La época navideña suele ser motivo de encuentros familiares y momentos de algarabía que, en noches festivas, son coronados con abundante pirotecnia.
Sin embargo, estos petardos, bengalas, cohetes, fuegos artificiales y hasta cuartos de dinamita producen ruido, humo y olor a pólvora en exceso que afecta a grupos vulnerables de personas y animales.
Entre ellos, los adultos mayores, niños con alguna condición de salud, personas con condición de salud mental o con diversidad funcional.
Solo en niños pequeños, la pirotecnia podría causar pérdida auditiva o zumbidos (tinnitus) que pueden ser temporeros o irreversibles.
Entretanto, personas con autismo o que padecen de trastorno del procesamiento sensorial reaccionan de manera adversa ante estos estímulos auditivos fuertes, ya que perciben los ruidos lejanos con mayor agudeza e intensidad, provocándoles además una abrupta sensación de dolor.
Esta situación estresante puede desencadenar conductas de autolesión, agresiones físicas a otros, llanto y otras reacciones impulsivas y descontroladas, que no comprenden ni toleran.
Los pacientes de salud mental también se ven afectados por el ruido que emite la pirotecnia. En el caso de quienes padecen desorden post traumático, estos ruidos pueden traer recuerdos de experiencias traumáticas y alterar o afectar su estabilidad.
En los adultos mayores, la exposición al humo afecta su sistema respiratorio y compromete su salud, especialmente aquellos que padecen enfermedades respiratorias, asma, diabetes y enfermedad cardiaca.
También a esta edad se va perdiendo la capacidad auditiva, por lo que estos sonidos estruendosos pueden afectar el oído y provocar la perdida de balance, además de tinnitus o aumentar la pérdida auditiva.
Recomendaciones
Para mitigar estos efectos es aconsejable que se dialogue con las personas especialmente vulnerables, anticipando lo que sucederá en las fiestas.
Cuando los episodios ocurren, algunas reaccionan bien al abrazarlos fuertemente, pero otras no, sobre todo los adolescentes o los mayores pueden reaccionar empujando y corriendo.
También se debe identificar una habitación de la casa donde el ruido se perciba con menor intensidad. Asimismo, se recomienda utilizar tapones o auriculares que bloquean el sonido.
Entretanto, quienes emplean pirotecnia en sus fiestas pueden considerar otras opciones que sean del disfrute de todos los miembros de la familia e invitados a la celebración. Entre ellas, adornos fluorescentes, pulseras y collares, globos, serpentinas o confeti, luces led en colores y fuegos artificiales sin ruidos.
En estos días de compartir en familia todos tienen derecho a celebrar. De igual modo, la ocasión navideña también llama a compartir, a la solidaridad y la empatía. Por eso, si tiene un vecino o familiar enfermo, anciano o con alguna necesidad especial, evite la pirotecnia.
Para más información visite la página de Facebook @Colegio de Profesionales de Terapia Ocupacional de Puerto Rico.
La autora es terapeuta ocupacional.