Luego del azote del huracán María, un grupo de voluntarios subió con maquinaria pesada por la carretera PR-139 en Ponce, mientras los residentes del sector La Carmelita limpiaban en dirección contraria, armados con machetes.
De ese modo lograron despejar el camino.
Sin embargo, a casi seis años de aquel esfuerzo nada se ha hecho para mantener la vía libre de vegetación y evitar, con ello, que un nuevo ciclón vuelva a trancar la zona.
“La maleza está tan alta que transitar por la carretera en días lluviosos es bien difícil. Hay puntos donde la línea blanca no se ve”, denunció la líder comunitaria Zory Méndez.
La Perla del Sur confirmó la denuncia. Durante un recorrido este martes, bajo un copioso aguacero, constató que la espesa vegetación a ambos lados de la vía dificulta la visibilidad de cualquier automovilista.
Árboles, arbustos y secciones de bambú cubren desde un tercio hasta medio carril en algunos tramos, forzando al conductor a orientarse hacia el centro de la carretera para evadir la vegetación, lo que implica invadir por momentos el carril contrario.
En una vía de por sí estrecha, el abandono representa un riesgo de seguridad. Además, abundan las enredaderas en los cables y postes del tendido eléctrico, lo que en cualquier momento puede propiciar averías y apagones.
El problema, aunque recurrente en la PR-139, no ha sido atendido por el Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP) ni la Autoridad de Carreteras y Transportación (ACT), señaló la residente. El ayuntamiento, entretanto, se lava las manos. “Nos dicen que la carretera es estatal y que no le toca al municipio”, afirmó Méndez.
Simultáneamente, los vecinos de este sector rural se han cansado de escuchar promesas incumplidas.
“Me habían dicho que el municipio iba a hacer un convenio con la ACT, pero al día de hoy continuamos con la maleza bien alta”, indicó. “Y el desganche tampoco se ha hecho. Cuando pasas, parece que estás entrando a un lugar raro por los ganchos y los bambúes”.
Méndez se refiere a que las hileras de bambú forman una cubierta o “techo” sobre la carretera cuando se unen a troncos al otro extremo de la vía. También hay ramas de árboles colgando sobre la carretera que se convierten en obstáculos para vehículos altos.
Entrado el pico de la temporada de huracanes 2023, este panorama ha hecho que la inquietud se apodere, una vez más, de los residentes de La Carmelita.
“Sabemos que el Atlántico está bien activo y eso nos preocupa. El problema en los campos son los derrumbes y los árboles que caen. Si no se atienden estas situaciones, ¿cómo la ayuda va a llegar si no hay paso?”, cuestionó Méndez.
Según narró, un joven de la comunidad ha asumido la tarea de desyerbar de forma voluntaria algunos segmentos de la PR-139, de acuerdo con sus capacidades. Sin embargo, resaltó que su seguridad está en riesgo, por lo que no es una opción viable echarle la carga a los residentes para que mantengan la carretera despejada.
“Si hacemos un grupo y nos pasa algo, ¿qué seguro nos cubre? ¿Quién responde?”, manifestó. “De verdad que es bien preocupante”.
Un plan de limpieza de vegetación en la vía, puntualizó, es todo lo que hace falta en la comunidad, pues Méndez señaló que la iluminación se encuentra en buen estado. El pavimento, en su mayoría, también lo está.
En cuanto a LUMA Energy, mencionó que la empresa ha desyerbado áreas donde hay cables eléctricos.
“LUMA, en el caso de nosotros, ha respondido. De hecho, ha cambiado postes en mal estado, ha desganchado algunas áreas y cuando se va la luz no estamos tanto tiempo, responden rápido”, resumió.
Aunque ese es el caso de La Carmelita, en otras partes de la PR-139 este medio observó numerosos cables y postes comprometidos por la maleza a su alrededor.