La pasada de década nos pasó una costosa factura por la falta de liderato público, la ausencia de políticas de avanzada, la intensificación del centralismo gubernamental y la ausencia de colaboración entre el sector público y privado.
El resultado agregado de estas debilidades y amenazas descarriló la posibilidad de que como país construyéramos una agenda colectiva, capaz de transformar nuestros problemas sociales, económicos, políticos y ecológicos en oportunidades y soluciones. Una agenda que además nos guiara con certeza y firmeza al futuro del desarrollo sostenible humano en nuestras ciudades y centros urbanos históricos.
Aun así, no hay razón para cometer el mismo error. Tampoco hay tiempo para cruzarse de brazos.
Para alcanzar esta meta y fortalecer el metabolismo del ecosistema de innovación de las ciudades y centros urbanos, proponemos la innovación colaborativa como cultura co-creativa: un modelo que ya habita entre nosotros, que enfrenta a diario los retos de esta crisis y gestiona proyectos cruciales para nuestro futuro.
A diario organizaciones comunitarias, culturales y creativas sin fines de lucro, empresas sureñas de industrias diversas como el turismo, la gastronomía, tecnología, manufactura, salud, energía educación, logística, construcción y servicios profesionales asumen -junto a instituciones educativas públicas y privadas- el liderato y los altos riesgos financieros para ejecutar con determinación agendas, proyectos e iniciativas con un alto beneficio público y el bien común como norte.
Sin ruido ni estridencia, lo hacen y demuestran, con logros constatables y ejemplares.
Sin embargo, la vitalidad de las ciudades demanda mucho más que proyectos e iniciativas. Hace falta co-crear conexiones, puentes, colaboraciones y cooperaciones entre sectores, empresas y organizaciones, para avanzar una visión colectiva.
Por eso, necesitamos confiar, crear y construir juntos.
La revitalización de la ciudad contemporánea no es solo su reconstrucción física e infraestructural. Revitalizar nuestras ciudades es un proceso más complejo que abraza la concertación multisectorial.
La innovación colaborativa es la cultura creativa orientada a la construcción de puentes para sobrepasar la dicotomía de competitividad vs. sostenibilidad, orientándonos a nuevos procesos de co-creación.
Alcanzar la sostenibilidad de las ciudades y los centros urbanos históricos de nuestra región sur requiere del alineamiento estratégico de todos los recursos, de la concertación de acciones multisectoriales críticas y de optimizar el metabolismo de su ecosistema de innovación.
En la comunicación, accesibilidad y conectividad de nuestro ecosistema están las cualidades diferenciadoras e indispensables para su desarrollo sostenible.
Excelente artículo. Hay que unir fuerzas para lograr un nuevo país.
Muy atinado artículo.
El próximo paso debe ser motivar a los sectores económicos a cabildear para que estas nuevas prácticas se concreticen, les conviene tanto en estabilidad como en seguridad y producción.