A días del inicio de la temporada de huracanes, una coalición de organizaciones comunitarias y ambientales denunciaron que la construcción de un proyecto de energía solar -a escala industrial y en terrenos de valor agrícola- está provocando mayores inundaciones en la comunidad El Coquí y otras cercanas, en Salinas.
El proyecto de la corporación CIRO One Salinas, que fue aprobado en 2021 por el Negociado de Energía de Puerto Rico, comenzó procesos de construcción en un área de 540 cuerdas de tierras agrícolas, a unos 400 metros al norte de la comunidad El CoquÍ en Salinas. Desde entonces, las comunidades cercanas han notado un aumento en los niveles de inundaciones, denunció el grupo.
Una apreciación hidrológica de la condición de drenaje pluvial en la comunidad El Coquí, preparada por el hidrólogo y ecólogo Carlos Conde Costas, encontró que “tanto para el evento de inundación del 5 de noviembre de 2022 como para el evento de precipitación del 7 de abril de 2023 el flujo de escorrentía que llegó a la comunidad desde el norte transportaba gran concentración de sedimentos que se entiende provienen de los terrenos del proyecto (CIRO One Salinas)”.
“CIRO One Salinas está construyendo, con el apoyo del gobierno de Puerto Rico, proyectos solares a escala industrial en terrenos de alto valor agrícola en un país con tan alta precariedad de seguridad alimentaria. La construcción está afectando la seguridad de la comunidad en Salinas, que ven sus hogares, negocios y propiedad a la merced de fuertes aumentos en los niveles de inundaciones provocadas por esta desacertada construcción”, sostuvo Ruth Santiago, abogada comunitaria y ambiental, y residente de Salinas.
Daniel De Jesús, residente de la comunidad El Coquí, dijo haberse afectado durante las graves inundaciones del huracán Fiona y, junto a su esposa, tuvo que ser rescatado por la Guardia Nacional en su residencia.
“Esta experiencia nunca antes la habíamos tenido aquí. Y ahora, nos están rodeando de placas solares. Ellos (CIRO One Salinas) remueven los árboles y después que deforestan, compactan el terreno. Impiden que el agua drene. Y entonces esa agua va a tener a la parte más baja: aquí, la comunidad El Coquí”, denunció De Jesús.
Según detalló, miembros de la comunidad han perdido automóviles, enseres electrodomésticos, camas, sofás y sus pertenencias a causa de las inundaciones.
El informe hidrológico detalló lo que entiende son fallas en la Declaración de Impacto Ambiental sometida por CIRO One Salinas: la misma no menciona ni incluye la cercana Quebrada Sin Nombre, cuyo cauce atraviesa los predios del proyecto solar, y afirma “equivocadamente” que en la zona no se encuentran cuevas ni acuíferos. De igual forma, se criticó la ausencia de un Estudio Hidrológico – Hidráulico.
“Aún cuando se alega que por estar los paneles solares elevados sobre el terreno no se impide la infiltración, el drenaje de las aguas vertidas por las planchas a cunetas paralelas a los viales de la planta fotovoltaica no favorece una retención y dispersión adecuada del agua de lluvia, conllevando una merma en el caudal de infiltración”, indicó Conde Costas.
Advertencias ignoradas
En julio de 2022, las organizaciones ambientales presentaron ante el Negociado de Energía una solicitud de investigación a CIRO One Salinas, notificando de irregularidades ya que CIRO comenzó la construcción del proyecto sin haber completado las debidas certificaciones.
“La respuesta del Negociado fue otorgar las certificaciones a CIRO One a los dos días de nosotros haber sometido la moción. Ahora, una comunidad entera está pagando las consecuencias”, denunció Santiago.
Las denuncias fueron presentadas por la coalición Tierras para la Agricultura, Techos para la Energía (TATE), que agrupa a organizaciones a favor de preservar los terrenos para uso agrícolas e incluye a: El Puente Enlace Latino de Acción Climática; Organización Boricuá de Agricultura Ecológica; Frente Unido Pro-Defensa del Valle de Lajas; Comité Diálogo Ambiental; Bosque Modelo; Earthjustice; Sierra Club Puerto Rico; Comité Caborrojeños Pro-Salud y Ambiente; UPR Resiliency Law Center; y personal docente del Colegio de Ciencias Agrícolas del Recinto Universitario de Mayagüez.
A juicio de Lorena I. Vélez Miranda, abogada en Earthjustice, la construcción de fincas solares en terrenos agrícolas no es la solución que necesita Puerto Rico para hacer la transición hacia energía renovable, sino que la mejor alternativa es implementar proyectos que impulsen paneles solares en techos con baterías, como propone la coalición Queremos Sol.
“Resulta paradójico que mientras el gobierno promete energía resiliente y asequible, promueva la construcción de proyectos de energía solar a gran escala, como lo es el de CIRO One. No toda la energía renovable o solar es buena en el contexto de Puerto Rico, especialmente si conlleva el deterioro de nuestra ya precaria soberanía alimentaria”, dijo Vélez Miranda.
Las organizaciones comunitarias y ambientales afirmaron que la construcción de CIRO One Salinas es uno de 20 proyectos solares a escala industrial, los cuales no contaron con procesos de consultas de ubicación actualizadas por la Junta de Planificación.
En total, un 7.2 por ciento (35,100 cuerdas) de los mejores terrenos agrícolas de Puerto Rico se utilizarían para proyectos solares, con el aval del gobierno y de su Departamento de Agricultura.