“De pequeño me crié con mis padres, pero también con mi abuela. Ella falleció hace un tiempo atrás y tengo unos recuerdos muy gratos. En el proceso de mi vida, ella fue como una segunda madre para mí”.
Nick Quijano es artista. Nació en Nueva York, de padres boricuas. Tenía cerca a sus abuelos maternos, hasta que se mudó a la isla a los 13 años, en 1967. Aquí lo esperaba quien sería precisamente esa segunda madre, Catalina, su abuela paterna.
Fue a ella a quien, años más tarde, en 1979, quiso agasajar haciéndole un dibujo de grandes proporciones, de cinco pies de alto por 42 pulgadas de ancho, en el que aparece ella en el balcón de su casa, en su sillón favorito, pensando y añorando los tiempos de cuando era joven.
La obra, por consiguiente, la tituló “Añoranza”.
Esta es una de las ocho piezas que forman parte de la exposición “Autora” que será inaugurada este jueves y que busca homenajear a las madres en su día, que se celebra el próximo domingo.
En la muestra, instalada en uno de los salones ubicados junto a la nueva entrada del Hotel Meliá en Ponce, por la calle Marina, participan cinco reconocidos artistas plásticos boricuas quienes, a través de sus obras, revelan imaginarios de la relación que han mantenido o mantuvieron con sus progenitoras o con la mujer que los crió.
“El tema de la figura materna es una idea que llevaba años pensando y que ahora quise rescatar y adaptar”, cuenta Sonia Méndez Cintrón, curadora y organizadora de la exhibición.
“Quise irme por la línea de un tópico relevante en el mes de mayo, porque es el Día de las Madres, así que busqué desarrollar este concepto para homenajear esa figura tan importante para cada uno de nosotros”, continuó.
Presentan a sus madres
Damary Burgos, Nitzayra Leonor, Ludwig Medina, José Vega y el propio Quijano son los cinco artistas que fueron convocados para la ocasión. Todos trabajaron distintos conceptos y técnicas en sus piezas, inspiradas en sus madres o en quien haya llenado esa lugar.
“Sabemos que cada uno de nosotros ha tenido experiencias diversas con la figura de la madre. Para algunos, por ejemplo, la madre biológica no es la que destaca”, plantea Sonia.
El nombre de la exposición, “Autora”, responde justamente a eso. “’Autora’ puede ser la creadora, quien gestó a esa persona o quien la crió, pero que indistintamente ha tenido un rol importante en lo que son ahora”.
Al momento de gestar la idea, Sonia pensó en qué creadores habían trabajado obras inspiradas en sus madres, “y rápido rememoré que hace años vi unas piezas de Ludwig Medina, tremendo artista de acá de Ponce, entre las que estaba una de su mamá, recogiendo hojas con su hijo Lucas, y le propuse rescatarla”.
Respecto a la obra de Quijano, Méndez consideró que podía ser un gran aporte, ya que le daba un giro a la exhibición al aparecer en ella, no su madre biológica, sino que su abuela. “Es bien chévere que cada pieza tenga una historia diferente, y el proceso fue bien bonito, porque te explican esa historia”.
El artista José Vega fue el único que presentó más de una pieza. A través de ellas muestra versiones de su madre en distintos momentos de su vida.
“Hay un collage que representa a su mamá desde lo que fue su oficio, secretaria, y al presentarla él explica que ella era bien apasionada y obsesionada con su trabajo, hasta el punto que incluso en la casa contestaba el teléfono y decía el nombre del lugar donde laboraba”, relató Sonia entre risas.
Para ella, este es precisamente uno de los aspectos más enriquecedores de la experiencia. “Los artistas se abren para explicar cada pieza con el objetivo de que uno logre ser parte de ella, que le coja cariño y conozca finalmente a su mamá. Es una manera de presentarlas”.
Con la obra de Nitzayra Leonor, artista y grabadora, se dio una particularidad. Ella no presentó la pieza propiamente, “sino que prestó la matriz, que es la plancha de donde salen todas las impresiones, y justamente una de las acepciones de la palabra ‘madre’ es esa, matriz”, explicó Sonia.
“Ella me presta la matriz o la plancha de una peineta, que es lo que usan las personas que tiene el pelo estilo afro”. Esta pieza es la más grande de la muestra, mide aproximadamente nueve pies de ancho y está hecha en madera. “Es un homenaje a las mujeres trenzadoras y en ella está retratada su mamá con una trenza bien larga. Hay un intento también de reconocer lo ancestral. Nitzayra es una mujer negra, por lo que a su vez está homenajeando a las mujeres negras que trabajaban en ese oficio”.
Genial y urgente
Quijano recibió con los brazos abiertos la propuesta de participar de la exhibición. Para él esta es una iniciativa tan genial como urgente.
“Genial porque ¿cuándo tú has visto una exposición dedicada a las madres? Son contadas con los dedos”, comentó.
Generalmente, añade, estas instancias están centradas en tópicos más intelectuales, académicos o culturales, “pero una exhibición sobre las madres te rompe el esquema y te lleva a otro lugar, al lugar de los afectos, al lugar del amor, al lugar de los buenos recuerdos, al lugar de la ternura”.
