En los pasados ocho años, cuando la Legislatura ha experimentado una lenta pero progresiva transformación con la entrada de activistas de la sociedad civil de causas diversas, el médico y salubrista José Antonio Vargas Vidot ha ocupado una de esas sillas.
Reconocido por una larga trayectoria de prestación de servicios a las personas excluidas socialmente desde Iniciativa Comunitaria, Vargas Vidot se tiró al ruedo político en las elecciones de 2016 y fue el senador independiente por acumulación que recibió la mayor cantidad de votos: 157,788.
Él y el independentista Juan Dalmau Ramírez, con quien dice “coincidíamos en la mayoría de las cosas”, fueron los únicos senadores de minoría en ese cuatrienio.
El panorama cambió en el 2020, cuando Vargas Vidot fue reelecto y entraron también María de Lourdes Santiago Negrón, del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), Ana Irma Rivera Lassén y Rafael Bernabe Riefkohl, del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC).
De este modo, se formó una especie de caucus que, no solo impulsó legislación en materia laboral, ambiental y de salud, sino que sirvió de barrera a medidas que reducían derechos, por ejemplo, a las mujeres y a la comunidad LGBTTIQ+.
“El que contáramos quizás con un pequeño caucus, que yo pienso que ese es el nacimiento de la Alianza, nos dio muchas posibilidades, no solamente para mis proyectos sino para los de mis compañeras y del compañero Bernabe”, indicó el legislador en entrevista con La Perla del Sur.
Vargas Vidot se refirió a la Alianza de País, compuesta por el PIP y el MVC, que presenta candidaturas de consenso -encabezadas por la gobernación- para aumentar las opciones de triunfo en las elecciones del 5 de noviembre.
“En realidad, trabajamos con mucho respeto y mucha intensidad. Y eso fue evidente, no fue por casualidad, no fue que se dio por una necesidad o por capricho, sino que quisimos inclusive probarle al pueblo que, aun cuando pudiéramos tener diferencias en el abordaje de un asunto, siempre, siempre, siempre que se piensa en el pueblo hay una posibilidad de armonía. Y yo creo que, en ese sentido, el tener a los compañeros del Movimiento Victoria Ciudadana dentro de la Legislatura para mí fue un alivio porque eso mismo lo tuve que luchar el pasado cuatrienio solo”, explicó el senador, antes de reconocer que junto a Dalmau Ramírez fue coautor de varias medidas.
Esas luchas a las que se refiere Vargas Vidot surgen de sus propias inquietudes, pero también de las peticiones de personas de la comunidad que lo identificaron como la vía para canalizar soluciones a sus problemas.
“El 30 o 40 por ciento de mis medidas, son medidas por petición. Quiere decir que yo escucho a la gente”, aseveró.
Además, ha creado espacios de capacitación en materia legislativa, para empoderar a las personas que desean proponer política pública.
“Hemos establecido mesas comunitarias permanentemente, hemos establecido el Diagnóstico Comunitario Participativo y desde mi oficina se creó la primera Escuela de Diseño Social, gratuita, para que las comunidades, asociaciones e individuos puedan dotarse de conocimiento, capacitación, de cómo funcionarían como legisladores y legisladoras comunitarias. Esas son cosas que la gente ha empezado a utilizar”, detalló.
Ejemplo de un estatuto que surgió por petición es el Proyecto del Senado 1395, presentado por Vargas Vidot, Rivera Lassén y Bernabe Riefkohl, que creó la Ley de la Reserva Natural Los Jardines Submarinos de Vega Baja y Manatí.
“La gente se siente en la oficina que tiene un foro donde quejarse y poder articular lo que va a ser una estrategia que sea viable”, resaltó.
Leyes e investigaciones con resonancia nacional
Desde la presidencia de la Comisión de Iniciativas Comunitarias, Salud Mental y Adicción, Vargas Vidot ha podido encaminar legislación, pero también investigaciones que han destapado irregularidades en diversas agencias.
“Hay muchas leyes hoy que se derivan de la acción de mi comisión y del conocimiento y la experiencia que tributa las vivencias que he tenido en la trayectoria de salubrista. Por ejemplo, tenemos la Ley 35 para la prevención de muertes por sobredosis, que desde que se implantó ha disminuido las muertes en 30 por ciento, aun cuando han subido las sobredosis, que eso es prácticamente imparable”, indicó.
“También la Ley 36 para crear un Observatorio de Drogas científico, para que en los próximos años las estrategias de abordaje sean basadas en evidencia, para que se comparta conocimiento científico y para que se establezcan políticas públicas que sean afines con la realidad que se puede documentar a partir de estrategias que son formales. Eso no existía”, continuó.
