El terremoto que ha sacudido Turquía y Siria ha movilizado el apoyo de cerca de un centenar de países e instituciones, fundamentalmente con el aporte de equipos de voluntarios para los rescates así como financiación y suministros para la atención a los supervivientes.
El propio presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha agradecido hoy esta ayuda material y humana enviada, según sus datos, por 70 Estados y 14 organismos internacionales en una operación de rescate conformada por unas 50,000 personas, que incluye la presencia de 2,700 especialistas en rescate procedentes de 65 países que han llegado ya o van de camino a las zonas más afectadas.
El ejecutivo de Ankara destinará $5,357 millones en ayuda de emergencia para esas regiones, que han sufrido el peor desastre de este tipo desde 1939, cuando perecieron más de 32,000 personas: en este momento, solo en Turquía, se han rescatado ya 3,500 muertos y atendido a 22,000 heridos.
En el caso de Siria, con más de 1,500 muertos y más de 3,000 heridos, los primeros aviones con suministros y personal especializado han llegado este martes procedentes de varios países islámicos y de Rusia, según la agencia de noticias siria SANA.
El gobierno de Bagdad envió dos aviones con alimentos, materiales médicos y otros suministros, anunciando un puente aéreo entre el territorio iraquí y el sirio para agilizar la ayuda y confirmando también el envío de un primer convoy con combustible.
Irán y Argelia también han remitido mantas, tiendas de campaña, alimentos, medicamentos y equipos de Protección Civil, y de Rusia ha llegado otro avión con suministros y equipos de rescate.
Esta ayuda se quedará en la zona controlada por el gobierno de Damasco y en principio no será compartida en el área bajo control de los insurrectos que desataron una guerra civil en Siria, que dura ya casi doce años.
Los Estados miembro de la Unión Europea han enviado hasta ahora cerca de 1,200 socorristas a Turquía con casi 80 perros especializados en la búsqueda de supervivientes, según confirmaba este martes la Comisión Europea, y al menos 11 de los equipos de búsqueda y rescate están sobre el terreno.
Un total de 19 de los 27 países europeos participan en el despliegue organizado desde el Centro Europeo de Coordinación de Respuesta a Emergencias.
La ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, demandó hoy que la ayuda humanitaria pueda llegar a todas las víctimas del terremoto en el norte de Siria, incluso a los opositores al régimen de Damasco, y prometió donaciones para las ong que se encuentran sobre el terreno, incluyendo un primer millón de euros para Malteser International.
Italia ya ha remitido un equipo del Departamento de bomberos y defensa civil y ha anunciado que levantará un hospital de campaña en Turquía y prepara nuevos envíos de unidades y bienes esenciales según el Ministro de Defensa Civil, Nello Musumeci.
Otros países como Portugal, Francia, Austria, Hungría o Grecia también han anunciado envíos, además de dos países europeos que no están en la UE: Albania y Montenegro.
El rey de España, Felipe VI, prometía «toda la solidaridad y la ayuda necesaria» para superar la tragedia desde Luanda (Angola), donde ha comenzado una visita de Estado junto a la reina Letizia, mientras el Gobierno de Madrid confirmaba el apoyo español, que incluye dos buques con 500 infantes de Marina -el ‘Juan Carlos I’ y el ‘Galicia’- y dos aviones de la Unidad Militar de Emergencias con cerca de un centenar de bomberos de varias regiones.
Además, un contingente de Bomberos Unidos Sin Fronteras está ya en la zona fronteriza entre Siria y Turquía, y uno de sus portavoces ha explicado que se está produciendo «una gran respuesta de equipos de rescate internacionales» con «una buena organización de las autoridades».
También hay ayuda financiera como la anunciada por el Gobierno de Líbano, que eximirá a compañías de transporte aéreo y marítimo del pago de todas las tasas para facilitar la llegada de ayuda humanitaria en el Aeropuerto Internacional Rafic Hariri de Beirut y los puertos de Trípoli y Beirut.
Otras organizaciones como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Unicef o el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) también están pendientes de la mejor forma de ayudar en esta catástrofe.