El violonchelista y compositor español Pablo Casals, fallecido hace hoy 50 años en Puerto Rico, vivió un renacer internacional en la isla y desempeñó un papel clave en el desarrollo de la música clásica.
El vínculo de Casals con Puerto Rico tuvo su origen en su madre, Pilar Defilló, hija de inmigrantes catalanes nacida en la ciudad de Mayagüez, y se acentuó con su relación con su alumna y después esposa puertorriqueña Marta Montañez.
El maestro viajó a Puerto Rico en diciembre de 1955, invitado por el entonces gobernador Luis Muñoz Marín, y se estableció ya de forma permanente en la isla desde finales de 1956 hasta su muerte el 22 de octubre de 1973, a los 96 años.
«Su vida en Puerto Rico fue una síntesis intensa de 17 años de un renacer internacional en el maestro Casals», aseguró a EFE José Delannoy, curador de la Fundación Pablo Casals de Puerto Rico.
Su llamamiento por la paz
Durante la Segunda Guerra Mundial, Delannoy explica que el famoso músico pasó «un periodo de silencio» por su «gran protesta» contra el uso de la bomba atómica en Japón.
Estando en Puerto Rico, fue invitado a dar su primer discurso por la paz ante Naciones Unidas y un concierto el 24 de octubre de 1958, evento del que se cumple ahora el 65 aniversario.
«No era lo usual que un discurso lo diera una persona que no ostentaba cargos diplomáticos o jefatura de Estado. Él fue el primero», destacó Delannoy sobre este simbólico mensaje a favor de la paz y contra la carrera armamentística.
Este acontecimiento tiene si cabe más relevancia porque Casals no había tocado en Estados Unidos desde hacía 30 años por su boicot a los países aliados ante la pervivencia de la dictadura de Francisco Franco en España, que le obligó a exiliarse.
Durante su etapa en Puerto Rico también compuso su célebre «Himno de la Paz» o «Himno a las Naciones Unidas», que se estrenó en 1971, y terminó su oratorio «El Pesebre», que había comenzado en los años 40.
Casals, que recibió la Medalla de la Paz de las Naciones Unidas, se identificó mucho con la cultura puertorriqueña y afirmó ser «catalán y de Puerto Rico».
Convirtió Puerto Rico en un destino mundial de la música clásica
En Puerto Rico, Casals descubrió que «había una gran riqueza tanto cultural como espiritual, que era como ese diamante en bruto que necesitaba ser pulido para sacar el mejor brillo», según Delannoy.
El experto explica que el violonchelista y compositor «no podía imaginar a Puerto Rico siendo un país que no tuviera una orquesta sinfónica», por lo que decidió fundar una, así como un conservatorio, cuando aceptó replicar en la isla el Festival de Prades.
Por primera vez se utilizó su apellido como «una marca» al llamarse Festival Casals el evento anual de música clásica que comenzó en la isla en 1957 y que continúa hasta el día de hoy.
Un año después, la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico tuvo su primera temporada y se creó el conservatorio, al que acudían estudiantes de todo el mundo.
«Estas tres instituciones tenían una misión mutua, que era que se pudiera desarrollar exponencialmente el tema de la música clásica en Puerto Rico hasta llevar a la isla a ser uno de los destinos de primer orden mundial», afirma Delannoy.
En este sentido, el violonchelista y director del Festival de Música de Cámara Emilio Colón comenta a EFE que la llegada de Casals a Puerto Rico marcó «una gran diferencia para el futuro musical de la isla» y que su legado es «indudable».
Un legado a honrar y proteger
Para recordar su legado en el 50 aniversario de su fallecimiento y conmemorar asimismo los 170 años del nacimiento de su madre, Colón ha organizado una serie de conciertos titulada «Ecos de Paz».
El músico, que se define como «un producto de lo que el maestro creó para Puerto Rico, específicamente el conservatorio», ha elegido un repertorio «basado en eventos de la vida de Casals».
El programa comienza con la «Suite No. 1 en Sol Mayor» de Johann Sebastian Bach, que Casals tocó en su primer viaje a Puerto Rico. También incluye «Tres Piezas para dos chelos» de Felice Giardini, que interpretó junto a su esposa en un documental; y el «Trío en re menor» de Felix Mendelssohn, el cual tocó en un concierto en la Casa Blanca en 1961.
«El canto de los pájaros», del propio Casals, cierra el repertorio que el canadiense Corey Cerovsek (violín), la estadounidense Cara Elise Colón (violonchelo), el belga Steven Vanhauwaert (piano) y Colón interpretarán en San Juan, Mayagüez y Ponce.
«Ese triángulo es muy representativo de la vida de Casals, ya que su primera serie de conciertos fue en San Juan, Mayagüez y Ponce», señala Colón.
De hecho, los alcaldes de San Juan y Mayagüez están comprometidos, según Delannoy, en que «haya una interacción entre ambas ciudades con un corredor que será la ruta Casals».
Este proyecto y la apertura de un museo sobre el maestro se han ido retrasado, pero el curador de la Fundación Pablo Casals adelantó que habrá «buenas noticias muy pronto».