La firma de un contrato a 25 años para que la multinacional New Fortress Energy plante bandera en el Puerto de Ponce, efectúe miles de operativos de trasbordo de gas natural licuado (GNL) en la bahía y el Muelle 8, y establezca allí un almacén flotante del combustible, ha provocado una explosión de reacciones.
Entre las más puntuales, resaltan las de personas que durante años han denunciado prácticas temerarias de la empresa, al igual que vecinos de comunidades próximas al terminal marítimo ponceño.
Ruth Santiago Quiñones, abogada especializada en Derecho Ambiental
Esto no es un negocio sencillo, ni de una mercancía común y corriente. En palabras simples, esto no es importación de zapatos.
Aquí estamos hablando de importación y trasbordo de gas en su estado licuado, que es explosivo, que tiene mucho compuesto orgánico volátil. Y la póliza de seguro para esto debe ser mucho más sustancial.
Una póliza de seguro de $1 millón para este tipo de responsabilidad pública es nada.
Una sola vida, por ejemplo, no es que uno esté pensando que esto deba ocurrir, pero una sola vida que se pierda relacionada a este negocio excede por mucho una póliza de $1 millón.
De igual manera, el artículo 3.2 del contrato levanta suspicacia, porque desde ya se establece que la opción de modificar o cambiar el uso que se le dará a la propiedad arrendada no será denegado irrazonablemente.
Y un cambio podría ser, por ejemplo, suplirle gas a una planta o central eléctrica.
En un caso así, New Fortress o Soluciones de Energía Limpia podría argumentar que el contrato lo permite. Que eso es un cambio razonable y que ellos pueden asumir una operación mucho más grande.
Y, ¿por qué señalo esto? Porque ese ha sido el patrón en San Juan.
Allá, la solicitud que New Fortress o NFEnergía hizo a OGPe fue para una facilidad de manejo micro de combustible, un Micro Fuel Handling Facility, con cuatro estaciones donde se llenarían contenedores ISO para luego llevarlos a clientes en camiones.
¿Qué resultó? Que el gas que traen también se está usando para suplirle a la planta (central eléctrica) de San Juan.
New Fortress opera así, con una práctica corporativa sofisticada hasta para cambiar de nombre y no veo que en el Municipio de Ponce se estén dando cuenta de ello. De hecho, en muchos aspectos (de este contrato) no se ve que estén trabajando con el nivel adecuado de asesoramiento.
Pedro Saadé Lloréns, abogado especializado en Derecho Ambiental
Es preocupante que los mismos problemas de seguridad, secretividad y ambientales que desde hace años se experimentan en San Juan con las actividades de New Fortress, ahora le estén tocando a Ponce.
Pero además de esos problemas, uno también observa un patrón, una metodología de New Fortress para, de espaldas a la opinión pública, las comunidades y la prensa, establecer el agarre, tomar el control de lugares estratégicos, como el muelle de Ponce y el de San Juan.
Eso amerita más atención.
Como también preocupa que este contrato profundiza aún más la dependencia del país en energías fósiles de gas y, sobre todo, bajo el control de una sola empresa que, en este caso, es New Fortress y su presidente, Wes Edens, quien nos parece que es el verdadero Zar de la Energía en Puerto Rico.
Al menos, uno no ve contrapesos sobre esto.
Igual preocupa cuál es el estatus de ese proyecto ante la Guardia Costanera. No está claro.
Hay bastante conocimiento técnico de cómo es que los accidentes con estos tanqueros pueden ocurrir. Si ocurre algún choque, entonces se libera una nube que puede viajar con el viento y ahí se establece una cadena de riesgo.
Por eso, la Guardia Costanera tiene que hacer unos cálculos sobre las zonas de peligrosidad 1, 2 y 3, y todas las comunidades ahora tienen que examinar cómo es que quedan configuradas en esas zonas.
Por último, también llama la atención a quién le van a servir ese gas, si es a entidades privadas, si es a plantas (centrales) públicas y a cuáles.
Hay un contrato mediante el cual New Fortress le va a suplir gas a las unidades de tenencia pública en Puerto Rico. Así que no sé si este método de relleno de camiones tanque es parte de eso.
Lo que sí está claro es que, paso a paso, nos vamos encerrando nosotros mismos frente a un monopolio potencial que controla la generación, controla la entrega, controla los barcos y ahora también quiere controlar los muelles.
Rolando Emmanuelli Jiménez, abogado especializado en quiebra de la AEE
Están poniendo una bomba de tiempo ahí, porque es una operación que conlleva gran cantidad de transbordos.
Es una instalación temporera o semipermanente, por decirlo como ellos hablan, donde los barcos llegarán, harán transbordo a barcos más pequeños, para entonces hacer otro transbordo a esa barcaza gigantesca que va a estar ahí, para luego transbordarlo a los camiones que van a estar supliendo el gas natural a las diferentes plantas.
Yo escuché al ingeniero Agustín Irizarry decir que se habían hecho estudios de tráfico para poder mover el gas natural a los volúmenes que se querían implantar en Puerto Rico. Y eso era un camión detrás de otro.
Y por eso, por los costos que eso implica, esto augura que van a querer revivir el concepto de los gasoductos que se derrotaron hace más de una década, y que también se derrotaron por el impacto ambiental y por el riesgo de explosión en comunidades.
