Ambos lo definieron de la misma manera: se trata de un logro y un orgullo.
Regresar al estadio Francisco “Paquito” Montaner vestidos con el uniforme de los Leones de Ponce es un sueño hecho realidad para Juan Montero Colón y Francisco del Valle Torres, quienes este sábado, 5 de noviembre se estrenarán con el equipo grande de la ciudad que los vio nacer.
Durante los años de su niñez y adolescencia, acudieron al longevo parque ponceño como fanáticos y deportistas en formación, llenos de metas. También lo hicieron en representación de otras franquicias de la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente (LBPRC).
Pero ahora será diferente. Estarán en el camerino local y ante su gente, un hecho que, anticipan, marcará sus respectivas carreras.
“Para mí significa todo, porque por fin me voy a poner las letras de Ponce en mi pecho”, afirmó Montero Colón, un receptor de 20 años de edad, oriundo del barrio Playa, que llegó a los Leones en cambio desde los Criollos de Caguas.
Del Valle Torres, por su parte, fue seleccionado en el Sorteo de Expansión, dejando atrás sus días con los Cangrejeros de Santurce.
“Fue un gran logro ver mi nombre en ese róster. Pertenecer a los Leones de Ponce es otro sueño más cumplido, como si fuera el draft de MLB. Es una emoción y un orgullo grande”, aseveró el guardabosques de 24 años.
“Poner a Ponce en alto es lo que quiero”
Montero Colón es pelotero, en parte, por la influencia que ejerció su abuela materna, amante de este deporte. Aunque sus padres se resistieron y trataron de desviarlo hacia el baloncesto, el voleibol y el fútbol en sus primeros años de vida, el béisbol terminó por imponerse.
“A los seis años empecé a jugar en Punto Oro con los Cardenales. A los siete años fui a jugar a Ponce Glenview hasta los 15 años, y luego jugué en Guaynabo y en Juncos”, contó el joven, quien desde hace dos años juega en liga menor con la organización de los Medias Rojas de Boston.
Su madre lo llevaba a las prácticas y, posteriormente, su padre se convirtió en su entrenador personal.
“Mientras pasaba el tiempo, mi papá se dio cuenta que el béisbol me empezó a gustar mucho y que mi desarrollo era un poquito más que el de los otros nenes, y a los ocho años me empezó a practicar los cinco días de la semana para que los sábados pudiera jugar y me fuera bien”, recordó.
“Él tenía un poquito de miedo, porque no jugó pelota y ninguno de mi familia se ha destacado en el béisbol, pero mi papá y yo aprendimos durante el camino, cogiendo cantazos, fracasando y teniendo éxitos. Aprendió a entrenarme y enseñarme las cosas de béisbol viendo vídeos en Youtube”.
Su paso por Ponce Glenview lo marcó significativamente. Confesó que soñaba llegar a un torneo mundial con sus compañeros, algo que finalmente no ocurrió. Aun así, durante esos años en que tuvo cerca y vio jugar a figuras como el exlanzador ponceño de grandesligas Javier Vázquez y el receptor John Lyn Pachot, quien ahora es el coach de bullpen de los Leones, comenzó a alimentar su deseo de jugar profesionalmente en su pueblo natal.
“Desde esa edad empecé a imaginarme eso y a decir que algún día podía ser que me tocara a mí. Hasta el sol de hoy todavía no se me ha quitado ese sueño, esa hambre de ponerme el uniforme y representarlo, y acordarme de los tiempos en que estaba aquí jugando en mi ciudad”, relató.
“Poner a Ponce en alto es lo que quiero”, sentenció.
Otro hecho que lo impresionó por vida fue cuando Ponce ganó su último campeonato en el 2009. Montero Colón era apenas un niño de ocho años.
“Yo estuve presente en ese campeonato y me metí en el terreno, saludé a los peloteros y tengo una bola firmada por ellos. Fue muy emocionante. Mientras los abrazaba y corría con ellos, me imaginaba que yo también me estaba ganando ese campeonato”, comentó.
