“Si volviera a nacer, volvería a ser maestro”, respondió sin reservas Edgar Artache Luciano, un educador de cuna humilde que, sin reparos, habla de sus raíces en el residencial Padre Nazario de Guayanilla y de los sacrificios que asumieron sus padres para que se forjara como un profesional. Pero no en cualquiera.
Su pasión por la música y sus líricas, junto a las enseñanzas de Maribel Lugo García, la venerada directora de la Banda Escolar de Guayanilla, alimentaron desde muy temprano su ambición por un título posgrado en la materia. Y lo logró en la Universidad Interamericana de San Germán.
Con diplomas en mano, sin embargo, nunca imaginó que las conspiraciones del universo lo dirigirían a un rol del que hoy deriva aún más satisfacción que al tocar percusión y acompañar a los grupos Dulce Madera o Flor de Maga.
“Esto es como un regalo”, sentenció. “API ha sido un privilegio, una revelación”.
Según abundó, API -la Academia Ponce Interamericana- se ha convertido en “la casa” donde ha encontrado su verdadera vocación, la de maestro, la de brújula para nuevas generaciones, gracias a un vínculo intangible, a una pasión compartida: la música.
“Me encanta motivar a los adolescente, no solo dentro de la música, sino guiarlos a donde quieren llegar, ser su apoyo”, reconoció Artache Luciano. Más con la música, esa esencia que corre por sus venas, el educador de 36 años es capaz de encontrar un lenguaje afín con el cual dialogar sobre emociones y conocimientos, porque, como reconoce, ritmos y líricas también pueden fortalecer disciplinas como matemáticas e idiomas.
“Y API ha sido el lugar indicado para hacerlo, porque esta institución no es solo pro estudiantes, también incentiva a sus maestros a crecer personal y profesionalmente”, puntualizó. Este factor crucial, agregó, no solo le ha permitido reafirmar que escogió para siempre el oficio indicado, sino a la institución más apta para cosechar los frutos de su vocación: una con poder de cambio.
“Aquí, todos los días, pasan cosas extraordinarias. Y eso gracias a una facultad que realmente está comprometida con sus estudiantes y a un director que es un gran líder”, sentenció.
Ese adalid es el inquieto Carlos Marrero Marrero, el mismo que desde ya afina los preparativos para la Casa Abierta que API obsequiará a familias de toda la región sur y central del país, el próximo viernes, 28 de febrero.
Fórmula infalible
La cita, que se extenderá de 8:00 de la mañana a 2:30 de la tarde, permitirá a candidatos de nuevo ingreso, a sus padres y parientes constatar por qué este centro de formación integral es único en Puerto Rico.
Como explicó Marrero Marrero, API es un proyecto educativo de vanguardia para una matrícula estudiantil -desde los dos años de edad (Maternal) hasta el cuarto año de escuela superior- a la que brinda un currículo bilingüe, con inmersión en francés durante los grados superiores.
Su enfoque holístico y constructivista impulsa el desarrollo de alumnos especializados en artes visuales, música, ciencias, matemáticas y tecnología, al tiempo en que aprenden sobre los altos valores éticos y morales de un ciudadano ejemplar, desde el nivel preescolar.
Los atributos de este centro educativo excepcional, sin embargo, no terminan allí.
API es el único plantel escolar de la región donde alumnos de décimo a duodécimo tienen la oportunidad de tomar cursos universitarios y acumular hasta 30 créditos para la fecha de su graduación.
“Incluso, en grado 12 pueden tener un currículo híbrido, con cursos en la academia y otros en el recinto (de la Interamericana en Ponce) y, al graduarse, salen con dos transcripciones: una de educación superior y otra como universitario”, abundó el director.
Como si fuera poco, por estos cursos postsecundarios los alumnos “no pagan nada”, subrayó Marrero Marrero, ya que el beneficio forma parte de la alianza intrínseca entre la academia y la Universidad Interamericana de Puerto Rico.
Instalaciones de primer orden
Entretanto, el decano de Administración de la Interamericana en Ponce, Julio César Muñoz Gómez, resaltó que “desde las facilidades que tenemos en infraestructura física hasta los ofrecimientos que tenemos luego del horario regular de clases” son justificación suficiente para motivar que todo núcleo familiar con hijos en edad maternal y escolar se una a la Casa Abierta del próximo 28 de febrero.
“A todos los padres proveemos la certeza de que aquí no hay ni habrá interrupción de clases por fallas en servicio eléctrico o de agua potable, porque la academia cuenta con generador eléctrico de mil kilos, capaz de sostener toda nuestra operación ininterrumpida con aire central, además de una cisterna que permite haya continuidad de los servicios”, puntualizó.
“Además, porque también la escuela está protegida con vigilancia electrónica, acceso totalmente controlado y guardias de seguridad que están en ronda, tanto en el interior como en el exterior de la escuela, proveemos a los padres paz mental, esa tranquilidad de que su hijo está en manos seguras”, continuó Muñoz Gómez.
Entretanto, la planta física es monumental.
API ocupa la otrora sede de la firma industrial de Chekpoint Systems en Ponce, entidad que previo a su clausura levantó un colosal edificio de dos plantas en el Parque Industrial Sabanetas, el cual ha sido adaptado de manera magistral para la enseñanza, alimentación y recreación de sus más de 500 estudiantes.
El inmueble no solo ofrece accesos directos y multiplicidad de estacionamientos, sino alas independientes para los niveles elemental y superior. Asimismo, espaciosos salones para clases y talleres, laboratorios, cancha bajo techo, anfiteatro, comedores, capilla, sala de enfermería y oficinas administrativas, todas con aire climatizado.
Estas dimensiones, empero, no diluyen el espíritu fraternal entre alumnos, profesores y el personal de apoyo de la institución. Mucho menos la calidad de la enseñanza que imparte la treintena de miembros de su facultad.
Como resalta Marrero Marrero, cada uno de los maestros de API es altamente cualificado para su rol, con muchos poseyendo grados de maestría y doctorado, y sus grupos de enseñanza nunca rebasan los 25 estudiantes.
“Nuestra facultad no solo tiene las credenciales necesarias. También muestra pasión por su trabajo, lo que contribuye a un ambiente educativo positivo y efectivo”, sentenció.
Esta labor, aclaró, se extiende hasta la tarde, ya que en API no se imparten asignaciones para llevar a casa.
Según subrayó, “todo el trabajo se realiza dentro de la academia, aunque se espera que los estudiantes refuercen lo aprendido en casa. Esto significa que los estudiantes no tienen que cargar con tareas en la mochila, lo cual es visto como un punto positivo por los padres”.
A este mérito, Muñoz Gómez remató recordando que API también está bajo el ala protectora de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, “una institución ya centenaria, que ha demostrado a lo largo de su trayectoria el compromiso y la calidad educativa que tiene en el pueblo de Puerto Rico”.
Asimismo, adelantó que durante la Casa Abierta de API no solo se ofrecerán recorridos a los invitados, sino también orientación para admisión, por lo que padres interesados podrán iniciar el proceso de entrevista y asegurar espacios para sus hijos.