Los pagos mensuales a casi 63 millones de jubilados y beneficiarios del Seguro Social podrían reducirse 23 por ciento en solo ocho años, si el Congreso de los Estados Unidos no interviene y refuerza el programa, publicó este miércoles la entidad en su informe anual.
La revelación coloca al Fideicomiso del Seguro de Vejez y Sobrevivientes en el plano de la “incapacidad” para cumplir con todas sus obligaciones en el año 2033, cuando el programa tendrá ingresos para pagar solo el 77 por ciento de los beneficios totales programados.
No obstante, las perspectivas del fondo que financia los beneficios por discapacidad del Seguro Social para 8.2 millones de personas adicionales -un fideicomiso independiente- se mantienen estables, ya que puede pagar todas sus facturas hasta el año 2099, agrega el informe.
Este panorama, empero, no lo comparte el fideicomiso que financia la atención hospitalaria de los beneficiarios de Medicare, un servicio puntual para incapacitados y jubilados, ya que este fondo no podrá pagar todas sus facturas en el 2033, tres años antes de lo estimado en el informe del año pasado.
El cambio, según los fideicomisarios, corresponde al aumento del gasto en atención hospitalaria en 2024, una tendencia que se pronostica continuará en los próximos años.
Además, el informe no contempló ni analizó el efecto a corto y largo plazo de las políticas del presidente Trump en materias como aranceles y deportaciones masivas, las que podrían agravar los déficits del programa.
Como advirtió este miércoles Kathleen Romig, directora del Center on Budget and Policy Priorities, si los aranceles de la administración provocan una contracción económica y la pérdida de empleos en los Estados Unidos, los ingresos del fondo fiduciario decaerán más, ya que se reducirían los impuestos sobre la nómina.
Asimismo, puntualizó que la masiva exportación y fuga de migrantes también lacerará los ingresos del programa, ya que la mayoría representa un ingreso neto para el Seguro Social.
¿Hora de ajustes?
Para poner en perspectiva la magnitud del déficit financiero y evitar sus efectos, sería necesario elevar el impuesto sobre la nómina en 3.65 por ciento, estimaron los fideicomisarios, lo que mantendría solventes los fondos combinados de jubilación y discapacidad durante los próximos 75 años.
Esto elevaría el impuesto total del Seguro Social al 16.05 por ciento. La tasa actual de 12.4 por ciento suele ser compartida entre los trabajadores y sus empleadores.
Por ley, el Seguro Social no puede utilizar fondos de los ingresos generales del presupuesto federal para pagar beneficios. Por ello, los fideicomisarios instaron a los congresistas a abordar los déficits “de manera oportuna”, para que cualquier cambio pueda implementarse gradualmente, dando a los trabajadores y beneficiarios tiempo para adaptarse.
“Implementar los cambios más temprano que tarde permitiría que más generaciones compartan los aumentos de ingresos necesarios o las reducciones en los beneficios programados”, recomiendan en el informe.
Antes del 2021, el Seguro Social recaudaba más en ingresos de lo que pagaba en beneficios, acumulando un excedente en sus fondos fiduciarios, detalla en su portal oficial la organización AARP.
Ahora, “con los boomers jubilándose y la población beneficiaria creciendo, el excedente se está utilizando para complementar los ingresos provenientes del impuesto sobre la nómina y pagar los beneficios en su totalidad”, explica además.