Cada uno tuvo experiencias personales y profesionales distintas con él, pero la mayoría coincide en que Rafael Cordero Santiago lideró un despertar colectivo en Ponce, le devolvió la honra y las ganas a su gente, consiguió aglutinar aliados de distintas ideologías y caló tan hondo en la vida de la ciudad que aún hoy, a 20 años de su deceso, hay quién se pregunta qué habría hecho “Churumba” ante la realidad política y social del país.
La Perla del Sur abordó a cinco empleados municipales de su administración, un colega alcalde, una gestora cultural y un líder independentista para escucharlos describir a la persona que dirigió la alcaldía ponceña desde el 8 de enero de 1989 hasta su inesperada muerte el 17 de enero de 2004, cuando faltaba un año para que completara su cuatro cuatrienio.
A la pregunta ¿Cómo recuerda a Churumba a 20 años de su fallecimiento?, los y las entrevistadas expresaron que Cordero Santiago transformó la percepción de los ponceños sobre sí mismos y sus capacidades, y creó la ilusión de que un mejor Ponce era posible.
Ese salvavidas anímico, sin embargo, tiene un contexto. Cordero Santiago, militante del Partido Popular Democrático, fue electo luego de un turbulento cuatrienio del que salieron maltrechos dos alcaldes novoprogresistas: José Guillermo “Joselyn” Tormos Vega y José Dapena Thompson. El primero resultó convicto de conspiración y extorsión en la esfera federal y el segundo, aunque no fue acusado, fue señalado como coconspirador.
Cuando advino al poder, Cordero Santiago inició una nueva etapa. En esencia, se le atribuye ser el rescatista y principal propulsor del “orgullo ponceño” a nivel regional, pero particularmente en San Juan, desde donde se dicta la agenda gubernamental y política del país.
Por otra parte, a “Churumba” también se le reconoce haber tenido la capacidad de unir a personas con posturas políticas contrarias, por la defensa del Plan Ponce en Marcha.
En ese sentido, se le concede que, si bien tuvo al gobernador ponceño Rafael Hernández Colón como aliado estratégico para empujar la transformación física y social del municipio, también demostró la capacidad administrativa y el carácter para encaminar el proceso.
Igualmente, se le recuerda como un líder fuerte que asumía posturas y las defendía, y que estaba comprometido con el arte, la cultura y la preservación de la historia de su pueblo.
A continuación, las respuestas del arquitecto Javier Bonnin Orozco, la artista Stephanie Taylor, el abogado Carlos Jirau Vélez, la historiadora y archivera Gladys Tormes González, el profesor José Víctor Madera, la gestora cultural Ana Iris Torres Torres, el alcalde juanadino Ramón Hernández Torres y la alcaldesa interina de Ponce, Marlese Sifre Rodríguez, sobre la figura de Cordero Santiago, al conmemorarse dos décadas de su partida.
Javier Bonnin Orozco
Director de la Oficina del Centro Histórico de Ponce y del Plan Maestro de Ponce bajo la incumbencia de Cordero Santiago
Yo lo recuerdo por su profundo amor a Ponce, por su tenacidad, por su perseverancia. Nunca se daba por vencido y Ponce era lo primero, lo segundo y lo tercero. Era todo por Ponce y así mismo le exigía a todo su gabinete.
Rafael Cordero era un alcalde súper exigente. Era muy duro trabajar para él, pero siempre estaba claro cuál era su objetivo. Y su objetivo era para lo mismo que uno estaba trabajando. Creo que nadie había logrado transformar la mentalidad de los ponceños y cómo nos veíamos a nosotros mismos como lo logró Cordero Santiago.
Teníamos discrepancias donde, en muchas ocasiones, lo que yo creía que era lo correcto no coincidía con el alcalde. Debo señalar que, la mayor parte de las veces, él tenía razón. De hecho, al alcalde le gustaba que uno fuese sincero y que uno peleara por lo que creía. Esa yo creo que era una gran cualidad de él también: que buscaba la verdad y escarbaba hasta sacar lo mejor de cada una de las personas. Y así lo hizo.
Si no fuera por el apoyo que siempre brindó el alcalde a lo que uno hacía, hubiera sido imposible de hacer. Me enseñó muchísimo.
Stephanie Taylor
Bailarina, teatrera y directora del Teatro La Perla bajo la incumbencia de Cordero Santiago
Lo recuerdo con el mismo cariño y absoluto respeto con que lo conocí y lo traté, y para quien trabajé con mucho orgullo. Yo fui parte de un equipo de trabajo muy excepcional y gracias a Dios logramos poner el Teatro La Perla en un lugar alto. Estuvo mano a mano con todos nosotros, con todo el esfuerzo que se hizo. Y al día de hoy, 20 años después, tengo su fotografía encima de mi piano y todavía lo extraño.
