Ante el aumento de visitantes a las playas durante la Semana Santa, autoridades de salud pública han reiterado las recomendaciones para prevenir daños por exposición solar excesiva y el consumo de alcohol, dos factores que suelen combinarse en estas fechas y que representan riesgos importantes para la salud.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), la exposición prolongada a los rayos ultravioleta (UV) sin protección puede provocar quemaduras solares, envejecimiento prematuro de la piel y aumentar significativamente el riesgo de cáncer de piel, particularmente el melanoma, uno de los tipos más agresivos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) también advierte que la radiación solar es más intensa en zonas cercanas al ecuador, como Puerto Rico, y entre las 10:00 de la mañana y las 4:00 de la tarde. El uso de protector solar con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30, junto con ropa ligera de manga larga, sombreros de ala ancha y gafas con filtro UV, son medidas esenciales para reducir el daño.
Por otro lado, el consumo excesivo de alcohol en ambientes playeros puede aumentar el riesgo de deshidratación, accidentes, intoxicación e incluso ahogamientos. El alcohol afecta la coordinación, el juicio y la capacidad de reacción, lo cual puede ser fatal al combinarse con actividades acuáticas o la exposición al calor extremo.
“El alcohol puede enmascarar señales de agotamiento por calor o insolación, y eso es especialmente peligroso en ambientes donde la hidratación y la sombra escasean”, advierte el CDC.
Asimismo, explica que la combinación de alcohol y sol incrementa el riesgo de golpes de calor, particularmente en personas mayores, niños y aquellos con condiciones médicas crónicas.
Las autoridades recomiendan alternar bebidas alcohólicas con agua, evitar el consumo en exceso, y procurar descansar bajo sombra en intervalos regulares. Además, se exhorta a nunca nadar bajo los efectos del alcohol ni dejar a menores sin supervisión en cuerpos de agua.