El cine puertorriqueño ha producido una amplia gama de películas. Desde Romance Tropical en 1935 hasta La Guagua Aérea en 1993, cada una ha dejado su marca en el cine local y antillano.
A partir de la pasada semana, otra se unió a la selecta lista: Érase una vez en el Caribe, una magistral producción dirigida y escrita por Ray Figueroa, cuyo estreno se efectuó el pasado 12 de octubre.
La misma se remonta casi un siglo atrás, cuando la pava y el machete eran herramientas fundamentales en la faena diaria, para relatar la historia de Juan Encarnación, un jíbaro con un pasado turbulento a quien le arrebataron al amor de su vida, Pura, y ahora, con machete en mano y su hija en la espalda, busca vengarse de quienes atentaron contra su familia.
Érase una vez en el Caribe desafía el prototipo de muchas producciones puertorriqueñas. Como sabemos, la mayoría de las películas de Puerto Rico se enfocan en la comedia familiar, lo cual no es malo, en absoluto. Sin embargo, al salir de esa zona de confort, se pueden lograr resultados sorprendentes.
Y esta película nos brinda una producción de alta calidad que pocas cintas puertorriqueñas han conseguido.
Su cinematografía, por ejemplo, marca un estándar increíble. El director Ray Figueroa juega magistralmente con la dirección de la cámara, las sombras y los colores, mostrando una visión fresca y demostrando que en Puerto Rico podemos crear producciones aun superiores.
Además, las interpretaciones del elenco son muy buenas y todos logran conectar de alguna manera con el público: Héctor Aníbal, Essined Aponte, Leonardo Castro, Robert García Cooper, Modesto Lacen, entre muchos otros, contribuyen de manera excepcional a esa conexión con la audiencia.

A este acierto se suman la banda sonora y los efectos de sonido que favorecen la atmósfera perfecta para que este talentoso grupo de actores brille en pantalla.
Por otro lado, la película reproduce varias escenas de pelea inspiradas en las clásicas producciones del viejo oeste y los samuráis. Incluso, parecen evocar a The Good, The Bad, The Ugly y Seven Samurai.
Aunque las peleas mantienen al espectador entretenido, algunas coreografías podrían haber sido más pulidas. Sin embargo, esto no disminuye en absoluto la calidad de estas escenas y la impresión que dejan en la producción.
Érase una vez en el Caribe se une así a la película La Pecera, creando un binomio de producciones que resaltan entre las mejores de Puerto Rico del 2023… y de su historia. La verdad es que quedé muy satisfecho después de ver esta película. Creo que el trabajo realizado por Ray Figueroa y su equipo de producción es digno de admiración y seguimiento.
Debemos sentirnos orgullosos de saber que nuestra isla también alberga este calibre de talentos en cinematografía.