Aunque todavía no se ha tirado la primera bola en la temporada 2022-2023 de la LBPRC para estar hablando de campeonatos, lo cierto es que, 12 años después, Montero Colón al menos tendrá la oportunidad de intentarlo.
El cambio de los Criollos a los Leones ocurrió en el verano pasado y el receptor recibió la noticia vía telefónica mientras practicaba con su equipo de liga menor en Estados Unidos.
“Yo estaba pensando que me iban a subir de liga. Nunca me pasó por la mente que me iban a cambiar a los Leones. Jesús “Motorita” Feliciano, que es el gerente general de los Criollos, me preguntó si me gustaría jugar cerca de mi casa y yo le contesté: ‘¿cómo así?’ Y me preguntó que si me gustaría jugar para los Leones de Ponce. Antes de que él terminara le dije que sí, que me enviara para allá”, relató.
Al enterarse, sus padres estallaron de emoción.
“Los llamé y estaban demasiado contentos. Mi mamá se puso a brincar y a llorar, mi papá también. Luego me llamaron los dos por cámara y empezamos a llorar juntos, porque estábamos demasiado felices… iba a tener por fin la oportunidad de jugar en el Paquito Montaner con los Leones de Ponce”, prosiguió.
Jugar ante su núcleo es su gran motivación.
“Los voy a tener cerca. Voy a tener la oportunidad de que me puedan ir a ver jugar, de que me puedan apoyar y de que cuando mire esas gradas en el Paquito Montaner estén allí con mi camisa apoyándome y saltando por el equipo”, añadió Montero Colón.
“Un orgullo representar a Ponce”
El camino de Francisco Del Valle Torres ha sido parecido, tanto en sacrificios como en satisfacciones.
Cuando tenía dos años de edad y por motivos laborales, su familia se mudó de la urbanización Alta Vista en Ponce a Santa Isabel. Allí estudió y exploró el taekwondo y la natación, antes de optar por el béisbol.
“A los cinco o seis años traté de jugar pelota, pero no pude seguir porque mi papá estaba haciendo la maestría. Una vez terminó, que me podía dedicar más tiempo, empecé a jugar con los Bravos de Santa Isabel a los ocho años”, sostuvo.
“Una vez cumplí nueve años, empecé a jugar en Ponce Glenview hasta los 12. Después hice la transición a Juana Díaz, donde estuve dos años, y a los 14 o 15 años me fui a jugar a San Lorenzo y Caguas”, agregó.
Durante la niñez, su madre se encargó de llevarlo a diferentes pueblos para practicar.
“En Santa Isabel, ella me buscaba a la escuela y me llevaba al parque, y en Ponce hacía lo mismo. Ella era la que estaba conmigo para arriba y para abajo, llevándome a las prácticas. A los juegos, que eran fines de semana, iba toda la familia”, explicó.
Del Valle Torres, igual que Montero Colón, estudió en la Puerto Rico Baseball Academy & High School de Gurabo. Para entonces, su progenitor asumió la tarea de llevarlo a cumplir sus compromisos deportivos.
“Papi me llevaba a la academia, me buscaba por la tarde e iba a la práctica en Caguas con MIZUNO Elite. Ahí pude exponerme, hacer nombre y buscar una firma profesional”, mencionó.
Mientras se formaba, el jugador zurdo pasó por la primera base y los jardines, aunque también fue lanzador.
“Me gustaba mucho lanzar, siempre ayudaba a los equipos lanzando, pero a los 13 o 14 años dejé de lanzar y me dediqué a jugar en los fields”, explicó Del Valle Torres, quien actualmente se desempeña en los jardines izquierdo y derecho.
A los 17 años le llegó la oportunidad para la que se había preparado desde pequeño: fue seleccionado por los Angelinos de Los Ángeles en la ronda 14 del sorteo de novatos de las Grandes Ligas.
