Crítica de cine – La entrada más reciente en el Universo Extendido de DC, Black Adam, protagonizada por Dwayne Johnson, ha sido promocionada como una “nueva fase” y un “cambio en la jerarquía” para la franquicia de cómics, pero eso no significa que haya sucedido en una sola película.
Con más de 15 años esperando la llegada de Black Adam, por fin los fanáticos pueden disfrutar de esta película llena de acción de principio a fin. Ya disponible en cines, Black Adam mira la historia de Teth-Adam, quien en los comics está directamente relacionado a Shazam. A Teth-Adam (Johnson) se le otorgan los poderes todopoderosos de los dioses, pero a diferencia de Shazam, no los usa inicialmente para el bien.
Después de usar sus poderes para la venganza, Black Adam es encarcelado durante 5 mil años, convirtiéndose en una leyenda en Kahndaq. Es despertado por la luchadora por la libertad Adrianna (Sarah Shahi) para ayudarle a batallar contra los ocupantes de Kahndaq, Intergang.
Por mucho que la película sea una historia de origen para Black Adam, también es una historia de origen en los mundos de DC para la Sociedad de la Justicia. Después de su resurgimiento, Hawkman (Aldis Hodge), Dr. Fate (Pierce Brosnan), Atom Smasher (Noah Centineo) y Cyclone (Quintessa Swindell) se dirigen a Kahndaq para detener a Black Adam antes de que sea demasiado tarde.
Es una configuración interesante: “héroes” estadounidenses que vienen a un país extranjero para evitar que el héroe local proteja a los ciudadanos. Pero si esperas que Black Adam se meta en las complejidades de esos temas, esta no es esa película. Hay demasiada acción y exposición para tratar argumentos tan importantes y delicados. Estos temas no se ignoran por completo, pero como gran parte de la trama, termina siendo solo a nivel superficial.
Con tantos personajes para presentar, hay poco tiempo para conocer realmente a cualquiera de los miembros de la Sociedad de la Justicia. Dentro de ese poco tiempo, es Pierce Brosnan como Doctor Fate quien capturó la atención de todos los fanáticos.
Con una duración de dos horas, la prioridad son las piezas de acción sobre el desarrollo de personajes. Desde movimientos en cámara lenta hasta tanques explotando, es una fórmula que funciona una o dos veces, pero podría tornarse un poco repetitiva.
Una muy buena coreografía de peleas va de la mano con efectos especiales que sobreabundan visualmente la pantalla grande. La química de Aldis Hodge como Hawkman y Dwayne John como Black Adam es un excelente ejemplo de la mezcla de peleas y efectos especiales que se pudieron apreciar en la película.
Por un tiempo, DC había estado enfocado en crear historias independientes de sus héroes y villanos. Black Adam rompe con este patrón, al mostrar que definitivamente están configurando un universo futuro más combinado entre todas sus películas y series.
Uno esperaría que, si esta es la dirección, DC habría aprendido de sus errores de la Liga de la Justicia. Esa era de películas sufrió de demasiado enfoque en futuros crossovers y apresuró a un equipo, en lugar de entregar películas efectivas por derecho propio y establecer primero a los personajes.
Hay indicios de eso en Black Adam, pero las atractivas actuaciones del elenco de la Sociedad de la Justicia superan la falta de caracterización. Del mismo modo, Dwayne Johnson crece en el papel de Black Adam cuando comienza monótono y plano, antes de dejar que su carisma y su inexpresivo momento cómico se manifiesten.
Black Adam podría no cambiar totalmente la jerarquía de poder en el universo DC, pero podría ser una plataforma entretenida para construir un futuro que no repita los errores de su pasado.
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