Durante esa lucha, particularmente de la lucha del Gasoducto del Sur, se documentaron todas las explosiones y accidentes que se habían sufrido en diferentes partes del mundo, donde muchas personas fallecieron y perdieron sus propiedades por razón de esas explosiones.
Así que me parece que este proceder secreto de la Autoridad del Puerto de Ponce, que es una entidad del Municipio Autónomo de Ponce, de llegar a ese contrato sin notificar a las comunidades, sin informar los impactos, sin un estudio de impacto ambiental y de riesgo, es una barbaridad.
Y debe recibir el repudio de todo el pueblo de Puerto Rico y particularmente de las comunidades ponceñas.
Arturo Massol Deyá, director asociado de Casa Pueblo
Esto es una traición a la aspiración de Puerto Rico de moverse hacia fuentes de energía renovable.
Y, evidentemente, esa intención ha sido toda una fantasía política para inmovilizar a este país, que tiene un consenso hacia un futuro energético diferente a este.
Cuando se supone que exista más voluntad para impulsar la energía renovable, de pronto, salen estos proyectos, como si ya los tuvieran listos desde hace mucho tiempo, pre conceptualizados y listos para ejecutarlos.
Este no es el futuro energético al que aspira ni sueña el puertorriqueño. Este sigue siendo el modelo de la dependencia a combustibles fósiles, tratando de sobrevivir, de imponerse y anquilosarse.
Son cinco pasos pa’ tras.
Y todo este tema de los apagones y de meternos miedo con el verano ha sido la forma de chantajearnos para forzar la gasificación, las barcazas y hacernos creer que eso es un buen paso, en lugar de reparar lo que tienen que hacer e invertir en energía renovable.
Ángel Figueroa Jaramillo, presidente interino de la UTIER
Yo no tengo la menor duda de que todo esto es parte de un plan maestro, bien planificado.
De la misma forma que se planificó un plan Integrado de Recursos por 10 años, esta gente venía planificando hace 10 años lo que iban a hacer realmente.
Y yo sé que esto va a crear un grado de controversia, pero nos entretuvieron primero con el ataque hacia Autoridad de Energía Eléctrica, por muchos sectores, inclusive sectores aliados, para luego hacernos creer que íbamos a convertirnos a fuentes de energía renovable.
Creo que fue un entretenimiento para que nos tranquilizáramos, pensando que había una ley, en un país, entre comillas, de ley orden, para después ejecutar el plan que, realmente, querían hacer.
El primer paso fue destruir y desmembrar a la Autoridad. No podemos olvidar que la Ley 120 de privatización vino primero. ¿Qué hicieron para bajar las aguas? Pues la Ley 17-2019, para que entonces dijéramos “Ah, por lo menos nos vamos a mover a energía renovable”.
Y empezaron a distribuir migajas de fondos para que la gente empezara a instalar desde el punto de vista, entre comillas social, y nos entretuvieron ahí, mientras que el plan real era establecer un negocio permanente de los intereses del gas natural.
A eso súmale que la gobernadora, cuando era comisionada (residente), presentó un proyecto de ley para convertir a Puerto Rico en hub de gas natural. No es nada aislado, nada.
Y el otro elemento que ellos sabían que podía levantar un grado de oposición con credibilidad es la UTIER. Hicieron todo para tener el camino más allanado para sus intereses del gas natural en Puerto Rico.
Dicho esto, ahora hay que pedirle cuentas a las autoridades municipales de Ponce: cuál va a ser la postura ante esta realidad, en esta coyuntura, dónde se van a alinear, si con el pueblo o con los intereses del gas, y hay que redoblar la lucha que se está dando en contra de este combustible fósil.
Lohary Munet Piñeiro, presidenta del Comité Innovador Comunitario
Como representante de Villa del Carmen, una población estimada en 5 mil personas, y como salubrista obviamente reconozco el peligro y lo terrible que sería que eso realmente ocurriera en nuestras costas, en nuestro muelle, ahí tan cerca.
Villa del Carmen solo tiene una salida y entrada vehicular y es hacia el sur, en el sur de la urbanización. O sea que, de ocurrir algo, tendríamos que acercarnos más al peligro para poder salir.
Y no solamente nosotros, también la población escolar (escuelas Ángela Cordero y Sor Isolina), más los que estén en el Ponce Hilton, más los que vivan en Costa Caribe.
O sea, somos muchas personas y el valor de una persona no tiene precio.
Por eso, nosotros, como residentes, como comunidad, vamos a unirnos para trabajar en contra de eso. Nuestra comunidad está organizada y va a trabajar en contra de ese proyecto, porque la seguridad de nuestra gente es más importante que cualquier beneficio económico.
Y una comunidad unida tiene mucho poder.
Gilberto Limardo Rodríguez, líder comunitario de La Playa
Aquí se juntan el hambre y la miseria.
Por un lado, hay necesidad entre nuestros trabajadores de taller para poder continuar y, por otro lado, la miseria, el peligro que puede representar esto.
Aunque los accidentes en este tipo de desembarque no son frecuentes, cuando ocurren surgen daños irreversibles y la preocupación surge cuando hay tanta cercanía a viviendas en Puerto Viejo y la misma comunidad de La Playa de Ponce, así como Villa Del Carmen y el centro turístico de La Guancha.
Hay que analizarlo bien. Incluso, sería hasta sano hacer vistas públicas, ver realmente cuál va a ser el impacto de esta propuesta y ser riguroso al momento de otorgar este tipo de permisos.
(Historia en desarrollo. Pendientes a actualizaciones)