Otras medidas que ha podido encaminar exitosamente son la reforma de la Ley de Menores, la enmienda de la Ley General de Sociedades Cooperativas de Puerto Rico para permitir que los jóvenes 18 años puedan ser admitidos como socios en las cooperativas de tipos diversos, y el aumento del salario mínimo.
“Hemos estado como grupo, como colectivo, metidos en proyectos que quizás no son espectaculares en términos mediáticos, pero son importantes para preservar las posibilidades transformadoras de un país”, manifestó.
Otras gestiones que le enorgullecen, pero se han colgado o quedado pendientes en el trámite legislativo, son la ley de licencia por paternidad, la ley de licencia de maternidad por adopción, la ley para declarar un estado de emergencia por violencia de género, la reforma de la Universidad de Puerto Rico, la descriminalización del uso personal de drogas y el Proyecto del Senado 778 para erradicar el sinhogarismo.
Este último generó sorpresa, pero por el rechazo que recibió de varias organizaciones que atienden a personas sin hogar.
“El Proyecto del Senado 778 es uno de los proyectos más importantes en mi vida porque he trabajado años con el sinhogarismo. Estoy presentando una medida que tiene la capacidad, la garantía, de que la propia comunidad dirija una agencia de gobierno por primera vez, y sea quien la sustente y tenga el financiamiento adecuado. Y, sin embargo, algunas organizaciones comunitarias revelaron que era más importante preservar la nómina de su organización que erradicar un fenómeno que es tan doloroso, tan triste y del cual salen otros elementos indeseables en la comunidad, como la violencia, el tráfico de drogas, la exclusión social, y problemas de salud que son infecto contagiosos”, expuso.
“En el Senado se aprobó unánimemente y en la Cámara las fuerzas se retomaron y el sistema logró convencer a los legisladores, que fueron yo no sé si sananos o maliciosos, de no aprobar esa medida y dejarla colgando”, lamentó.
En cuanto a investigaciones, resonaron a nivel de país las que condujo sobre la muerte de la confinada Shannel Colón Ponce y la excarcelación del convicto feminicida Hermes Ávila Vázquez.
“Y la investigación sobre Corrección en términos de los servicios de salud mental y servicios de salud física, eso se está llevando a cabo. Es una investigación histórica. Lleva 10 vistas públicas, revisión de literatura, investigaciones periféricas que han logrado identificar los patrones de mal uso de fondos y de ineficiencia dentro de la parte de salud”, puntualizó.
En busca del tercer cuatrienio
Al evaluar el camino andado, Vargas Vidot expresó que “en términos de metas y objetivos, me he sentido muy cómodo porque, como he trabajado tantos años en la comunidad, me pareció absolutamente lógico que en algún momento me separara del área donde estoy señalando y a quien le estoy exigiendo, para ponerme en el lugar donde se hacen las leyes y donde se pueden enmendar los elementos que son perniciosos a las causas de la comunidad”.
Como las motivaciones, inquietudes, denuncias y propuestas le sobran, se ha vuelto a postular para tratar de juramentar a un tercer término.
“Yo creo que el país debe de contemplarme, no como una opción ideológica. Creo que debe contemplarme más bien como ese puntito en el medio de las dos canastas de una balanza, en donde se pueden establecer posibilidades, ampliar, optimizar medidas. Mi oficina es la oficina de lo imposible, de las personas que todo el mundo rechaza, de las ideas que nadie escucha, de las inquietudes que nadie asume con sensibilidad”, afirmó.
“Y, por lo tanto, siempre es vital para un parlamento que haya alguien que no tenga ningún inversionismo político detrás, que no tenga una ideología que obligue a ser fiel y leal irracionalmente, y que no tenga ningún amarre con nadie que no sea con la conciencia y la gente”, continuó.
Insistió, pues, en que lo de senador independiente no es solo nombre, sino que se refiere a que la lealtad que siente hacia las personas que representa lo lleva a hacerlas partícipe de su trabajo.
“En mi primer cuatrienio presenté 459 medidas, en este cuatrienio he presentado 200 medidas. Y no lo digo por una estadística boba, sino que fueron medidas pensadas, trabajadas en vistas públicas y con participación del pueblo. Y, además, nuestra oficina estableció un elemento interesante y es la provisión de servicios de trabajo social sin estar amarrado a padrinaje. Así que, si queremos que eso continúe, creo que la gente debe pensar seriamente en mantenerme allí. Eso no le hace daño a su ideología, al revés, yo soy un seguro de que las cosas se van a discutir como deben de discutirse”, sentenció Vargas Vidot.