Yo era maestra de baile, no trabajaba para ninguna compañía, y cuando él entró como alcalde me recomendaron para dirigir el Teatro La Perla. Y pues, cuando me abordaron, imagínate, cómo iba a decir que no. Yo soy mujer de teatro, y estuve toda la incumbencia de él a cargo del Teatro La Perla. Él venía mucho al teatro a dar sus mensajes y tuvimos oportunidad de hablar muchas veces.
Esos fueron 20 años inolvidables, aunque bien fuertes. Se trabajaba siete días a la semana, a veces se salía en la madrugada, pero fueron 20 años maravillosos.
Carlos Jirau Vélez
Trabajó en distintas oficinas municipales y era el administrador de la ciudad cuando Cordero Santiago falleció
Cordero era una persona muy exigente. Era esta mezcla de un político agresivo, pero una persona, desde el punto de vista administrativo, que quería estar empapado de los procesos, que quería tener conocimiento de lo que estaba ocurriendo en su municipio.
Siempre recuerdo que palabras como “puede ser”, “quizás” y “yo creo” no tenían cabida en el vocabulario, en el diálogo profesional que teníamos de día a día con él.
Pienso que es una persona que ha marcado nuestras vidas. Son 20 años, pero la gente sigue hablando de él, lo siguen viendo como parte del día a día. Muchas de las cosas que ocurren ahora, o él las hablaba o eran parte de un plan para la ciudad. Mucha gente se pregunta cómo hubiese manejado Cordero una situación como esta.
Es una persona que marcó a los ciudadanos ponceños, que creó una ilusión en todo un pueblo de que un mejor Ponce era posible, de que podíamos competir a nivel económico y político, tanto a nivel de la región como a nivel nacional, y que no todo tenía que hacerse a través de San Juan. Que otras regiones del país, en este caso Ponce, podían convertirse en el motor económico y social de Puerto Rico. Y, en ese sentido, creo que él logró insertarse en la vida de todos nosotros.
Gladys Tormes
Empleada municipal desde 1969 y directora del Archivo Histórico de Ponce
Él proveyó al Archivo parte de lo que necesitábamos para trabajar, que eran las cajas para guardar los documentos adecuadamente, y (en su administración) se empezaron a interesar en el Archivo poquito a poco, aparte de lo cultural, que movió y levantó el espíritu de la ciudad.
Cuando Churumba se hizo alcalde, el Archivo ubicaba en los altos del Teatro La Perla. De ahí es que surge la cuestión de buscarle un nuevo lugar. El cambio vino cuando las personas que estaban en el edificio Felipe García (en la calle Marina) se mudaron. Entonces, yo fui donde el secretario municipal y le dije ‘aquí está el edificio para mudar el Archivo’. Hicieron el contrato y nos mudamos, y ahí fue cuando se remozó y se hizo mucho más accesible. O sea, hubo el interés de mejorar mucho más el Archivo.
Además, nosotros estábamos con el método de legajo, que es la forma española antigua de guardar, y entonces él (Cordero Santiago) contrata a una persona que vino a ayudar en ese aspecto. Así se crea el proyecto de preservación de los documentos, cambiando al método de la procedencia, que esa es la forma que tenemos al día de hoy y es un sistema mucho más fácil para el investigador.
José Víctor Madera
Profesor universitario y líder del Partido Independentista Puertorriqueño en Ponce
Churumba tiene un gran mérito. Churumba llega a la alcaldía en un momento en que Ponce tenía una moral colectiva, un ánimo de pueblo, muy vapuleado por los procesos legales y eventualmente carcelarios de alcaldes anteriores, a lo que se sumó un desastre administrativo que daba vergüenza. Creo que el mérito mayor de Cordero Santiago fue devolverle a Ponce ese orgullo ponceño, más allá de un cliché, de un estribillo. El orgullo ponceño lo rescató Churumba Cordero, porque él entra en un momento donde ese orgullo ponceño era todo lo contrario: había una vergüenza colectiva ponceña por lo que había pasado en la alcaldía.
Y Churumba coincide con un gran proyecto socioeconómico para la ciudad que es Ponce en Marcha, que tuvo la bendición de que contó con la gobernación de Hernández Colón. Ponce estaba alicaído, pero llega un alcalde con el interés de levantar ese orgullo y coincide ese proyecto con unos recursos fiscales protegidos por el gobierno central que le dieron lustre a Ponce durante ese periodo.
