La microrred eléctrica Adjuntas Pueblo Solar (APS) ya está en su última etapa de construcción y en febrero podría concretarse la conexión de los negocios a las baterías de almacenaje, adelantó el director asociado de Casa Pueblo, Arturo Massol Deyá.
APS es un proyecto novel en Puerto Rico y el mundo, concebido por Casa Pueblo y Honnold Foundation, una entidad del escalador estadounidense Alex Honnold.
“Es posible que Alex Honnold esté en febrero en Puerto Rico y que venga también toda la junta de directores de la fundación. Pienso que entre enero y febrero debemos estar inmersos en esta última etapa de la instalación”, dijo Massol Deyá en primicia a La Perla del Sur.
“En el primer trimestre del 2023 se va finalmente a instalar un megavatio de almacenaje y se interconectarán los negocios a dos mega baterías”, anunció.
APS consiste en la creación de dos microrredes que proveerán energía solar a 14 comercios ubicados alrededor de la plaza pública adjunteña, para que sus dueños alcancen seguridad energética, paguen menos por facturas de electricidad y ayuden a crear más instalaciones solares en este municipio.
El diseño propone dos puntos de conexión: uno en el norte, detrás de la mueblería SM Furniture, y otro en el sur, en la parte posterior de la Farmacia Profesional. Cada punto tendrá una batería con capacidad para medio megavatio de almacenaje, a la cual estarán conectados los negocios de esa zona.
“Tengo que decir que los profesores del Recinto Universitario de Mayagüez ya vieron el diseño de la batería y dicen que eso no existe en Puerto Rico”, resaltó Massol Deyá, también catedrático del Departamento de Biología de ese campus de la Universidad de Puerto Rico.
Un proyecto complejo
APS fue anunciada en abril de 2019. Al año siguiente, comenzó la instalación de paneles fotovoltaicos en los techos de seis negocios.
Inicialmente, se vislumbraba que la instalación de las baterías ocurriera en el 2021, pero el término se fue aplazando, entre otras causas, por la indisponibilidad de los materiales para fabricarlas. La última fecha propuesta fue agosto pasado y no se logró, pero ya se alcanzó un avance que despejó el camino hacia el tramo final.
“Ese componente del almacenaje se ha atrasado seis meses por la cadena de suplido global. Había chips y otras cosas para el ensamblaje de estas baterías que no estaban disponibles, así que se dilató mucho”, explicó Massol Deyá.
Sin embargo, el resto del trabajo ya se completó, por lo que solo falta instalar las baterías y conectar los negocios.
“Ya toda la tubería está tirada y las placas puestas. Es cuestión de que lleguen las baterías, conecten y ¡pum!”, dijo, por su parte, el comerciante Gustavo Irizarry, presidente de la Asociación Comunitaria de Energía Solar Adjunteña (ACESA).
ACESA reúne a los 14 comerciantes participantes, que incluyen a dueños de negocios y propietarios de los edificios donde ubican. Son ellos quienes operarán la microrred, con la participación de Casa Pueblo en la junta de directores, una vez el proyecto esté listo.
Para llegar a este punto, fue necesario montar todo un andamiaje de cosas nuevas, ya que no existen referentes.
“Hubo que resolver varias cosas: estaba el diseño, conseguir las piezas, hacer el marco legal de ACESA y estipular la facturación. O sea, que son muchos los asuntos que se han tenido que resolver, más allá de los de ingeniería”, señaló Massol Deyá. “Estamos en ese umbral de completar un proyecto del que no existe precedente en Puerto Rico”.
Precisamente por su cualidad de inédito, APS ha sido objeto de estudio durante el transcurso de su creación.
“Internamente, el Departamento de Energía federal lleva dos años haciendo modelaje, utilizando la infraestructura que se ha instalado y lo que se va a completar para el desarrollo de nuevas tecnologías de microrredes. Además, la Universidad de Puerto Rico tiene estudiantes trabajando en el tema”, indicó Massol Deyá.
“O sea, que sí hay una gente que está profundizando muchísimo, haciendo análisis de carga, patrones de consumo, cuánto se genera y el clima. Esas variables ya se han estado examinando a un nivel de profundidad que normalmente no ocurre en otros sitios. En otros sitios tú instalas el sistema solar y sigues caminando. Aquí no”, prosiguió.
Cómo funcionará
Bajo la estructura creada, ACESA se convertirá en el proveedor de la energía solar. A tales fines, determinaron cobrar 25 centavos el kilovatio hora.
“En aquel momento (hace casi tres años), nosotros cuadramos cobrar lo mismo que nos cobraba la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), pero no hay ningún cargo por ajuste de combustible ni taxes, nada. Es fijo. O sea, que usted realmente va a pagar lo que consuma”, explicó Irizarry, presidente de ACESA y dueño de Lucy’s Pizza.
No obstante, los comerciantes decidirán individualmente si se quedan con LUMA Energy o se mueven a ACESA.
“El comerciante puede decidir seguir con LUMA, pero el techo sigue produciendo energía (para APS). A la larga, ellos van a querer consumir su propia energía, porque van a ver la diferencia y van a tener economías. Si ahora mismo está en 32 centavos el kilovatio hora y nosotros la vamos a cobrar a 25 centavos, en un consumo base puede estar economizándose como $85 mensuales. Puede que te economices $100, pues son $1,200 al año”, planteó.
