Expresar el deseo de convertirse en donadores de órganos es crucial para hacer conciencia en los familiares y que estos respeten el deseo de las personas que quieran convertirse en donantes altruistas tras la muerte, destacó este martes una especialista mexicana.
“En México la cultura de trasplantes está tomando fuerza nuevamente tras la pandemia por covid-19, pero donde nos hace falta más impulso es en la parte de los órganos cadavéricos porque no basta que alguien exprese su consentimiento en vida, sino que se respete la decisión tras la muerte”, explicó a EFE la doctora Ana Patricia Moreno Villaseñor.
En el marco del Día Mundial del Paciente Trasplantado, que se conmemora el 6 de junio, la gerente médico de oncología, hematología y trasplantes de Sanofi México detalló que un trasplante consiste en trasladar un órgano, tejido o un conjunto de células de una persona (donante) a otra (receptora), o bien de una parte del cuerpo a otra en un mismo paciente, para reemplazar algún órgano o tejido enfermo o lesionado por uno sano.
Afirmó que, para muchos pacientes, el trasplante no solo representa la última alternativa de tratamiento “sino la única posibilidad de vivir”.
Sin embargo, en el país actualmente, de acuerdo con cifras del Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra), existen 20,597 receptores en espera de un órgano o tejido.
De ellos, 16,311 requieren trasplante de riñón, 4,014 de córnea, 217 de hígado, 39 de corazón, 7 de hígado y riñón, 4 de páncreas, 2 de riñón y páncreas, 2 de corazón y riñón y 1 de corazón y pulmón.
Para Moreno Villaseñor, pese a que hoy en día está más difundida la cultura de la donación en México, lo cierto es que existen varios factores que dificultan que los trasplantes sean una realidad.
“Ofrecer mis órganos si llego a fallecer debería ser el primer paso; sin embargo, al momento en el que ocurre la muerte, muchas veces los familiares contradicen o se contraponen a esa voluntad”, lamentó.
Además, dijo, en muchas ocasiones entre el fallecimiento y la decisión de las familias de aceptar la donación de su ser querido transcurre un tiempo valioso para el tiempo de vida de los órganos o tejidos para que sea útil el trasplante.
Es por ello que, subrayó, es importante que la familia sea partícipe de la decisión desde que las personas deciden inscribirse como donantes para que los familiares estén conscientes y se pueda cumplir el deseo de las personas.
Asimismo, señaló la necesidad de contar con el número de médicos y equipos de cirugía necesarios para tener la posibilidad de un trasplante en el momento de que ocurra la muerte de un paciente y que sus órganos sean recuperados.
“Si en ese momento no tenemos un equipo médico que por cargas de trabajo no es posible que se desplace a un hospital en donde estén esos órganos, pues nuevamente no vamos a obtener el resultado esperado”, enfatizó.
Pese al incremento de las campañas de donación de órganos y tejidos, el país tiene una tasa de 4.5 donaciones de fallecidos con muerte cerebral por cada millón de habitantes.
Hasta 2018, México ocupaba el duodécimo lugar en este rubro en Latinoamérica, después de Puerto Rico, Uruguay, Argentina, Colombia, Cuba, Brasil, Chile, Panamá, Costa Rica, Venezuela y Perú, y ello pese a ser el segundo país más poblado de la región.