KIEV – Un gran aluvión de ataques rusos golpeó el lunes por la mañana infraestructura crítica en Kiev, Járkiv y otras ciudades, en una aparente represalia por lo que Moscú describió como un ataque ucraniano contra su flota del Mar Negro durante el fin de semana.
Fuertes explosiones resonaron en la capital ucraniana cuando la gente se preparaba para ir a trabajar. Algunos recibieron mensajes de texto de los servicios de emergencia sobre la amenaza de un ataque de misiles y las sirenas antiaéreas se oyeron durante tres horas seguidas.
Grandes zonas de la ciudad se quedaron sin luz ni agua como resultado, indicó el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko. El 80 por ciento de la población estaba sin agua corriente “debido a los daños a una instalación eléctrica” cerca de la ciudad, señaló después el alcalde. Las autoridades trabajaban para reparar la instalación energética, que también daba suministro a 350 mil viviendas.
Entre tanto, Klitchsko pidió a los vecinos de Kiev que “hagan acopio de agua de las bombas más cercanas y puntos de venta”. En otra publicación en Telegram, el alcalde añadió que el suministro de agua se restablecería en algunas zonas en “tres a cuatro horas” y que uno de los distritos afectados ya tenía electricidad.
Las autoridades advirtieron a la población en las afueras de la ciudad que se preparasen para un largo corte de luz de emergencia. El gobernador de la región de Kiev, Oleksii Kuleba, también dijo que había un herido y varias casas dañadas por los ataques de la mañana.
Dos ataques en Járkiv golpearon instalaciones críticas, según las autoridades, y el metro interrumpió sus servicios. Las autoridades advirtieron de posibles cortes de luz en la ciudad de Zaporiyia debido a los ataques.
Los proyectiles también golpearon infraestructura crítica en la región suroriental de Cherkasy de Kiev y se reportaron explosiones en otras regiones de Ucrania. En la región de Kirovohrad, en el centro de Ucrania, se alcanzó una instalación de energía. En Vinnytsia, un misil interceptado cayó en edificios civiles, lo que provocó daños pero no bajas, según el gobernador regional, Serhii Borzov.
Algunos tramos de vía quedaron desconectados, según la red estatal Ferrocarriles Ucranianos.
Rusia acusó hace dos días a Ucrania de un ataque de dron contra la flota rusa en el Mar Negro cerca de la península anexionada de Crimea. Ucrania ha negado el ataque y afirma que se trató de un error ruso en el manejo de su propias armas, pero de todos modos Moscú anunció que abandonaría el acuerdo mediado por Naciones Unidas para permitir el paso seguro de barcos que llevaban grano desde Ucrania.
Las fuerzas rusas “siguen peleando con instalaciones civiles”, dijo el responsable de la oficina presidencial ucraniana, Andriy Yermak al comentar los ataques del lunes.
“Perseveraremos, y generaciones de rusos pagarán un alto precio por su desgracia”, dijo Yermak.
Es la segunda ocasión este mes que Rusia emprende una enorme ronda de ataques contra infraestructura ucraniana. El 10 de octubre, una ofensiva similar golpeó el país después de una explosión en el Puente Kerch que conecta la Crimea anexionada con la Rusia continental, un suceso que Moscú atribuyó a Kiev.
El número dos de la oficina presidencial, Kyrylo Tymoshenko, dijo que se estaban realizando apagones urgentes después de que “terroristas rusos lanzaran de nuevo un enorme ataque contra instalaciones energéticas en una serie de regiones ucranianas”.
En esta ocasión, las fuerzas ucranianas dijeron que habían podido interceptar la mayoría de los misiles lanzados por Rusia.
Aeronaves estratégicas Tu-95 y Tu-160 lanzaron más de 50 misiles X-101 y X-555 desde el norte del Mar Caspio y la región en torno a la ciudad rusa de Volgodonsk, en la región de Rostov, según la fuerza aérea ucraniana. Un total de 44 proyectiles fueron derribados.
El ejército ruso aún no había hecho declaraciones sobre el ataque.