Justo cuando comenzaban a recuperarse del desastre ocasionado por el huracán María, las ráfagas de Fiona han tirado a pérdida la mayoría de las cosechas de café, plátanos, guineos, frutas y hortalizas, de acuerdo a testimonios de agricultores en la región sur central del país.
La peor parte, sin embargo, es ahora el clima de incertidumbre, ya que a casi 40 días del embate de Fiona muchos siguen sin conocer qué ocurrirá con las ayudas prometidas para remontar las siembras.
Según el secretario del Departamento de Agricultura, Ramón González Beiró, los daños al sector agrícola a consecuencia del ciclón categoría 1 que afectó la isla el pasado 18 de septiembre, se estiman en $159 millones.
Esta evaluación preliminar de daños, empero, no se ha traducido aún en acciones de respuesta y recuperación, como atestiguaron varios agroempresarios entrevistados por La Perla del Sur.
De acuerdo con Juan Luis Meléndez Mulero, propietario de Hacienda Tres Ángeles en el barrio Portillo de Adjuntas, “de momento no hemos sido visitados por ningún funcionario del gobierno estatal. No tenemos certeza ni garantía de nada”.
“De Agricultura Federal nos visitaron, pero nos dicen que no ha sido determinada la manera en que se va a ayudar a los agricultores. (Por eso) Existe cierta incertidumbre de lo que podemos contar para recuperarnos y restablecer nuestras siembras de los diferentes cultivos”, alertó.
Según destacó, su finca perdió con el temporal entre el 90 al 95 por ciento del café que estaba en el pico de su cosecha, mientras que los cultivos de plátano y guineos “se perdieron completos, al igual en chinas y cultivos alternos como papaya”.
“Se perdieron alrededor de 10 mil plantas de plátano y como 3 mil de chinas. Se perdió todo el guineo… y habían cerca de 5 mil matas de guineo”, lamentó el agroempresario de 55 años.
Estos daños, reconoció, ya se reflejan en los inventarios y, sobre todo, en los precios de productos.
“Ya hemos visto plátanos que se están vendiendo al doble de lo que se mercadeaban antes del huracán”, observó Meléndez Mulero, “y es de esperar” que la tendencia continúe a medida que la Navidad se acerque y la demanda por estos productos agrícolas aumente, vislumbró.
Entretanto, en Jayuya el panorama no es distinto.
Según resaltó Alberto José Atienza Reyes de Hacienda Prosperidad, el daño mayor ocasionado por el ciclón fue a las siembras de plátanos, guineos y cítricos.
“El huracán Fiona trajo mucha agua, tenemos muchos derrumbes, hay predios a los cuales todavía no hemos podido acceder, porque el camino está bloqueado o se fue con los derrumbes y las lluvias. Se nos cayó todo el plátano que estaba adulto o parido”, apuntó.
“Se nos cayó café o se amontonaron con el viento y se daña el sistema de raíces. Algunos árboles tienen mucho peso arriba y el viento los acostó. He visto el desastre en otras fincas y dentro de todo, siento que estamos bendecidos porque no sufrimos tanto como otros compañeros caficultores. Pero, perdimos la totalidad de los plátanos adultos, otros jóvenes se quedaron”, confesó.
Entretanto, reconoció que la pérdida de plátanos traerá un efecto devastador al bolsillo de los agricultores.
“Tenemos siembras de plátano para que provean sombra al café y para darnos un flujo de efectivo a corto plazo, porque el café se tarda de dos a tres años en poder rendirnos fruto. Yo podría estimar que perdimos 3 mil matas de plátano. Tenemos cerca de 10 cuerdas sembradas, se cayó bastante”, argumentó.
“Básicamente, los agricultores en toda la zona montañosa están en condiciones similares”, añadió. “Entiendo que (Agricultura Estatal) pudiera visitar los agricultores y ofrecerles las distintas alternativas que tienen para ayudarles a levantarse. Fueron muchos vientos y lluvia, tienen problemas de acceso a la finca, en los predios del café y daños a los árboles. Hay necesidad allá afuera”, subrayó.
A pesar de la prolongada ausencia de técnicos del gobierno estatal, Atienza mencionó que el apoyo de la ciudadanía será vital para el sector agrícola.
“Es bien importante el apoyo del público, porque a veces queremos que el gobierno también nos ayude y tiene una responsabilidad, pero también el público nos puede ayudar mucho, comprando nuestros productos frescos, adquiriendo ese valor añadido. Nosotros llevamos el café desde la siembra hasta la taza”, señaló.
“El turismo interno nos va a ayudar a los agricultores a recuperarnos más rápido. En nuestra hacienda, tenemos tours de café donde las personas pueden tostar su café, hacer su propia colada. Nos pueden dar la mano grandemente en ese aspecto”, continuó.
A su exhortación se sumó igualmente Meléndez Mulero, quien en su finca de 100 cuerdas opera una torrefactora y centro turístico con coffee shop y comedor familiar.
(El periodista Omar Alfonso colaboró en este reportaje)