Han cambiado mucho las cosas en un año para José Alvarado. De entrenar con contratos temporales para ganarse minutos a ser un fijo en la plantilla de los New Orleans Pelicans.
Por el camino dejó mucho esfuerzo, trabajo y fe en su juego. Un gran rendimiento para ayudar a conducir a su equipo hasta los ‘playoffs’ en la última temporada. Ahora, asegura en una entrevista con la Agencia EFE, trabaja para seguir demostrando que no fue casualidad.
“Yo tengo mi manera de hacer las cosas sea lo que sea que tenga que hacer, si me llaman para estar en la cancha quiero que crean en mí lo máximo que pueda, estar bien, ser yo mismo. Cada vez que me necesiten estaré ahí con mi máximo esfuerzo”, afirmó Alvarado.
Sus actuaciones en la pretemporada han impresionado a sus propios compañeros, uno de los objetivos claros es lograr regularidad en su rendimiento y seguir evolucionando como jugador.
“Estoy trabajando en ser más consistente, mantener la confianza durante toda la temporada, porque no soy el físico más espectacular del equipo así que tengo que generar mis ventajas con mi definición y mi salto en lanzamiento, mis compañeros confían en mí y me lo hacen más sencillo todo”, dijo.
Tiene por delante una segunda temporada muy prometedora a juzgar por sus números en pretemporada. José Alvarado ha promediado 12.5 puntos, 4.3 rebotes y 3.3 asistencias. Su relevo desde el banquillo es una garantía y aporta casi el doble de anotación que en el primer año.
Una de las imágenes icónicas de José Alvarado sobre una cancha de la NBA es la de esconderse tras un ataque en una esquina para después aparecer por detrás del otro base y robarle el balón por sorpresa.
No parece que este año vaya a ser tan sencillo utilizar esos ‘trucos defensivos’ con los que aparecía en los momentos destacados de los encuentros: “Seguro que va a ser diferente, va a ser complicado quedarme en la esquina escondido para después ir a robar la pelota, ya todo el mundo me conoce por eso”, afirmó Alvarado.
“Eso es bueno, porque significa que me conocen y saben que tienen que estar alerta si estoy ahí, espero poder seguir robando algunos balones. La manera en la que yo estoy en pista es esa”, agregó.
Según lo visto en esta pretemporada, Alvarado será el base suplente de CJ McCollum. Alrededor suyo una plantilla repleta de talento y con mucha ambición.
“Nos sentimos con mucha confianza, nos sentimos muy bien. Acabamos de comenzar, pero sabemos lo buenos que podemos ser, creemos en nosotros y esa es la mejor parte. Tenemos gente con mucho talento, debemos saber cómo afrontar cada partido. Lo que tenemos por delante tiene buena pinta”, consideró.

Deslumbró con la Selección Nacional
Este verano se produjo el esperado debut como internacional con Puerto Rico y deslumbró. Ante Estados Unidos firmó 20 puntos con tres rebotes y cuatro asistencias, y tres días después aportó 22 puntos, siete rebotes y siete asistencias ante México.
“Jugar con Puerto Rico es uno de los mayores placeres de mi vida, para mí profesionalmente es interesante conocer otro estilo de baloncesto, es diferente a lo que estoy acostumbrado. Ha cambiado mi manera de ver las cosas, me ayuda a conocer más de los latinos, también a ser más duro”, manifestaba el jugador de los Pelicans al hablar de su paso por la selección.
Por mucho que se criara en Nueva York y la barrera idiomática exista, destaca que “es mucho más cariño” el que siente que lo que puede expresar. Sin embargo, tiene su propio método para mejorar su español.
“Tengo que dar clases y aprender, porque quiero ser parte de esa cultura y estar cerca de mis compañeros. Willy Hernangómez intenta enseñarme, le dije que siempre que me hable lo haga en español y estamos comprometidos con eso”, dijo.
Lógicamente, al enfundarse la camiseta de Puerto Rico y jugar en la NBA como armador, es imposible no comparar a José Alvarado con dos grandísimos jugadores como Carlos Arroyo y JJ Barea.
“Es una locura, son mis amigos, hablo mucho con ellos. Carlos ha venido a verme en pretemporada en Miami. Que te comparen con ellos es muy positivo. Ellos lograron cosas impresionantes para Puerto Rico, para la liga, para sus familias… Es un honor que mi nombre se relacione con el de ellos”, contó.
Para mantenerse en ese Olimpo de jugadores boricuas, todavía quedan muchos partidos con el equipo nacional, algo que no parece suponer ninguna presión para Alvarado.
“Es un honor y una responsabilidad que me comparen con ellos, como puertorriqueño es maravilloso, tratar de seguir su legado. Es muy difícil llegar a acercarme a lo que consiguieron ellos, pero ya sólo representar a Puerto Rico es una bendición”, aseguró.