La Escuela Domingo Massol, ubicada en el barrio Vacas Saltillo de Adjuntas, volvió a tener energía solar gracias a una colaboración del Comité Central Menonita con Casa Pueblo.
En el 2021, el comedor de este plantel fue energizado con el sol para preservar los alimentos, debido a que los apagones en Adjuntas son constantes. Sin embargo, el sistema se desconectó sin previa notificación a Casa Pueblo y nunca fue reinstalado.
“Le habíamos instalado un sistema, estaba todo funcionando muy bien, habíamos mantenido una relación estrecha con la escuela. Y entonces, con tanta división que hay en las agencias del gobierno, un día vinieron a sellar el techo del comedor y sacaron los paneles sin avisarnos y dañaron todo el proyecto”, relató el cofundador y director de Casa Pueblo, Alexis Massol González.
Esta escuela, que sirve a 96 estudiantes de kinder a quinto grado de Vacas Saltillo, Lago Garzas y el pueblo, ha estado bajo amenaza constante de cierre en los pasados años. Para fortalecer la defensa de la comunidad escolar para que permanezca abierta, Casa Pueblo y el Comité Central Menonita se unieron y le reinstalaron la energía solar.
“Venimos otra vez a la escuela con el mismo amor, con el mismo objetivo de mantener esta escuela comunitaria viva. Ha habido intenciones de cerrarla, pero la comunidad ha dicho que no, y nosotros también venimos a apoyar a la comunidad escolar”, aseveró Massol González el pasado 19 de marzo, cuando la empresa adjunteña Sol de la Montaña instaló el equipo.
Jean Carlos Arce, coordinador de programas del Comité Central Menonita en Puerto Rico, respaldó que el plantel se mantenga abierto.
“Creemos que los niños y las niñas deben tener acceso a una educación, especialmente, en comunidades como esta que sufren esas políticas de cierre y austeridad, comunidades que ya son bastante marginalizadas por su localización. Poder mantener esta escuela es un logro y de importancia para la comunidad y el aprovechamiento de esa niñez”, sostuvo Arce.
El nuevo sistema consiste de 16 paneles solares de 380 vatios, una batería de 18 kWh y un inversor de 6.8 kilos.
Edrick Ortiz Rivera, padre de dos niñas que están en segundo y tercer grado, y su hermano Feliel Ortiz Rivera, que tiene un varón en segundo grado, se unieron como voluntarios.
Asimismo, colaboró un grupo de alumnos de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign, que visitó Adjuntas para conocer los proyectos comunitarios de Casa Pueblo, con un enfoque en sostenibilidad y autogestión.
A María José Tejero Olivera le llamó particularmente la atención la respuesta comunitaria al huracán María y los desastres naturales posteriores.
“Para mí es muy bonito, sobre todo porque yo vengo de Yucatán, México, y ahí también pasamos por huracanes. Y ver cómo la comunidad se moviliza de una manera tan ágil y con un optimismo activo, es un ejemplo que podemos llevar a otras comunidades”, mencionó la estudiante de maestría en planificación urbana.