Me parece que la figura de Cordero Santiago tuvo el gran acierto de ser proactiva en ese proceso de revitalización física de Ponce, con la bendición del gobierno central y con su carácter político. Porque uno puede tener el gobernador de uno, puede tener recursos en San Juan, pero si uno no tiene carácter político para exigir y para reclamar el orgullo ponceño, más allá del cliché, las cosas se van a quedar en el tintero. Y él tuvo la capacidad de unir esos elementos y renovar gran parte de lo que tuvimos en Ponce hasta unos años atrás.
El balance general es que la gerencia pública de Rafael Cordero Santiago fue de respeto y que le sirvió bien a Ponce y a los ponceños y ponceñas. Desgraciadamente, no ha sido así posterior a su muerte.
Ana Iris Torres Torres
Presidenta del Centro Cultural Carmen Solá de Pereira y directora de la Comparsa de Vejigantes Jossie y Nuestra Gente
Lo recuerdo como una persona bien comprometida con el quehacer cultural, como una persona que respetaba nuestra ciudad, que respetaba al ser humano, que respetaba a grandes y chicos. Todo el mundo sintió la muerte de él. Recuerdo que siempre supo valorar y defender nuestra ciudad.
A través de la isla, cuando la comparsa llegaba a participar en algún evento, la gente decía ‘wao, ahí viene el grupo de Churumba’. Nos identificaban con ese personaje que fue tan importante para nuestra ciudad, que fue Rafael Cordero Santiago.
Él apoyaba a nuestro Centro Cultural y fue el tiempo en que mejor estuvo, porque él se preocupó de que el centro tuviera el dinero para poder llevar a cabo las actividades culturales para nuestra ciudad.
Ramón Hernández Torres
Alcalde de Juana Díaz desde el 2001
Las primeras palabras deben ser qué falta hace Rafael Cordero Santiago en momentos de tanta crisis política y administrativa. Se perdió un norte en el quehacer público, en el quehacer político de nuestro país, especialmente, en la Ciudad Señorial de Ponce, por la cual entregó alma, corazón y vida junto a su amada esposa (Madeleine Velasco), que en paz descanse.
Cuando se declara la situación crítica de salud de la que fuera mi esposa y madre de mis hijas, que murió en el 2003, y salió en las noticias, Cordero Santiago me llamó, me indicó que no hiciera más expresiones sobre ese particular y que llegara a su oficina. Nuestra intención en ese momento, por la situación emocional, era renunciar. Y él me preguntó: ¿qué vas a hacer si renuncias para atender a tu esposa? Tú tienes que vivir de algo, así que mantente en la posición y vas a tener la libertad de continuar dándole el apoyo a tu esposa. Ese fue el consejo que me dio Rafael Cordero Santiago.
Durante la muerte de mi papá estuvo presente también. En las luchas sobre el puerto y las circunstancias de la región siempre estuvimos aliados. Así que tenía un vínculo muy estrecho con Rafael Cordero Santiago, que en paz descanse.
Rafael Cordero Santiago fue un activo en la vida colectiva de la ciudad de Ponce. Era una persona de principios, claro en sus posturas. Todavía no hay una persona que pueda ocupar los zapatos de Rafael Cordero Santiago.
El recuerdo de Rafael Cordero Santiago vive todavía en la gente de Ponce y de Puerto Rico. Cada vez que llega una administración (municipal) hacen la comparación. “¡Hace falta Rafael Cordero Santiago!”, es la exclamación que hace el pueblo ponceño, así que todavía tiene vigencia ese legado de una buena administración y de un buen líder. Obviamente, no estaba solo, tuvo el respaldo de Rafael Hernández Colón en el Plan Ponce en Marcha, pero fue responsable de la ejecución de ese plan y fue responsable del Ponce que se tiene hoy.
Marlese Sifre Rodríguez
Empleada municipal hace 23 años y actual alcaldesa interina de Ponce
Dentro de lo que he hecho como alcaldesa, siento que ha sido el mejor maestro que he tenido. Y lo he podido demostrar en cada una de mis ejecutorias.
Yo estudié Derecho, soy abogada. Jamás me vi trabajando en el servicio público. Le tenía una estima, un respeto y un orgullo bien grande a las cosas que hacía Churumba, sobre todo, cuando se enfrentó al gobierno central, cuando defendió ese orgullo ponceño y a partir de ahí empezamos a sentir ese orgullo todos los ponceños. Y eso me identificó con él.
Jamás pensé ocupar una silla como esta, no estaba en mis planes y mucho menos entrar a la oficina donde ese hombre se sentó, porque siempre he dicho que llenar sus zapatos es una cosa difícil y todavía lo es. Pero de él aprendí lo que es el servicio público, sobre el trato a la gente, de brindarle su servicio, de atender a la población, y de estar pendiente a los detalles. Esa responsabilidad estaba en mí y lo he podido ejecutar.