La Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) solicitó este viernes «ayuda urgente» para garantizar la recuperación de la producción alimentaria y hacer frente a las necesidades inmediatas de subsistencia en las regiones de Turquía y Siria afectadas por el terremoto.
«La prioridad de la FAO tanto en Turquía como en Siria es garantizar que las comunidades rurales más dañadas puedan mantener y recuperar la producción de alimentos básicos, tras los efectos devastadores provocados por el seísmo en las infraestructuras agrícolas y ganaderas de ambos países”, indicó en una nota.
La serie de terremotos del pasado 6 de febrero en el suroeste de Turquía y el norte de Siria se han saldado hasta ahora con la muerte de más de 40,000 personas y decenas de miles de heridos, además de daños y derrumbamientos en miles de edificios.
Aunque menos visibles, sus efectos también se han dejado notar en las comunidades rurales, incluyendo aquellas que acogen a las víctimas del terremoto de pueblos y ciudades cercanas, según la FAO.
«Las actividades en ambos países se centrarán en el suministro de insumos agrícolas (piensos, semillas, plantones, fertilizantes, combustible, herramientas, equipos), atención veterinaria (tratamiento y vacunación del ganado) y transferencias incondicionales de efectivo», explicó el organismo de la ONU.
En Siria se ha visto seriamente afectada la capacidad de producción de alimentos, especialmente debido a la pérdida de ganado, equipos agrícolas, invernaderos, sistemas de riego, almacenes y fábricas de pienso, lo que para la FAO «amenaza la seguridad alimentaria inmediata y a largo plazo».
Mientras, en Turquía, el organismo de la ONU trabaja para rehabilitar la infraestructura utilizada en la actividad agrícola, lo que incluye sistemas de riego, carreteras, mercados y almacenes.
La guerra civil en Siria, que se alarga desde el 2011, ya provocaba una grave crisis humanitaria que requería de la ayuda internacional para garantizar la alimentación de los habitantes de la zona afectada por un terremoto que ha empeorado aún más la situación.
Tras el seísmo, la FAO ha solicitado con urgencia a la comunidad internacional $35 millones para hacer frente a la agravada falta de alimentos que sufren 1.2 millones de ciudadanos de las áreas rurales de Turquía y Siria.
En estos momentos y en colaboración con las autoridades locales competentes, la FAO evalúa las repercusiones del terremoto en la agricultura «para comprender mejor el alcance de los daños e identificar las áreas prioritarias de intervención con el fin de reanudar rápidamente la producción de alimentos y restituir las cadenas de valor alimentarias en su conjunto».