A la memoria de mi amigo, el juez Hernán Delgado Abreu, oriundo de Adjuntas, hombre cultísimo, buen amigo, quien fue la primera persona que me habló sobre el pianista creole de Luisiana, Louis Moreau Gottschalk, y me regaló un álbum con tres LP’s en los que el pianista bostoniano, Alan Mandel, interpreta 40 obras de Moreau Gottschalk.
La palabra aguinaldo tiene dos significados en Puerto Rico: uno se refiere al género musical, y el otro a un regalo o donativo que, como aquel, también es propio de la época navideña.
Hoy, sin embargo, queremos abundar sobre el primero: un género musical tan antiguo en Puerto Rico que ya era tradicional, ya era antiguo, cuando el gran pianista creole de Luisiana, Louis Moreau Gottschalk, nos visitó en el siglo XIX, compuso en el año 1860 la muy elogiada y difundida pieza para piano titulada Souvenir de Porto Rico o Marche des Gibaros, en la que utilizó como leitmotiv o tema recurrente a lo largo de la obra un aguinaldo ya tradicional para entonces:
Si me dan pasteles, dénmelos calientes,
pues pasteles fríos empachan la gente.
Mínimamente desde entonces, y probablemente desde mucho antes, en nuestro folclor navideño hay amplias muestras del aguinaldos en sus dos vertientes: como el regalo que se pide y se da, y como género musical que se canta para este tiempo navideño.
Recordemos brevemente algunos ejemplos.
Don Juan Ángel Tió Nazario de Figueroa, en su opúsculo titulado Esencia del Folklore Navideño (1967), nos ofrece estos dos preciosos ejemplos:
Hoy a una doncella
dicen que nació
un niño más lindo
que el disco del sol.
CORO
Repique el pandero
con grata emoción,
cantemos, zagales,
que ha nacido Dios.
Un aguinaldo tradicional recogido por don Cayetano Coll Y Toste junto con el antes recordado aguinaldo de los pasteles, dice:
Aquí está la trulla
del año pasa ‘o
que viene a pediros
le dé su aguinaldo.
Por extensión, en la versión o vertiente musical, muchos le llaman aguinaldo a todo éxito musical que se populariza, se canta repetidamente en la época navideña y se refiere a los festejos o lamentos propios del tiempo navideño.
En lo que respecta a la versión material de obsequio o regalo, en otros lugares de América Latina como, por ejemplo Costa Rica, equivale a lo que aquí es “el bono de Navidad”, una obligación de ley, y hay una fórmula aritmética en base al sueldo para determinarlo.
Un éxito musical de Felipe “La Voz” Rodríguez, que no muchos saben que es obra de Silvia Rexach y su carnal amigo y colaborador artístico, Tutti Umpierre, titulado Lamento de Navidad, expresa:
Lentamente,
los años han pasado,
los años de alegría,
los de felicidad.
Lentamente, enfrentamos la vida,
van pasando tantas cosas
entre cada Navidad.
Navidad, juguetes para algunos niños,
mientras otros sin cariño
implorando siempre están.
Con sus manitas tendidas
van pasando noche y día
entre cada Navidad (bis).
Esteban Taronjí, bastante sensual en la mayoría de sus composiciones, muestra su lado tierno con su canción Los Reyes no llegaron, con la que Felipe “La Voz” Rodríguez logró otro gran éxito:
Madre en la puerta un niño
que está pidiendo amparo,
quizás no tenga padres,
un huérfano, tal vez.
Mirad, no tiene abrigo,
sus pies están descalzos,
y en su carita tierna
el hambre ya se ve.
Roberto Arundel, en la voz de un rey de la ternura, Tony Croatto, nos relata y nos conmueve:
Allá en la puerta
un niño, se llama Jesús
con calzones rotos, descalzo y pelú.
Viene con maraca,
es la Navidad,
y pide aguinaldo,
te quiere cantar.
No puedo olvidar que el papá de un buen amigo, cuando esta canción de Arundel comenzó a escucharse, me dijo con evidente coraje en su expresión:
«Tengo que escuchar ésta canción con mucho cuidado , porque a mí me suena a comunismo”.
Ya fallecido, no le guardo rencor, más bien pena.
En cambio, guardo un recuerdo especial en este momento para mis queridos hermanos del alma, Tony Croatto y David Ortiz Angleró, también fallecidos, quienes tanto hicieron para apuntalar el aguinaldo musical a lo largo de sus vidas. Sobre todo, a David, quien durante la década del 1980 creó para esa empresa comercial el Concurso de Trovadores Bacardí.
En el lugar en que vivimos hace muchos años, los compañeros que le prestan a nuestra comunidad el servicio indispensable de recoger y disponer de los desperdicios sólidos, llamados por algunos por el nombre de “basureros”, para esta época pasan por la calle, de madrugada, gritando hacia el interior de los hogares a los que nos sirven: «el aguinaldo, el aguinaldo”, encores nostálgicos de nuestro pasado remoto.
A ustedes, gentiles lectores, les obsequio este aguinaldo, “a lo isabelino, bonito cantar”.
¡Que recuerdos! Mucho disfruté en mi pueblo de Utuado, de parranda a aguinaldo limpio. Hay que conservar esa tradición tan nuestra. ¡Gracias! Ayoroa por ocuparte de mantener viva nuestra historia cultural.
¡Excelente investigador y comunicador!