LAS VEGAS – Luego de 36 asaltos intensos, enconados y controversiales en el último lustro, Saúl «Canelo» Álvarez logró al fin una exhibición convincente ante Gennady Golovkin.
Álvarez se impuso el sábado por decisión unánime para saldar con un triunfo sin atenuantes el último episodio de una atractiva trilogía de pleitos.
Cuatro años después de que el combate más reciente entre los dos púgiles terminó con una victoria apretada e incluso polémica para Álvarez (58-2-2, con 39 nocauts), el mexicano, monarca mundial en cuatro divisiones, dejó pocas dudas sobre este último veredicto.
«Es un peleador fuerte», dijo Álvarez acerca de su rival, frente al público que lo ovacionaba y que lo apoyó mayoritariamente en Las Vegas. «Me alegro de haber compartido el ring con él. Es un peleador muy bueno, y me alegra haber participado en este tipo de peleas».
A sus 32 años y pese a una lesión en una mano que según él mismo podría requerir cirugía, el «Canelo» propinó un duro castigo a Golovkin, de 40, en los primeros ocho asaltos. Probó la famosa resistencia del mentón de «Triple G» con buenas combinaciones y volados de derecha.
Golovkin (42-2-1) comenzó muy lento, sin una estrategia clara para tomar la iniciativa y lejos de Álvarez. El kazajo, quien peleó por primera ocasión en la categoría de las 168 libras tras una brillante carrera como mediano, tuvo aun así algunos momentos en que pudo mostrar su viejo dinamismo.
Fue en los últimos asaltos, ante un contrincante que se había cansado un poco.
Sin embargo, ello no bastó para inclinar la balanza del combate ante un rival más joven y que lució más cómodo como supermediano.
Los tres jueces dieron fallos sorpresivamente cerrados, pero todos en favor de Álvarez: 116-112, 115-113 y 115-113. The Associated Press contabilizó una tarjeta de 117-111, para el mexicano.
«Todos saben que éste es un gran nivel, la mejor pelea en el boxeo», dijo Golovkin. «Miren su cara y miren la mía. Es de lato nivel, porque entrenamos bien y esto demuestra que hicimos una pelea muy buena, de muy alta calidad».
Los contrincantes se abrazaron y elogiaron después del campanazo final. Quizás fue el augurio de una mejor relación, luego de los duros comentarios que se lanzaron durante las tres peleas.
Con una victoria clara para poner punto final a una de las rivalidades más encendidas en la historia reciente del boxeo, el «Canelo» se recuperó espléndidamente de la segunda derrota en su carrera, sufrida en mayo ante Dmitry Bivol, un adversario de la división de los semipesados que dominó en forma inobjetable al púgil de Guadalajara.