El dinero que reciba ACESA se usará para mantener el sistema y ayudar a crear más casas y negocios solares en Adjuntas.
“De esa gobernanza económica yo divido y tengo un por ciento para infraestructura, un por ciento en gasto operacional y un por ciento en reinversión social, porque yo tengo que seguir haciendo casitas solares, tengo que ayudar a otros comerciantes a darles servicio de energía”, indicó.
Para que esto funcione cabalmente, además, tendrán que aprender a hacer un uso responsable de la energía, pues será compartida.
“Yo soy el que más consumo y el que menos techo tengo, así que dependo de los otros techos. Entonces, hay que ver cómo va el consumo para ver cómo nivelamos”, apuntó. “Tenemos que gobernar justamente y sanamente la energía, ser equitativos y justos”, continuó.
Un cambio paradigmático
Irizarry confirmó que ha sido complejo crear el modelo de gobernanza que regirá el proyecto y conseguir el respaldo de los comerciantes para echarlo a andar exitosamente. Esto, porque se trata de una iniciativa que busca el bien colectivo, no individual, y se basa en la justicia y la solidaridad para alcanzarlo.
“Es un proceso bien bueno, pero difícil. Tú tienes que bregar con una mentalidad capitalista dentro de un proyecto que no lo es”, afirmó.
A modo de ejemplo, Irizarry dijo que cuando presentó la iniciativa a sus colegas, al principio algunos respondieron que preferían seguir con la AEE, que no estaban dispuestos a compartir su techo con otros comerciantes o que solo querían ver un ahorro en sus facturas, sin comprometerse con la agenda social del proyecto.
“Ese ha sido mi mayor reto en ACESA: cómo meter un montón de gente ahí, con ideologías y mentalidades totalmente diferentes, persiguiendo un solo norte”, sostuvo.
Aunque ha avanzado considerablemente, todavía necesita armonizar algunas cosas, reconoció
“Este es un proceso que va a costar tiempo, tenemos que educar. Quizás unos ya tienen la visión, pero hay gente que no, que tiene que ir viendo resultados para irse comprometiendo y viendo que el programa es bueno”, opinó.
Beneficios inmediatos
Luego de que se instalaran los paneles fotovoltaicos, los comerciantes tenían la opción de solicitar al programa de medición neta de LUMA para ver una reducción en su factura mensual.
Irizarry tiene medición neta desde abril del año pasado.
“Más o menos, me economizo $200 mensuales. Yo pagaba $1,600 y ahora pago $1,400”, señaló.
Glory Ramos Martínez, propietaria de Digital Point, dijo a La Perla del Sur que tuvo medición neta durante seis meses el año pasado y experimentó una reducción de $200 mensuales en su factura. Actualmente está desconectada, pero espera que se la reinstalen este mes, hasta que se logre la interconexión con las baterías.
No obstante, Irizarry comentó que no todos los comerciantes la solicitaron, porque el proceso ante LUMA es muy burocrático.
“El proceso con el gobierno ha sido bien difícil. Te piden tantos permisos y tantos documentos”, manifestó.
Ser parte de la historia
Desde antes de su culminación, APS se ha posicionado como un modelo a seguir en la agenda de quienes buscan la transición a energía renovable en Puerto Rico. Por ello, personas de distintas esferas han llegado a Adjuntas a pedir orientación.
“Ahora mismo tenemos universidades, gente de Naranjito, Las Marías, Rincón, Cabo Rojo y Ponce, grupos de comerciantes y gobiernos municipales que se reúnen con nosotros para preguntarnos cómo lo hicimos. Nosotros vamos a ser un ejemplo a seguir en todo Puerto Rico y un montón de países más”, aseveró Irizarry.
El comerciante agregó que el hecho de que esta microrred funcione en un pueblo donde, con frecuencia, el sol se oculta por nubarrones, demostrará su poder para replicarse en cualquier parte.
“Este es un pueblo donde llueve mucho, el clima es frío y nublado, y aun así creamos la propia energía. Si funciona aquí, funciona donde sea”, resaltó.
Irizarry está consciente de que forma parte de un proyecto histórico, por lo que aseguró tener todo su enfoque en ayudar a que salga bien.
“Me siento con responsabilidad de que esto no puede fallar, con responsabilidad de que tengo que dar un ejemplo a la generación que viene de cómo tenemos que hacer las cosas bien hechas. Con responsabilidad de que no puedo mirar el norte económico de las cosas, sino el norte social y cómo hacer lo justo. Ser parte de la historia representa una responsabilidad de que esto se haga como se debe hacer”, resumió.
BRAVO 👏 👏👏
Excelente!
Como siempre, Casa Pueblo a la vanguardia en la organización para el desarrollo comunitario. Les felicito y tengo esperanza en que este modelo siga replicándose en toda nuestra nación. Gracias!!
Cuando nuestro pueblo se eduque a cabalidad sobre este maravilloso proyecto ,todos querran participar del mismo. Se me agiganta el corazon de orgullo de pensar que otros paises esten interezados en este grandioso proyecto visualizado por estos hermanos puertoriqueños.
Este es un proyecto científico y social que tendría que replicarse en toda la isla. Me enorgullece ver el nivel de compromiso de Casa Pueblo y los ciudadanos de Adjuntas.
Hay esperanza para este país. Excelente artículo.
Muy bien interesante 👍