Los ataques israelíes azotaron la Ciudad de Gaza durante la noche y la madrugada del jueves mientras sus fuerzas terrestres combatían a los insurgentes de Hamás en densos vecindarios urbanos de los que decenas de miles de personas se han marchado en los últimos días.
El éxodo desde la Ciudad de Gaza y zonas cercanas en el norte del territorio se ha acelerado en los últimos días. Según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, 50 mil personas huyeron hacia el sur por la principal carretera de Gaza durante un periodo de varias horas anunciado por el ejército.
Hay combates y bombardeos cerca de la carretera y los evacuados dijeron que han visto cadáveres durante el trayecto, añadió la OCHA. La mayoría viajan a pie, con las pertenencias que pueden cargar, y muchos llevan niños en brazos o empujan a familiares mayores en carros.
El Ministerio del Interior gazatí, dirigido por Hamás, que ha instado a los palestinos a quedarse en sus hogares, pidió a la prensa que no difunda imágenes del éxodo.
Un mes de incesantes bombardeos israelíes sobre Gaza ha dejado más de 10,300 palestinos muertos — de los cuales dos tercios son mujeres y niños — de acuerdo con el Ministerio de Salud del territorio palestino gobernado por Hamás. Se cree que otras 2,300 personas están sepultadas bajo los escombros de los edificios destruidos por unas bombas que arrasaron cuadras enteras.
Los insurgentes de Hamás mataron a 1,400 personas durante el asalto del 7 de octubre que dio inicio a la guerra y capturaron a 242 personas como rehenes. Israel dijo que 32 de sus soldados han muerto en Gaza desde el inicio de la ofensiva terrestre.
Los insurgentes palestinos han seguido disparando proyectiles hacia territorio israelí y alrededor de 250 mil israelíes han tenido que evacuar comunidades próximas a Gaza y a la frontera norte con Líbano, donde las fuerzas israelíes suelen intercambiar disparos con el grupo insurgente Hezbollah.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha afirmado que cualquier alto el fuego temporal tendría que ir acompañado de la liberación de los rehenes capturados por Hamás durante su asalto.
Según el país, en Gaza hay alrededor de 240 rehenes, tanto israelíes como extranjeros. Su difícil situación ha impulsado el respaldo a Israel en la guerra a pesar de la creciente preocupación internacional por la población civil palestina.
El Grupo de los Siete, que reúne a las democracias más desarrolladas del mundo e incluye a estrechos aliados de Israel, emitió un comunicado el miércoles en el que condenó a Hamás y respaldó el derecho israelí a la autodefensa. Pero el G7 pidió también el suministro “sin interrupciones» de alimentos, agua, medicamentos y combustible, así como “pausas humanitarias” en los combates.
El posible pacto de alto el fuego está mediado por Estados Unidos, Egipto y Qatar, el país del Golfo Pérsico que ejerce de mediador con Hamás.
Un alto funcionario estadounidense indicó que la Casa Blanca ha sugerido que Israel considere la posibilidad de vincular la duración de la pausa a la liberación de un cierto número de rehenes, una fórmula que podría utilizarse en el futuro. Todos los funcionarios hablaron bajo condición de anonimato por temor a interferir en las delicadas negociaciones en curso.