Lucchetti estancadas, vulnerables, al no conseguir otra casa o vendedor que acepte el vale federal, reconoció a La Perla del Sur el alcalde de la ciudad, Ángel Luis Torres Ortiz.
Los restantes 60 dueños de viviendas, aclaró, no lograron cualificar para el programa de auxilio federal debido a su nivel de ingresos o porque la casa afectada no es su residencia principal.
“En este momento no hay otra salida. Estas personas van a seguir allí”, expresó por primera vez el ejecutivo municipal.
El trasfondo
Tras el paso por la isla del huracán María en septiembre de 2017, el alcalde Torres Ortiz medió entre funcionarios federales y secretarios gubernamentales para la aprobación de un plan de rescate que viabilizara la relocalización de todos los vecinos de Lucchetti. Esa propuesta comenzó a cobrar forma en septiembre de 2018.
Como Torres Ortiz explicó ese mes a La Perla del Sur, entre las alternativas sobre la mesa figuraba la entrega de vales con un valor máximo de $120 mil para que cada habitante de Lucchetti comprara una vivienda en otro lugar: suma que procedería de una asignación global de $1,500 millones en fondos del programa CDBG-DR que Puerto Rico recibió ese semestre.
Esta opción, empero, no podía ser extensiva a vecinos que, aunque igualmente afectados por el embate de María, poseían casas como inversión o herencia y residían en otro lugar. Tampoco a las personas cuyos ingresos excedían las tablas estipuladas por el gobierno federal.
A partir de entonces, la administración de Torres Ortiz comenzó a explorar alternativas. Entre ellas, que junto al Departamento de la Vivienda federal y local se identificaran fondos para expropiar las casas a cuyos dueños no les aprobaron vales. Esto con un objetivo claro.
Los fondos CDBG-DR asignados para el auxilio a residentes incluyen partidas para la demolición de las estructuras que se vayan desalojando y, con dinero adicional para expropiar las residencias de quienes no cualificaron para los vouchers, el gobierno municipal podía despoblar la urbanización, despejar el terreno y dejar atrás décadas de riesgos para los habitantes de Lucchetti.
Sin embargo, tras años de intentos, las gestiones fueron estériles.
“No se prevé por el Estado un programa de expropiación forzosa para pagarle (a quienes se denegaron vales) la justa compensación”, agregó Torres Ortiz.
¿Sin solución?
Ante este panorama, la cercanía de otra temporada de huracanes y la imposibilidad para decenas de residentes de acceder a capital para conseguir un hogar seguro, el alcalde Torres Ortiz ha redirigido su atención a otro proyecto: la canalización parcial del río Yauco.
“Este proyecto de mitigación debe ser la solución”, sentenció. “Que canalicen parcialmente el tramo del río Yauco, desde el área de Chichamba hasta el puente de la carretera número 2, con canales de hormigón”.
Para esta propuesta, “hay un estimado de $30 millones, que es menos oneroso que expropiar las residencias que faltan”, alegó. “Y entonces, se podría dar un poco más de estabilidad a la comunidad”.
No obstante, la petición de fondos para esta obra se sometió hace tres años a la Agencia federal para el Manejo de Emergencias (FEMA en inglés). Desde entonces, el Gobierno Municipal de Yauco, ni el proponente de la obra, el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales, “hemos tenido contestación por parte de FEMA”, aseguró Torres Ortiz.
Aun así, insistió, “es el único mecanismo real de mitigación en esa zona”.
Lagunas y más incertidumbre
En caso de que esta opción sea finalmente considerada y aprobada por la agencia federal, restaría un largo trecho de trámites burocráticos antes de que pueda anunciarse la colocación de la primera piedra del proyecto y lograr su finalización.
Asimismo, advendría un nuevo debate: qué hacer con los solares baldíos donde hasta hace poco existieron residencias de la urbanización y el Departamento de la Vivienda ordenó su demolición.
“Excelente pregunta”, reconoció el alcalde. “Si se lograra la canalización parcial allí, entonces tendríamos que verificar si se permitiría, por ejemplo, que a las residencias contiguas se le pueda ceder ese terreno para expandir o si quieren tener un área recreativa”.
“Pero, ahí nos estaríamos aventurando”, agregó. “Ahora, lo más propio es que logremos este proyecto de mitigación. En este momento no hay otra salida”, reiteró.