Letonia, una de las sorpresas más importantes de la Copa Mundial de Baloncesto Masculino FIBA 2023, cerró su espectacular participación con un merecido quinto puesto tras acabar con Lituania, 98-63, en un derbi báltico que acabó en paliza tras un tercer cuarto abrasador.
Letonia, esa selección que en algún momento ha sido la favorita de todos por su manera de estrenarse en un Mundial, por la cantidad de gente que ha arrastrado y por cómo ha teñido cada pabellón de granate, no puede haber tenido mejor broche de oro a su primera Copa del Mundo.
Un partido que, si bien intrascendente en el Mundial, cobraba relevancia por el sorteo en el preolímpico y en el ránking FIBA, pero que comenzó con un gesto de hermandad entre ambos países, que se entremezclaron para una foto que pasará a la posteridad.
Eso sí, desde el inicio se palpó que Letonia quería la victoria a toda costa. Un gran inicio de los Arturs Zagars, los hermanos Rodions y Arturs Kurucs o los Roland Smits, entre otros tantos que brillaron, puso ya la primera ventaja en el marcador, un +10 (14-4) que desembocó en el 28-20 al final del primer cuarto.
Más de lo mismo en el segundo. Los de Luca Banchi no relajaron y aumentaron la ventaja hasta los 13 puntos (49-36), aunque encararon el descanso a once (49-36) de los liderados por Jonas Valanciunas, capaces de haber tumbado a Estados Unidos y, sin embargo, muy superados por Letonia.
Pero no fue hasta el tercer cuarto cuando Letonia dio el verdadero golpe sobre la mesa. Con Arturs Kurucs desatado (20 puntos) y con Zagars, uno de los mejores jugadores del torneo, repartiendo asistencias a diestro y siniestro (17 en total), los letones abrasaron a los lituanos y rubricaron un parcial total de 28-9 que dejó el marcador en un 77-47 para el último cuarto. Una ventaja insalvable para Lituania, contra la lona.
Levantó el pie del acelerador el combinado granate y dio respiro a Lituania. Valanciunas y Rokas Jokubatis, los únicos lituanos que consiguieron destacar en la apabullante derrota, mantuvieron el tipo en un cuarto cuarto en el que había poco que decir.
Eslovenia al séptimo puesto
Por otra parte, Eslovenia consiguió ganarle a Italia, 85-89, en un partido por el séptimo puesto venido a menos pese a su gran final y en el que el color lo pusieron el posible triple-doble de Doncic, que rubricó otra actuación estelar, y la retirada del Luigi Datome, histórico jugador italiano.
Un partido en el que, para ambos equipos, lo de menos era el resultado pese a que influyera para el ránking FIBA y para el sorteo del preolímpico. Y es que era el último baile de Luigi Datome con la ‘Azzurra’, la despedida de una leyenda del baloncesto italiano a sus 35 años; y la última oportunidad para Luka Doncic de intentar obrar el imposible del triple-doble, inédito hasta ahora en la historia de los mundiales de baloncesto.
Ninguno acabó como quería el partido. Datome, ex de los Piston o de los Celtis, se retiró con una derrota tras un emocionante final en el que pudo pasar de todo, aunque con una ovación del pabellón y con una piña con compañeros y cuerpo técnico.
Y Doncic, pese a la victoria, no pudo rubricar el triple-doble. Lo volvió a rozar. Se despidió del Mundial con una actuación a su altura, con 29 puntos, 10 rebotes y 8 asistencias, erigiéndose por enésima vez como el jugador con más nivel sobre el parqué del Mall of Asia Arena de Manila.
Se quedó Eslovenia con el séptimo puesto del torneo pese a que fue Italia la que empezó mejor, más ordenada y más decidida a luchar por esa plaza.