Alrededor de seis cuerdas de terreno podrían desmoronarse desde la corona del Monte Pelao en Guánica hasta el canal el río Loco a consecuencia de un deslizamiento activo, reveló el pasado mes de mayo Stephen Hughes, coordinador del Puerto Rico Landslide Hazard Mitigation y profesor de Geomorfología en el recinto mayagüezano de la Universidad de Puerto Rico.
Sin embargo, los estudios geológicos que podrían validar sus estimados e, incluso, recomendar que se amplíe la huella de la zona bajo riesgo aún no brindan pistas concluyentes, reconoció a La Perla del Sur el alcalde de ese municipio, Ismael Rodríguez Ramos.
Según describió, hasta la fecha la firma de consultoría contratada por el ayuntamiento, Víctor E. Rivera & Associates, solo ha podido corroborar observaciones previas y comenzado a realizar pruebas para determinar si es necesario extender la zona de desalojos.
“Lo que ellos informan es que se están haciendo unos borings (perforaciones) adicionales sobre una huella mayor a la ya marcada como área de peligro, para determinar si ese perímetro va a mostrar cambios de aquí a cinco años”, expresó el alcalde.
“Si lo que encuentran indica que se debe agrandar la zona de riesgo, ellos y nosotros lo vamos a estar informando a la ciudadanía, pero hasta ahora eso no ha pasado. Hasta ahora el problema se ha concentrado en la huella marcada desde el día uno”, continuó.
Mientras eso ocurre, especialistas consultados por este medio reconocieron que el derrumbe del segmento sur del Monte Pelao ha mermado y que durante las pasadas ocho semanas “casi no evidencia progreso”.
Aun así, por la falda del monte es continuo un flujo de agua. Su origen sigue siendo motivo de observación e investigación.
“No se descarta que exista algún tipo de filtración, ya sea provocada por una rotura en el sistema de Acueductos y Alcantarillados (AAA) o por algún tipo de vena de agua (manantial) que esté por esa área”, continuó Rodríguez Ramos.

“Pero entendemos que eso no tiene ningún tipo de relación con lo que fueron los movimientos telúricos en nuestro pueblo”, agregó en referencia a rumores sobre una fractura en tuberías de la AAA, provocada por la secuencia sísmica del 2020.
Hasta la fecha, el deslizamiento en Monte Pelao ha forzado el desalojo permanente de 26 familias que vivían en la comunidad Alturas de Bélgica y El Tumbao, quienes han sido reubicadas en viviendas alquiladas, con pagos cubiertos por el Departamento de Vivienda. Algunas ya han firmado contratos para la compra de hogares, con la ayuda de vales de esa agencia, en la nueva urbanización Valle Tania de Guánica.
La tierra bajo sus antiguos hogares comenzó a desplazarse tras los copiosos episodios de lluvia del pasado 8 y el 9 de mayo. Sin embargo, 21 años atrás otros deslizamientos se registraron en el mismo sector montañoso y se ordenó el desalojo de las 105 familias afectadas.
Según investigaciones geotécnicas realizadas entre el 2003 y 2004 por personal del DTOP, las condiciones calizas y arcillosas del suelo, sumadas a sistemas de poco drenaje y el corte de secciones de la montaña para crear terraplenes de viviendas precipitaron las condiciones para los deslizamientos.