Odio la palabra diáspora, especialmente en el contexto de los puertorriqueños. Porque la gran mayoría simplemente no se quiere ir de su país. Son expulsados por políticas gubernamentales que los ahorcan y por condiciones que favorecen a todos, menos al local.
Entonces, escucharla una y otra vez me retuerce.
Me retuerce también la inactividad del local ante el atropello y la crítica de quien lo denuncia. Igual ver cómo lo único que anuncian nuestros políticos son aumentos para el pueblo.
Incluso me retuerce que pidan resiliencia y a la misma vez silencio al que está afuera. Porque, “Te fuiste”, “Tú no vives aquí”, sin entender que el boricua siempre será boricua y que en la isla dejó su vida: familia y empatía por los que sufren el embate.
Sin entender además que desde acá nos movilizamos después de cada catástrofe para enviar ayuda solidaria al pueblo y a los rincones donde muchas veces la respuesta gubernamental ha fallado.
Desde acá protestamos, apoyamos y criticamos. Todo lo que tengamos que hacer para poner la casa al día. Porque estar acá no es renunciar ni impedimento para pedir un cambio.
Desde acá sabemos el dolor que causa extrañar a la isla, a nuestra sangre, y batallamos contra la depresión que inevitablemente nos causa el cargar también con los problemas que afectan a los puertorriqueños.
Desde acá nos acostamos pensando en Don Jaime, del sector Las Puntas en un barrio donde nadie va y que todavía no tiene luz.
El cambio que necesita Puerto Rico tiene que venir de la isla, pero también desde acá. Porque desde acá nos impusieron una junta que ahorca; y también desde acá se está llevando a cabo el proceso judicial que encadenará a los boricuas de la isla a una deuda fatula que los asfixiará durante décadas.
Sea cual sea tu razón de estar aquí, allá o acá, es tuya y solamente tuya. Pero que eso nunca empañe tus ganas de ver un Puerto Rico mejor. Un Puerto Rico en el que todos podamos vivir sin precariedades diarias. Un Puerto Rico para los puertorriqueños.
El autor es periodista y editor del proyecto Marea Ecologista.
Una realidad que vivo todos los días, estoy fuera de mi isla pero en mi mente y corazón siempre está Puerto Rico, y mis compatriotas. Créanme que uno sufre y le duele todas las cosas que se viven a diario.
Brutal
Me toca muy cerca está reflexión. Tengo dos hijas y un hijo quienes se (nos) fueron y no han podido regresar. Describe muy bien lo que hacemos acá (tirarle a los que se fueron y los que se tuvieron que ir) y lo mucho que hacen los que no habitan en nuestro archipiélago.
Por otro lado, hablamos de «la diáspora» cómo si fuera un grupo homojeneo cuando –no obstante las muchas cosas en que puedan coincidir– las diferencias son muchas entre otras razones porque no es un grupo organizado. Tema para otro artículo.
Somos todos iguales y el que está afuera piensa solo en volver
Es lo más porquería que he leído con razón no vuelves , si no sirves ni para escribir.
La realidad es que por mas que te interese lo que sucede en PR si tomaste la decisión de hacer tu vida en USA, lo que opines no afecta lo que sucede acá. Sobre todo si no vives en un area en donde tengas congresistas que tengan el poder de influir en lo que sucede en PR. Quizas no te parezca justa esta opinión, pero es la realidad. ¿Quieres que tu opinión sobre PR cuente? Hazle presión a tu congresista para que contribuya al desarrollo y mejora de PR. Mientras tanto, tu opinion no cuenta porque no vives las consecuencias de lo que sucede en PR.
Acaso el tener que irse no es una «consecuencia de lo que sucede en PR»? Si las consecuencias las sufre tu mamá, tu papá, tus hermanos… no la sufres tu?
Tengo hijas que por no tener oportunidad de trabajo bien remunerado y respetado en PR han tenido que emigrar. La más chiquita salió lista y le dijo a su empleador en pandemia que trabajaría desde PR y se lo aceptaron, ahora les dijo que si la hacen volver a US se iría con otra compañía y les ganó el caso.
Los jóvenes que se gradúan hoy son así, están bien preparados pero no guardan fidelidad con el empleador.
Te moleste o no, diáspora es la palabra que aplica. Estuve fuera y regresé. Puedo ver los dos lados de la moneda. Al igual q te molesta q digan q no puedes opinar pq no vives en PR, a mi me molestaba escuchar a los q se fueron hablar pestes de PR y sus razones por las q se fueron. Todas muy válidas y cada cual busca donde mejor pueda estar. Lo q nunca aplaudiré es hablar pestes de PR si estás afuera pq no es lo q necesitamos los q estamos aquí. Hay muchos en el exterior y su ayuda es importante. Ustedes son los q si tienen voz y voto. Pueden escoger personas q nos puedan ayudar. Tristemente se quedan en la pelea chiquita. Muchos se mudan y rápido suben fotos de cuanto les cuesta el galón de leche o docena de huevos ahora q están en el norte pero no se insertan en el ruedo político. Luchar desde PR es muy diferente a criticar desde afuera. Aquí, asistir a una marcha le puede costar el sueldo de un día q descuadra la quincena. Muchos tienen más de 1 trabajo y marchar cuesta lágrimas de sangre. Esto claro q es por diseño. El boricua en PR no vive, sobrevive. Criticar desde afuera es mucho más fácil Cdo no se te daña la compra por falta de luz y tú cheque no se ve afectado. La preocupación no se va y lo entiendo. El q no pasó María pq estaba afuera tiende a pensar q aquí exageramos y eso si q ofende. Así q entiendo lo q dices pero luchar desde las trincheras no es igual. Un abrazo y espero algún día puedas regresar a la q siempre será tu isla.
Mi borinquen querido, cómo me dueles! Es triste tener que dejar los tuyos e irte de tu patria.
Gracias Robi!