La urgencia, según él, deviene de que en la actualidad hay demasiados elementos en el día a día que distraen de lo esencial y lo realmente importante. “Hay tantos elementos foráneos a lo que puede ser el amor, que creo que es buenísimo que hayan creado esta oportunidad para los artistas. Me parece que hace mucha falta en este mundo, en estos momentos”.
Su obra es un dibujo en grafito a gran escala. Relata que la obra original fue hecha sobre cartón, de cinco pies de alto por 40 pulgadas de ancho, pero que lamentablemente fue destruida por el comején.
“Por suerte, yo tenía una imagen del original, una foto, y tenía también grandes deseos de rescatarla”. Por ende, lo que se verá en la exhibición será una reproducción fotográfica sobre lienzo. “Lo bonito es que la volví a dibujar y la intervine, le añadí color con pintura al óleo. Así que tiene la sombra del pasado, de su original que fue en grafito, con lo actual”.
También le añadió un último elemento. “Tal vez te rías, pero a mi abuela le encantaban las prendas, a ella le encantaba el oro, pero era bien fina, no era un oro así tipo blin, sino un oro bien sutil. Entonces en esta obra pude añadirle unos puntitos dorados que tanto le hubiera gustado tener a mi abuela en esa obra, con las pantallitas, el collar, el brazalete y la esclavina”.
“Es cerrar el círculo con ella y celebrarla una vez más”, puntualizó.
Quijano destacó además que hace casi 30 años que no expone obras suyas en Ponce. “Tuve una exhibición en noviembre de 1994 en el Museo de Arte de Ponce que se tituló ‘Tropical’. Fue un súper show solo, cuando estaba don Luis y su hijo Antonio Luis”.
Duró hasta febrero de 1995 y consistía en enormes pinturas de flora tropical puertorriqueña. “La bugambilia, la monstera, las orquídeas, los yagrumos, eran 19 pinturas enormes que cubrieron toda la sala de exhibición del Museo de Arte de Ponce, y fue super chulo, porque mi intención era recrear un jardín puertorriqueño, y se cumplió el cometido”.
Así que, agrega, “yo feliz de la vida de volver, porque a mí me encanta mi país y tengo muy buenos recuerdos de Ponce”, confesó.
Dibujo con modelo en vivo
“Autora” estará abierta al público general hasta el lunes, 29 de mayo, y su apertura será precedida por una sesión de dibujo con modelo en vivo, la cual es libre de costo y a la que están invitados todos los artistas y aficionados que deseen asistir. Cada participante debe acudir con sus materiales.
El dibujo en vivo es un concepto que Sonia Méndez lleva trabajando por años en Ponce. “Va a estar chévere, porque la modelo va a ser una persona que está embarazada, una gran amiga”.
Para el evento se trabajó también una propuesta sonora inspirada en ritmos afrocaribeños y afro latinoamericanos, debido a que muchos de ellos y sus variados bailes se asocian con la fertilidad.
La rumba cubana, la cueca chilena, el patacoré colombiano, la ombligada y la marinera peruana son algunos ejemplos. Hay un recorrido también por la cumbia, la champeta, el festejó, el landó y, por supuesto, la bomba puertorriqueña. En definitiva, la relación entre el movimiento y el trance sonoro con el disfrute, con la apertura de los afectos, con la gestación y procreación de nueva vida. Conectar la experiencia de la maternidad con la esencia misma de la música y del baile.
Revivir las Noches de Galería
Otro de los objetivos para esta gestora cultural, que también es gerente de Programas en el Centro de Economía Creativa, es que la actividad sea el punto de partida para el reinicio de lo que en antaño eran las Noches de Galería en la Ciudad Señorial: cumbres artísticas que se realizaron por más de diez años y que se detuvieron como consecuencia de la pandemia.
En ellas, varias instituciones, museos, librerías, hoteles y centros culturales se aliaban para ofrecer exposiciones los primeros jueves de cada mes, con lo que se creaba una ruta artístico-cultural por la ciudad.
“Me encantaría activar nuevamente eso. Buscar cómo podemos crear una programación desde el Hotel Meliá y desde el Centro Cultural Carmen Solá de Pereira, que son vecinos. Ahí es posible comenzar a generar otra vez ese circuito”, destacó.
Para ello, añadió, es imprescindible el apoyo de otros gestores y la alianza con más instituciones. “Unirnos en la gestión de hacer mes a mes una exhibición, y desde aquí entonces empezar a crear nuevamente ese circuito, ver cómo volvemos a rescatar esa comunidad que visitaba las Noches de Galería y darle sentido otra vez”.
Finalmente, hizo un llamado a que la gente apoye este tipo de iniciativas, ya que “benefician mucho a nuestros espacios y hacen que la gente mire también hacia Ponce”.
“Hay mucho talento aquí, pero hay que apoyarnos, hay que crear alianzas, hay que confiar y seguir creando”, sentenció.