“Para mí fue una bendición y un logro sumamente grande”, rememoró el pelotero, que este año terminó con los Angelinos y firmó con los New York Boulders en la Frontier League. “Desde pequeñito soñaba con eso. Porque me he dedicado a este deporte, más los sacrificios que han hecho mis padres para que pudiera estar donde estoy. Fue de verdad algo grande y un sueño cumplido en mi carrera”.
Contrario a su desarrollo en las ligas menores de Estados Unidos, en Puerto Rico Del Valle Torres no vio mucha acción con los Cangrejeros de Santurce. Por tal razón, cuando se confirmó el regreso de los Leones a la liga se entusiasmó con la posibilidad de un cambio.
“Tan pronto se concretó el regreso de Ponce, yo quería hacer el movimiento, porque siempre mi familia iba a los juegos de Ponce, mi papá es súper fanático de Ponce desde pequeño, yo llegué a ir a los juegos de Ponce y para mí era un sueño poder jugar con Ponce”, confesó.
Su selección en el Sorteo de Expansión no le sorprendió, añadió, porque el gerente general y dirigente de los Leones, Edwin Rodríguez, lo conocía desde su paso por la academia de Gurabo y había admirado su desempeño.
“Estoy súper contento, súper motivado de jugar frente a la fanaticada de Ponce, mi familia, mis amistades. Sé que me van a estar apoyando y para mí es un orgullo representar a Ponce y llegar lejos en la liga de aquí”, expresó.
Encantados con sus entrenadores
Como jugadores jóvenes, Montero Colón y Del Valle Torres están ávidos de aprender y desarrollarse al máximo en la liga local. Hacerlo bajo el mando de un cuerpo de entrenadores de lujo, compuesto por Rodríguez, Carlos Baerga, Carlos Delgado, Tony Valentín y otros, los tiene en una nube.
“Tener un coaching staff así es una gran bendición que cualquier pelotero, sea estadounidense, puertorriqueño o de cualquier nacionalidad, estaría sumamente orgulloso de tener. Son peloteros que fueron grandes en el béisbol de Puerto Rico, en Estados Unidos, jugaron Grandes Ligas, representaron a Puerto Rico y tienen un resumé grande. Y uno poder escuchar y aprender de cada uno de ellos es una bendición”, resumió Del Valle Torres.
Por su parte, Montero Colón consideró que “tenemos la crema de la crema, los mejores coaches y los mejores jugadores”. “Siento que el equipo de nosotros tiene el talento, la habilidad y, más que todo, la química para ser un gran equipo y una sorpresa”.
Llamado a la fanaticada
Los jugadores reconocen que esta versión de los Leones es un equipo joven, pero confían en tener las herramientas para luchar de tú a tú con los Criollos de Caguas (campeones), Indios de Mayagüez, Cangrejeros de Santurce, Gigantes de Carolina y RA12.
Por eso exhortaron a la fanaticada ponceña, que ha sufrido una sequía beisbolística de ocho años, a apoyarles desde el inicio.
“Les estaremos brindando lo mejor de nosotros como peloteros. Este es un equipo que tiene mucha hambre de ganar y llegar lejos. No se pierdan los juegos, apóyennos”, destacó Del Valle Torres.
Su compañero agregó que “necesitamos su apoyo, ya que estamos viniendo de un receso y nos están dando la oportunidad a los jugadores jóvenes”.
“Y en los momentos malos, que nos dejen saber para nosotros seguir mejorando, que lo que queremos es ganar ese campeonato este primer año”, aseveró Montero Colón.
!LEONES SIEMPRE!
Me siento muy orgulloso de mi Nieto Juan Eduardo Montero Colon, y entiendo que existe la posibilidad que la Playa de Ponce esta haciendo historia. Ya que solo tres peloteros Playeros an frimado con equipos de Grandes Ligas y el Dirigente Edwin Rodriguez y mi Nieto Montero son dos de ellos y ahora juntos representando a mi Pueblo de Ponce y nuestra Playa de Ponce. FELICIDADES a estos dos Poncenos!